El dentista doctor Khalil Bakly tiene dos consultorios: uno en Nazaret, donde trata a pacientes mayoritariamente musulmanes, y otro en Netanya, donde la gran parte de los que allí se tratan son judíos.

De ese modo, cuando tuvo lugar el reciente conflicto violento entre Israel y la Franja de Gaza, Bakly escuchó múltiples voces y opiniones de las comunidades judía y árabe de Israel.

“Experimento el sentir de ambos mundos y poblaciones a diario. No hay duda de que en ciertas áreas hubo extremistas de los dos lados que consiguieron crear una atmósfera realmente mala y desagradable. No dudo de que cualquiera con un poco de sentido común puede entender que con esa actitud no se está a favor de nadie”, afirmó Bakly.

Este tipo de clima violento y de sospecha es algo contra lo que Bakly ha estado trabajando durante mucho tiempo en su papel de activista político y social.

Junto a más de una cuarta parte de los habitantes de su ciudad natal de Nof HaGalil (antes Nazareth Illit), Bakly es un musulmán que vive en lugares cercanos a sus vecinos judíos, y los recientes hechos que asolaron al país van en contra de todo lo que él representa.

“Estamos en contra de todo lo que sucedió, no creemos que haya que dañar a nadie, ni tampoco a ninguna propiedad, y por supuesto, no a lugares religiosos o santos. Lo que ocurrió daña mucho la atmósfera de socios y de vida compartida de ambas comunidades, y es por ellos que todos nos unimos para preservar una buena convivencia”, le contó el activista a ISRAEL21c.

“Tenemos mucho en común”

Bakly y los activistas que militan con él trabajan en Habustan (El Huerto), una ONG que una vez por mes reúne a una comunidad compuesta por árabes y judíos de Nof HaGalil para compartir reuniones, caminatas, charlas y otras actividades para conocerse mejor.

“Descubrimos que tenemos mucho en común y lo incentivamos por el bien común”, indicó.

La idea de Habustan nació en 2017 luego de que Bakly y su esposa Reem -también dentista- erigieran una “sucá” de convivencia a la que invitaron a residentes de la ciudad a disfrutar de la cocina kosher y árabe, rezos conjuntos, música en vivo y debates.

“Durante tres días, unas 1.500 personas visitaron la ‘sucá’ y allí entendí que había potencial para conversar, asociarnos y crear marcos para unir a árabes y judíos para conocerse mejor y romper estereotipos retorcidos”, describió Bakly.


“Cuando empezó la reciente violencia, comprendimos de inmediato que necesitábamos juntarnos para unir a las personas y fortalecer la resiliencia social y comunitaria, y de inmediato empezamos a hacer encuentros presenciales y por Zoom”, explicó Bakly.

El doctor Khalil Bakly lidera un proyecto de coexistencia llamado Habustan (El Huerto) en su ciudad natal Nof HaGalil. Foto cortesía de Khalil Bakly

El dentista contó que también comenzaron campañas en Facebook e Instagram en la que les pidieron a los miembros de la ONG y a los residentes de la ciudad que se tomaran una fotografía juntos y escribieran algunas palabras sobre las relaciones entre árabes y judíos.

“La campaña se llama Árabes y judíos en Nof Hagalil contra la violencia. Hubo mucha participación. Amigos, vecinos, colegas, personas que estudian juntos y otros se tomaron fotos juntos y subieron cientos publicaciones e historias personales a las redes, lo que ayudó mucho al ambiente de la ciudad”, dijo Bakly.

Desde la ONG dijeron que fue una experiencia muy buena y alentadora que fortaleció mucho la sensación de que hay tanto en común que es muy necesario nutrirlo.

“Últimamente, todos sufrimos la pandemia de COVID-19 y vimos el trabajo del sistema de salud, con médicos y enfermeras de la comunidad árabe, que hoy en día representan más del 30 por ciento de los trabajadores de la salud en el país. Ellos fueron una línea de defensa para el tratamiento de la población en general, sin distinción de raza, religión y sexo. Y quedó demostrado cuánto cree la comunidad árabe en la convivencia y la vida compartida, y cómo finalmente hay esfuerzos para fortalecer lo que tenemos en común. Si Dios quiere, alcanzaremos una vida en común, de igualdad y respeto mutuo”, desarrolló el pacifista.

Con miras al futuro, Bakly indicó que espera que cada vez más comunidades imiten el ejemplo de Habustan.

“Es que al fin y al cabo todos vivimos en este país, trabajamos y estudiamos juntos y nos conocemos de forma personal. Y no solo en Nof Hagalil sino en más ciudades y comunidades. Yo no soy ingenuo: está muy claro que esto requiere mucho trabajo, pero creo en eso y trato de aplicarlo”, manifestó el activista.

Finalmente, Bakly añadió que tiene muy buenas relaciones con la gran mayoría de la población judía, y que creía que si todos se convierten en embajadores del dicho “Nos apartamos del mal para hacer el bien”, el futuro para las dos comunidades será un “lugar mejor”.