En la escuela secundaria pasé dos Janucá llenando, glaseando, decorando y vendiendo buñuelos festivos -sufganiot- en Roladin, la cadena de panaderías de Israel que se volvió sinónimo de la festividad.

Ese fue el mejor y más sabroso trabajo que tuve.

15 años después, en vísperas de Janucá 2022, entrevisté a Noa Bachar Aharoni, directora ejecutiva de Roladin, que halló muy divertido el hecho.

Durante la nota le conté que en mi primer día, hasta los codos en aceite, juré no volver a comer una sufganiá pero que al segundo estaba felizmente devorando cuatro o cinco por turno.

Bueno, resulta que no soy la única.

Sí, debajo de todo ese chocolate hay una sufganiá escondida. Foto: Ronen Mangan

“El mercado israelí vende alrededor de 30 millones de buñuelos y, por supuesto, nosotros tenemos una parte sustancial en eso”, señaló Bachar Aharoni.

Desafortunadamente, no pudo darme datos concretos sobre si otras personas también comen tantas buñuelos como sea humanamente posible durante las fiestas.  “Intentamos hacer una investigación, pero no obtuvimos las cifras”, admitió.

Sufganiá de crema de vainilla, mermelada de frutos del bosque y costra de azúcar de vainilla. Foto: Ronen Mangan

Sin embargo, la ejecutivo reconoció que la empresa notó que tiene clientes que se han fijado el objetivo de probar toda la colección. “Vienen todos los días o dos y prueban cosas distintas, y nos dicen qué les gustó más y cuál menos. Hay muchas familias que compran un paquete de 12 y luego comienzan a compartir, cortan las sufganiot y prueban un poco de todo”, reveló.

Crema de vainilla, crumble de galleta, nata montada y sufganiá de oreo. Foto: Ronen Mangan

Mascarpone de maracuyá, ¿alguien se tienta?

Entre los muchos sabores que Roladin está listo para vender este Janucá hay algunos verdaderamente extravagantes: crema de mascarpone de maracuyá, hojuelas de coco y cerezas; o crema de vainilla, nueces caramelizadas, dulce de leche y crema batida.

Una sufganiá compuesta por crema batida y ganache de pistacho, galleta de almendras, cerezas crujientes y pistachos triturados. Foto: Ronen Mangan

¿Cómo se inventan todos estos sabores?

“En el momento en que termina Janucá, comenzamos a trabajar en la festividad del próximo año. Nos inspiramos en la cocina francesa y en diferentes capitales de todo el mundo pero también incorporamos sabores que les encantan a los israelíes, aunque en los últimos años se han vuelto cada vez más universales. El halva y el pistacho son amados en todos lados”, explicó Bachar Aharoni.

Roladin es el proveedor más famoso buñuelos de Janucá en Israel. Este está lleno de crema pastelera y cubierto con nueces caramelizadas, toffee y crema batida. Foto: Ronen Mangan

Después de que los chefs de Roladin hornean docenas de sabores, los ganadores son elegidos durante una reunión de degustación que se realiza a principios de mayo.

Al armar su colección de buñuelos, los expertos de Roladin tienen en cuenta los favoritos de siempre, las nuevas tendencias y cómo combinar los dos con armonía.

Pastel de crema de chocolate y chispas. Foto: Ronen Mangan

Siempre habrá sufganiot para niños, algo que Bachar Aharoni llama “un buñuelo feliz con chocolate”, así como las tradicionales de mermelada y dulce de leche, que representan la friolera del 40 por ciento de las ventas.

“Tratamos de satisfacer tantos gustos como sea posible. Somos muy diversos. Siempre habrá gustos muy achocolatados pero también otros que van por la ruta más agria”, indicó Bachar Aharoni.

Una escuela de buñuelos

Una sufgania de crema pastelera de frutos del bosque, bocaditos de merengue de fresa, crocante de cereza y nata de fresa. Foto: Ronen Mangan

Según Bachar Aharoni, Roladin no ha experimentado ningún cambio de sabor.

“Para ser honesto, todos los buñuelos son amados y vendidos, y no hay un sabor en particular que no haya funcionado. Pero siempre están las estrellas. Este año, por ejemplo, ya estamos viendo que el pistacho va bien”, reconoció.

Una sufgania con nata montada, crema pastelera de maracuyá, copos de coco y cereza crujiente. Foto: Ronen Mangan

De hecho, Roladin comienza a vender buñuelos de Janucá dos meses antes de la fiesta, por lo que cuando se enciende la primera vela, se conocen sus mayores éxitos.

“En septiembre de cada año abrimos nuestra escuela de buñuelos, que tiene lugar en nuestra panadería central en Kadima. Todos nuestros franquiciadores, trabajadores y panaderos vienen a nuestro entrenamiento muy estricto sobre cómo trabajar con las buñuelos al más alto nivel posible. Y en octubre, justo después de Sucot, comenzamos a venderlos”, afirmó.

Apertura en Londres

Sufganiá de crema de caramelo salado, toffee de caramelo y costra de azúcar de vainilla. Foto: Ronen Mangan

Bachar Aharoni señaló que los gustos y hábitos israelíes han evolucionado desde que Roladin abrió en 1989.

“Todo comenzó con mermelada y dulce de leche y luego evolucionó a crema pastelera y chocolate. Hace unos 33 años Roladin estuvo entre los primeros en presentar nuevos sabores a la dona tradicional. Y luego comenzó todo el tema de las decoraciones y cosas por el estilo”, manifestó.

Para ella, los sabores siempre fueron diversos, como una dona de halva desde hace 18 años y otra de pistachos desde hace 15.

Con la mira más allá de Janucá, Bachar Aharoni relató que Roladin tiene hoy 99 tiendas en Israel y que próximamente abrirá en Londres donde venderá buñuelos boutique durante todo el año.

Cuando la entrevista llegó a su fin, Bachar Aharoni se enfrentó a un ejercicio de periodismo contundente: entre todas las sufganiot que vende su empresa, ¿cuál es su favorita personal?

Su respuesta fue algo sorprendente: “Realmente me encanta la de mermelada. Es la más sabrosa”.