Mientras el COVID-19 sigue entre los humanos y nuevas olas de contagiados preocupan en todo el mundo, en Israel hay buenas noticias porque investigadores del Instituto de Tecnología Technion hallaron una solución única para dos de los problemas más apremiante: la enfermedad y la comunicación entre las personas.

La reciente innovación consiste en una pantalla de aire invisible que protege los ojos, la nariz y la boca de virus como el del COVID-19, MERS e influenza ya que bloquea los aerosoles que se producen cuando las personas hablan, tosen y estornudan.

Sin embargo, no sólo se bloquea lo recién enumerado sin tener que usar máscaras faciales peligrosas para el medio ambiente sino que la pantalla de aire también permite comunicarse correctamente sin cubrir la mitad de los rostros.

La investigación, dirigida por los profesores Moshé Shoham y el profesor David Greenblatt de la facultad de ingeniería mecánica del Technion, fue publicada en la revista Experimental Thermal and Fluid Science.

Los investigadores notaron que los estudios piloto y las entrevistas realizadas con personas que realmente necesitaban mostrar sus rostros y ver las caras de los demás en su comunicación diaria -especialmente personas mayores y cuidadores en hogares de ancianos, profesores y estudiantes, fisioterapeutas y psicólogos- mostraron las ventajas de la pantalla de aire invisible por sobre las mascarillas comunes.

Los barbijos faciales tradicionales -remarcaron desde el Technion- están asociados con una identificación facial y un reconocimiento emocional reducidos que afectan negativamente a la comunicación oral, así como con dolores de cabeza, problemas de la piel y atención y paciencia reducidas en una amplia gama de profesiones.

“Las montañas de mascarillas desechables -señaló la investigación- son también un problema”.

Recientemente, el Technion otorgó la licencia de la tecnología a una nueva empresa llamada Wisdome Wearables, que está en proceso de asociaciones y comercialización del producto.