El origen desconocido de una colección de estatuillas halladas en Puerto Rico, que se cree que fueron hechas por judíos de una de las “diez tribus perdidas» y exiliadas de la tierra de Israel en la antigüedad, ahora está a punto de ser revelado gracias a la tecnología de la Universidad de Haifa.
Los objetos fueron trasladados desde Puerto Rico al laboratorio de Análisis del Instituto Zinman de Arqueología de la universidad, que se especializa en este tipo de investigaciones.
La doctora Iris Groman-Yaroslavsky, directora del laboratorio, confirmó que los objetos fueron tallados en el siglo XVI y descubrió la evidencia de que algunos de ellos estaban recubiertos con pintura dorada y roja. «Esta es una de las historias más extrañas y fascinantes en las que he participado», confesó la investigadora. Y añadió: “Hasta ahora no hemos hallado ningún objeto de arte en piedra tallada similar en esta región de América y muchos investigadores asumieron que deben ser falsos. Sin embargo, las pruebas microscópicas que realizamos muestran que las piedras fueron talladas hace unos 600 años».
El monje se adentró en las montañas y caminó hasta llegar a un pozo cubierto por una piedra grande. Cuando la quitó, allí encontró cientos de estatuillas
La historia de estos objetos, en lo que se conoce como la “Biblioteca de Agüeybaná”, parece la trama de una película de Indiana Jones. En el siglo XIX, un monje puertorriqueño llamado José María Nazario presentó en sociedad una colección de unas ochocientas estatuillas de piedra tallada. Algunas tenían formas humanas mientras que otras parecían ser figuras rituales. Además, muchas de ellas fueron grabadas con una forma de escritura desconocida.
¿Cómo llegaron a manos del monje? En su momento, Nazario contó que una anciana lo había invitado a su refugio en la montaña, para mostrarle un tesoro que su familia había estado guardando “durante siglos”. La mujer le había dado un mapa con instrucciones detalladas para encontrar las figurillas.
Nazario se adentró en las montañas y caminó hasta llegar a un pozo cubierto por una piedra grande. Cuando la quitó, allí encontró cientos de estatuillas.
Tal como dice Groman-Yaroslavsky, este es el primer hallazgo de este tipo en esa región americana. Las marcas en las estatuillas no se parecen en nada a los sistemas de escritura desarrollados por aztecas o mayas.
A lo largo de los años, diferentes investigadores plantearon varias teorías sobre las piezas y sus grabados. Algunos estudiosos sugirieron que algunas de ellas son auténticas y que otras fueron creadas por residentes los locales en el siglo XIX cuando vieron el gran interés que habían suscitado. Otros afirmaron que todas las estatuillas habían sido falsificadas por el mismo Nazario.
En 2001, el estudiante investigador Reniel Rodríguez Ramos vio las piedras durante un viaje de estudios y volvió a analizarlas después de completar su doctorado en culturas precolombinas.
Después de una larga búsqueda, Rodríguez -hoy profesor en la Universidad de Puerto Rico- ubicó a Groman-Yaroslavsky. Tras examinarlas, la académica israelí le confirmó que las piedras fueron talladas en la antigüedad.
«Bajo el microscopio podemos ver la erosión y la pátina de color marrón grisáceo que normalmente se encuentra cuando los objetos fueron enterrados o expuestos a la fuerza de la naturaleza durante períodos prolongados», aseguró la científica.
Según ella, las piezas están hechas de un mineral que originalmente era negro-verdoso pero la erosión cubre los grabados y no hay evidencia de ninguna manipulación moderna a la que la superficie natural del mineral hubiera sido expuesta.
El análisis también reveló restos de recubrimiento de oro en algunos de los objetos. Además, se encontraron vestigios de una pintura roja que cubría partes de los ojos y la boca en las figuras, lo que, según el estudio, refleja un complejo proceso de diseño y acabado.
En Puerto Rico hay minas de oro y ocre y hay una amplia evidencia sobre el uso de estos minerales en contextos rituales.
En estos días, el profesor Rodríguez continuará su búsqueda y le presentará la colección a expertos en los antiguos sistemas de escritura de la América precolombina.
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