Octubre es el mes de concientización sobre el embarazo y la pérdida de bebés en todo el mundo.

Elysa Rapoport, cofundadora de Candles of Hope, la única organización de este tipo en Israel que comparte información sobre abortos espontáneos, mortinatos y muertes de recién nacidos; y sobre las diferentes opciones de entierro disponibles para judíos, cristianos y musulmanes, no necesita el recordatorio porque su conciencia nunca decae.

En 2016, Rapoport dio a luz a una niña de 31 semanas. “La sostuve en mis brazos y besé su cabeza. Era pequeña pero completa, una beba de verdad, que había vivido y crecido dentro de mí”, recordó.

Lamentablemente, su beba no sobrevivió.

Rapoport no solo estaba triste y profundamente deprimida, sino que también estaba frustrada por no encontrar el apoyo que necesitaba.

Foto cortesía de Elysa Rapoport

Rapoport, que emigró de Australia a Israel en 2009, definió: “Estoy educada, tengo recursos, sé navegar en Internet, pero no pude encontrar nada que me ayudara”.

En Israel, cerca de seis bebés por cada mil nacen muertos, y uno de cada cuatro embarazos termina en pérdida.

A pesar de esas cifras -dijo Rapoport- Israel no ofrece servicios nacionales de apoyo o respuesta a la pérdida de bebés y embarazos. “La insignificante asistencia existente no tiene fondos suficientes, es esporádica y de difícil acceso”, expresó la mujer.

Este contexto puede tener implicancias a largo plazo. De hecho, un estudio hace seis años halló que más de un tercio de las mujeres israelíes que sufren la pérdida de un embarazo o de un bebé desarrollan un trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Apoyo, información y educación.

Rebecca Dreyfus -madre de Rapoport- que vivía en Australia, quería encontrar una manera de ayudar.

Ella había oído hablar de Red Nose, una organización australiana que se ocupaba de este problema desde 1977.
Inspirada por esa fundación y en grupos similares en el Reino Unido y EEUU, alentó a su hija a crear una organización similar en Israel.

Elysa Rapoport con su madre Rebecca Dreyfus en 2015. Foto cortesía de Elysa Rapoport

Y Rapoport lo hizo con la ayuda de Joey Gelpe, cuya segunda hija nació muerta en 2017.
El nombre que eligieron para la organización hace referencia a las velas conmemorativas y al poder curativo de la esperanza.

Creada en enero de 2019, Candles of Hope brinda hoy una amplia gama de servicios de apoyo, información y educación a familias y profesionales de la salud en todo Israel.

Su reciente conferencia anual atrajo a 190 personas, incluidas familias y profesionales médicos.

Candles of Hope ofrece grupos de apoyo presenciales y en Zoom; información sobre abortos espontáneos, mortinatos y muertes de recién nacidos; y cuenta qué diferentes opciones de entierro hay disponibles para judíos, cristianos y musulmanes.

Además, organiza talleres para profesionales médicos y cursos de capacitación para facilitadores para administrar grupos de apoyo.
Sus voluntarios guían al personal del hospital, incluidas las parteras y los ginecólogos, para brindar una “atención matizada” a las familias en duelo.

Rapoport explicó que parte de la misión de Candles of Hope es ofrecer apoyo y atención a todas las diferentes comunidades que conforman Israel, incluidos los hablantes de árabe, amárico y ruso.

“Cuando se trata de una pérdida, es más fácil expresar el dolor en el idioma nativo”, dijo Rapoport.

Nuevas pautas

La mujer reveló que el sistema médico israelí no tiene una atención estandarizada para tratar la pérdida del embarazo y la muerte fetal, por lo que la organización presiona para cambiar eso.

El Ministerio de Salud tiene un manual sobre cómo se debe tratar la pérdida del embarazo y la muerte fetal pero con eso, expresó Rapoport, no alcanza. Y por ello busca presentar nuevas pautas que sean adoptadas de forma oficial.

“Después de un parto normal, las madres y sus hijos quedan registrados en el sistema nacional de salud. Luego, durante los controles de rutina del bebé recién nacido, los profesionales pueden averiguar si la madre está sufriendo depresión posparto y brindarle la ayuda que necesita. Pero una mujer que ha experimentado la pérdida de un embarazo o un mortinato cae en un agujero negro y no hay seguimiento para ella en el sistema de salud”, reflexionó.

En ese sentido, Rapoport aseguró que existen formas simples de remediar la situación.

Si bien celebridades de todo el mundo han hablado sobre sus pérdidas de embarazo, para Rapoport el tema sigue siendo tabú. Sin embargo, no cree que el problema sea exclusivamente israelí.

“La gente en todas partes no sabe qué decir después de una pérdida como esta”, dijo. Y aconsejó “decir algo antes que nada”.

Para ella, no se debería minimizar la pérdida diciendo que habrá nuevos embarazos porque aunque Rapoport llegó a tener dos hijas sanas -hoy de 2 y 4 años, “las familias aún lloran una pérdida”.

Elysa Rapoport con su madre Rebecca Dreyfus y la beba de Rapoport, Livi, nacida después de su aborto espontáneo poco más de un año antes. Foto cortesía de Elysa Rapoport

Sentirse comprendidas

Una mujer de 32 años que pidió permanecer en el anonimato describió su experiencia al participar en un grupo de apoyo de diez semanas de Candles of Hope.

Luego de sufrir un mortinato, participó de los grupos de la organización y dijo que el apoyo de la gente les permitió “sentirnos comprendida porque lloramos y a veces eso es lo que necesitamos”.

Rapoport afirmó que su madre tuvo la oportunidad de conocer a sus nietas antes de morir el año pasado. “Una de las fuerzas impulsoras de Candles of Hope es el legado y la memoria de mi madre. Ella siempre me dijo que ningún problema es demasiado grande para mí, y eso es lo que me hace seguir adelante”, concluyó.

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