Durante la semana pasada Israel se sumergió en una confluencia de crisis.

Un aluvión continuo de cohetes lanzados por Hamas desde la Franja de Gaza envió a la mitad del país a los refugios, las escuelas fueron cerradas, las vidas se interrumpieron, muchas propiedades fueron dañadas y, lo peor de todo, hay personas heridas y muertas que van desde un niño de seis años hasta dos ancianos de más de 80 años.

En paralelo, disturbios en Jerusalén, Lod, Acre (Akko), Nazaret, Ramle y otras ciudades árabe-judías provocaron heridos, incendios, destrucción de propiedades y miedo e ira generalizados.

Así, en unos pocos días, años de trabajo por la convivencia pacífica parecen haberse derrumbado.

En este difícil momento, ISRAEL21c habló con líderes de grupos dedicados al entendimiento y la amistad entre judíos y árabes israelíes, y habitantes de los territorios administrados por la Autoridad Palestina.

Aquí se presentan extractos de sus comentarios, ligeramente editados para mayor claridad y brevedad, acerca de cómo los conflictos actuales los han afectado a ellos, a sus miembros y a su misión.

Yehuda Stolov, director ejecutivo de Interfaith Encounter Association (Asociación de Encuentro Interreligioso), que coordina 44 grupos de diálogo activo de norte a sur de Israel:

En lo relativo a lo emocional, siento dolor con cada acto violento y con cada persona herida o, Dios no lo quiera, muerta.

Desde una perspectiva más racional, me niego a permitir que la manifestación actual de los hechos nos impida completar todo el trabajo que tenemos por delante.

Yehuda Stolov y Salah Alladin, de Interfaith Encounter Association, ganadores del premio IIE Goldberg. Foto: Noam Moskowitz

En los casi últimos 20 años, desde que comenzamos la Asociación de Encuentros Interreligiosos en el auge de la Segunda Intifada, vimos muchas olas de luchas que a veces consiguen reducir el nivel de nuestra actividad mientras dura la violencia, pero que también construyen la comprensión de la necesidad de este trabajo.
Cuando la violencia cesa, los que se mostraron reacios regresan y, a menudo, otros se suman.

Durante el mes musulmán del Ramadán no tuvimos mucha actividad, pero el 10 de mayo hubo dos encuentros que se realizaron tal como estaba planeado en Zoom.

En uno de estos encuentros, alguien dijo: “¿Podemos encontrarnos como si no pasara nada afuera?”. Alguien más respondió: “Lo que ocurre afuera enfatiza la importancia de que nos encontremos”.

Durante la crisis de COVID-19, nuestras reuniones se trasladaron a Zoom. De a poco estamos volviendo a los encuentros presenciales, y además creamos nuevos grupos. Queremos organizar una reunión para que la gente hable sobre cómo les está afectando la situación. Y estamos trabajando con algunos otros grupos para armar una reunión de líderes religiosos de alto nivel para hablar sobre relaciones pacíficas.

Veo que la gente está comprometida con mejorar las cosas. Escucho voces que declaran que los conflictos actuales son posibles porque no pusimos el esfuerzo suficiente en construir puentes. Si hubiéramos tenido 4.000 grupos en lugar de 44, la situación hubiera sido otra.

No sé cuántos obstáculos como este tendremos en el camino, pero creo que el camino seguramente conduce a una convivencia pacífica. Pido a todos los que lean esto que se unan a nosotros. Envíenme un correo electrónico a yehuda@interfaith-encounter.org para hacerlo.

Nitsan Joy Gordon, codirectora de Together Beyond Words (Juntas más allá de las palabras), una ONG creada en 2003 por mujeres árabes y judías para reducir los prejuicios y promover la paz a través del movimiento, el trabajo corporal, la escucha profunda y el teatro bilingüe:

La gente dice que lo que ocurre hoy en Israel ha estado bajo la superficie durante años y que verlo salir ahora es muy doloroso.

Creemos que lo que vemos en las calles son principalmente emociones expresiones de algunas personas de cada lado. Gente que no tiene un lugar seguro para transformarlas porque el dolor que no se transforma se transmite.

Nitsan Joy Gordon, izquierda, y Silvia Margia, codirectoras de Together Beyond Words (Juntas más allá de las palabras). Foto cortesía de Together Beyond Words

Queremos crear lugares más seguros donde las personas puedan transformar sus sentimientos y que sean escuchadas y reconocidas en un espacio seguro.

En unos meses iniciaremos un nuevo proyecto para que este tipo de trabajo llegue a colegios y universidades. Además estoy escribiendo un libro para mostrarle a la gente cómo hacemos lo que hacemos.

Algo nos sacude por estos días. Ya no podemos seguir ignorando la situación palestino-israelí. Necesitamos actuar, y si no nos dimos cuenta antes, hoy ya lo estamos haciendo.

Silvia Margia, codirectora de Together Beyond Words:

La mayoría de las veces, cuando ocurre algo así, cada lado solo piensa en su propio dolor. La gente cambia su estado en Facebook por “Estoy con Israel” o “Estoy con Gaza”. Personalmente, yo defiendo a la humanidad.

Aquí le damos mucha importancia al heroísmo, pero creo que el verdadero arrojo es el coraje de sentir.

De repente, no son solo las bombas de Gaza sino violencia por todas partes que afecta el delicado tapiz de árabes y judíos en todo Israel. Si tenemos el coraje de sentir nuestro dolor y nuestra ira, podemos mantener nuestra asociación.
Me ocupo de eso dentro mío y en los grupos con los que estoy trabajando.

La crisis del coronavirus trajo algo nuevo a nuestra región: expuso la forma en que árabes y judíos conviven en los hospitales. Y los árabes comenzaron a tener un papel más importante en el gobierno.

El personal médico judío y árabe del Centro Médico Rambam de Haifa da un mensaje de solidaridad. En la parte superior se lee: “Hemos vencido al coronavirus y nos uniremos también ahora”. Abajo, trabajadores sostienen carteles que dicen “paz” en árabe y hebreo. Foto cortesía del Centro Médico Rambam de Haifa

 

De golpe, todo se derrumba. Esto nos dan una señal de que hay algo en la forma en que construimos las asociaciones que no está funcionando bien. Necesitamos plantar raíces más profundas.

Una actividad grupal Together Beyond Words. Foto cortesía de Together Beyond Words

 Como árabe palestina criado en una sociedad judía -y ahora de vuelta en mi sociedad árabe palestina- sé que a veces nos aferramos a pensamientos y emociones oscuros. Ayer vi en las noticias a unos jóvenes (árabes) de Lod que les decían a los periodistas que querían que Hamas bombardeara Lod. ¿Qué es lo que hace que la gente diga tal cosa? Algo en el equilibrio de poder se confunde con violencia.

Nitsan y yo pensamos y hablamos juntas sobre nuestro rol en estos tiempos. Creemos que la solución del problema debe venir de arriba. Que es hora de trabajar con el Ministerio de Educación en programas que eduquen a los niños para que tengan el coraje de sentir cuánto tenemos miedo de involucrarnos plenamente en esta asociación y cambiar el concepto de coexistencia en Israel.

Eman Darawshi, profesor de inglés de secundaria en la ciudad árabe israelí de Iksal y coordinador de Debate for Peace (Debate por la paz), un proyecto que reúne a estudiantes árabes y judíos de unos 70 municipios para el Modelo de Naciones Unidas (MNU):

He sido profesora durante 16 años y entré en Debate for Peace hace unos seis. Además estoy involucrada en otras organizaciones como Jerusalem Peacebuilders (Constructores de Paz de Jerusalén). La semana pasada, un amigo en Tel Aviv me invitó a un grupo llamado Talking Peace (Hablando de Paz) con educadores judíos.
Todos estos programas tienen el mismo objetivo: cerrar la brecha entre árabes y judíos.

Miembros de Debate for Peace, un programa de la ONU que contiene un modelo mixto judío-árabe en escuelas israelíes. Foto cortesía de Debate For Peace

Conocer y hablar juntos me da una agradable sensación de satisfacción. Pero lo que hoy sucede literalmente arruina cada paso que he dado con mis alumnos.

Los adolescentes están muy influenciados por lo que ven en las redes sociales. A veces son noticias falsas y exageraciones, y necesitan una persona que los guíe y les muestre lo que está bien y lo que está mal.

Yo sigo tratando de calmarlos con mensajes como: “Por favor, quédense en casa, no participen en manifestaciones que provocan violencia y odio. Está bien expresar la opinión, pero no se dejen influenciar por radicales de ambos lados”.

Eman Darawshe, profesor de inglés y coordinador de Debate por la Paz en una aldea árabe israelí. Foto cortesía de Eman Darawshe

Ayer tuve un diálogo con los estudiantes y les dije que mantuvieran la fe y que trataran de ser razonables y evitaran tomar acciones que pudieran arruinar su futuro. No podemos vivir como animales en una jungla.

Algunos responden a mis mensajes con rabia: me dicen que tengo que ver los hechos. Intento tomar las respuestas y reconocer su ira. Estoy preocupada porque veo que los estudiantes que participaron en conferencias internacionales de MNU hoy se están comportando de manera diferente.

Creamos un video sobre las implicaciones de la violencia. Yo sigo publicando videos y fotos de los programas que tenemos con las escuelas judías para recordarles que eran buenos amigos, que no es imposible. Que podemos arreglar la situación y hay esperanza.

Nunca pierdo la esperanza, pero creo que será muy difícil volver a ser como era antes. Ninguno de nuestros líderes, árabes o judíos, está realmente tratando de calmar la situación. Debemos recordar que vivimos en el mismo lugar y tenemos el mismo destino. Un cohete dirigido hacia Lod alcanzó a dos ciudadanos árabes.

Para principios de junio planeaba una conferencia en mi pueblo. Este será el primero en nuestra zona. Hoy quiero hacerlo más que nunca, estoy decidido y espero que funcione.

Tamar Shapira, subdirectora de Save a Child’s Heart (SACH), una organización voluntaria que desde 1995 da tratamiento gratuito para salvar vidas a más de 5.000 niños de 60 países:

En la actualidad, tenemos aquí 33 niños de Israel, Tanzania, Zanzíbar, Zambia, Kenia, Uganda, Kosovo, Cisjordania y Gaza.

A nivel personal, logístico y práctico es una situación difícil pero estamos decididos a continuar con la actividad humanitaria que hemos realizado durante 25 años porque creemos que un niño siempre es un niño.

Las actividades médicas de SACH tienen lugar en el Hospital de Niños Sylvan Adams (en el) y hay un hogar cercano donde los pequeños se quedan con sus padres, enfermeras y médicos durante la recuperación.

Por la noche, todos en la casa van a dormir en las habitaciones del refugio. La primera noche (de esta escalada) fue aterradora para los niños pero ahora ellos, aunque no los adultos, duermen mejor. Todos están resguardados y protegidos aquí y en el hospital.

Un paciente palestino de Save a Child’s Heart, en el Hospital de Niños Sylvan Adams del Centro Médico Wolfson en Holón. Foto cortesía de SACH

El 12 de mayo, el hospital de niños evacuó el piso superior porque no es un espacio cuando se disparan los cohetes. Los pacientes que estaban bien fueron dados de alta.

En tiempos normales, los niños de Gaza y Cisjordania no se quedan en el hogar de los niños porque pueden ir y venir, y tienen personal en el hogar capacitado por nosotros para cuidarlos después de recibir el alta.

La semana pasada, cuatro de nuestros nueve pacientes de Gaza estaban listos para ser dados de alta pero el cruce fronterizo se cerró (sigue cerrado) así que los llevamos al hogar de niños. Eso llevó a una situación inusual de tener familias musulmanas de varios países diferentes celebrando juntas el Ramadán en el hogar de niños de una organización israelí.

Tenemos socios con los que hemos trabajamos juntos en Gaza desde hace años y hay constantes mensajes de WhatsApp entre nosotros. Todos estamos preocupados por los otros y por los niños.

Como israelí y madre, puedo decir que estos son tiempos muy difíciles. Miro lo que estamos haciendo a pesar de todo y me da energía positiva para seguir.

Todos los involucrados aquí están comprometidos porque queremos ayudar a los niños de cualquier lado. Si logramos no solo salvar a los niños sino también construir puentes, esto será algo significativo que podemos aportar a la sociedad.

Inon Dan Kehati, fundador de HaBayit (El Hogar), donde israelíes y palestinos del área de Gush Etzion/Belén/Jerusalén se reúnen para dialogar y limpiar la basura en una actividad llamada de “Limpiar el odio”:

Inon Dan Kehati, fundador de HaBayit (El Hogar) en una actividad en el área de Jerusalén el 25 de abril de 2021. Foto: Solal Fakiel

HaBayit es muy diferente a los grupos de paz habituales en Israel. No cumplimos ninguna agenda.

Tenemos cerca de 200 miembros activos y nuestros seguidores en las redes sociales no paran de crecer. Desde que recientemente Rudy Rochman (miembro de la junta del Fondo de Innovación de Israel) se unió a nuestro equipo de liderazgo, pasamos de tener 1.800 seguidores en Instagram a 4.000 en unos pocos días.

Sin embargo, por ahora frenamos nuestras actividades. Cancelamos un gran evento que habíamos planeado en una de las aldeas árabes para la segunda quincena de mayo.

Creo en el verso de Kohelet (Eclesiastés) que reza “tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.” Cuando sea el momento propicio, volveremos al punto de partida y comenzaremos de nuevo nuestras actividades. Algunos miembros se retirarán pero creo que será una minoría.

Esta situación me ha afectado de forma personal: me volví más patriota. Apoyo la respuesta justificada de Israel a lo que sucede desde Gaza pero deseo lo mejor para el pueblo palestino y espero que no haya víctimas civiles, aunque lamentablemente es inevitable.

Eso no indica que me haya desconectado de mis amigos palestinos. Estoy comprometido con la paz y con la construcción de conexiones y aún lo hago las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Siempre estoy en contacto con los miembros palestinos del grupo. Muchos de nosotros estamos estrechamente conectados. Es que al fin y al cabo, estamos destinados a vivir aquí juntos.

Robi Damelin, portavoz y miembro del Foro de Familias del Círculo de Padres, formado por 600 familias judías y árabes que perdieron a un familiar por el conflicto:

El grupo habla pero todo es muy difícil porque todos ven sus propias noticias. Al margen de lo que suceda, seguimos trabajando juntos y continuamos con nuestras iniciativas como el Proyecto Narrativa Paralela. También estamos dando cientos de conferencias de Zoom.

El viernes 14 pasado tuvimos una cena de Eid el-Fitr (para romper el ayuno de Ramadán) a la que asistieron 70 palestinos. El lunes 16 celebramos una pequeña vigilia en Tel Aviv contra la violencia.
Considerando la situación, cada vez que nos encontramos se trata de una especie de milagro.

Una mujer israelí y otra palestina del Círculo de Padres hablan en una reunión en julio de 2018 sobre sus actividades para promover el diálogo y la reconciliación. Foto cortesía de PCFF

Lo que está sucediendo internamente en Israel muestra lo mal que ambas partes han estado educando a sus hijos. Los niños no nacen para odiar. Ellos simplemente lo aprenden.

Todo se vuelve cada vez más difícil, pero si no tuviera esperanzas en el futuro, ¿por qué iría a levantarme de la cama cada? Vengo de Sudáfrica donde formé parte del movimiento antiapartheid y lo que terminó sucediendo allí fue un milagro y una inspiración para mí.

Durante la guerra de Gaza de 2014, tuvimos una carpa de la paz en Tel Aviv y estoy pensando en crear una carpa similar pero de forma virtual, donde personas de todo el mundo pudieran hablar sobre la no violencia.

El 14 de abril hemos tenido una ceremonia conjunta en línea para conmemorar el Día del Recuerdo de los Caídos en los Conflictos Israel con 250.000 personas de todo el mundo observándola. Cosas como esa te hacen sentir que vale la pena.

Nava Sonnenschein de Change Agentes (Agentes del Cambio), un programa de la Escuela para la Paz en Wahat al-Salam-Neve Shalom, una aldea judía y árabe cerca de Jerusalén, y autora de “El poder del diálogo entre israelíes y palestinos: Historias de cambio de la Escuela por la paz”:

Sentimos que estamos retrocediendo muchos años en lo que se ha construido para crear diálogo y hacer que las personas se entiendan. Este momento es muy difícil.

La doctora Nava Sonnenschein de Change Agentes (Agentes del Cambio), un programa de la Escuela para la Paz en Wahat al-Salam/Neve Shalom. Foto cortesía de Nava Sonnenschein

Es horrible que Hamas haya disparado miles de cohetes contra a Israel desde Gaza y es horrible bombardear la franja. Esa no es la forma. La manera correcta es sentarse con la otra parte y resolver el conflicto.

Lo que hoy ves en las ciudades mixtas es que la generación joven ha perdido la esperanza. Hay ira y frustración. Los árabes quieren ser parte de esta tierra y tener una influencia positiva como ya lo hacen en los hospitales donde tratan a las personas por igual. Este pedazo de tierra es tanto de ellos como nuestro.

Miles de nuestros graduados están comprometidos a iniciar muchos proyectos para promover la paz, los derechos y la igualdad. Algunos se están reuniendo para formular una política sobre el avance de la igualdad y la paz entre los dos pueblos.
Tenemos tres reuniones planificadas en las que la gente podrá venir y compartir ideas sobre cómo ayudar.

En la conferencia anual de la Asociación de Planificadores de Israel del próximo 20 de mayo, un panel de nuestros graduados hablará sobre la situación actual y pedirá comprensión e igualdad en la política de tierras.

En vez de quejarnos y sentirnos frustrados, optamos por canalizar nuestra energía para hacer algo que cambie la situación.

Temas: Acción social, Conflicto de Gaza, Convivencia, Coexistencia