La fiesta de Janucá celebra un milagro en el Templo de Jerusalén en el siglo II A.C. luego la derrota de los griegos que ocupaban Judea a manos de un grupo de judíos conocidos como los Macabeos.

Según la tradición judía, al momento de la rededicación había aceite para  mantener encendida la menorá, el candelabro de siete brazos del templo, apenas un día. Milagrosamente, el aceite duró ocho días.
Al año siguiente los rabinos declararon que el milagro debía celebrarse de forma anual anualmente.

El aspecto principal de Janucá, que significa “dedicación” en hebreo, es el encendido de la janukiá, o candelabro de nueve brazos, durante ocho noches. Entre las costumbres están comer comidas freídas en aceite y jugar con una perinola de cuatro caras.

1. 44 velas

En una caja de velas para la janukiá hay al menos 44 unidades, suficientes para que una persona la encienda cada una de las noches, lo cual se considera una mitzvá u obligación religiosa. Algunas cajas incluyen velas extras pues suelen romperse con facilidad.
Las velas vienen en varios colores, tipos de cera e incluso aromas. Hay muchos que prefieren cumplir la obligación usando aceite para el encendido.

2. Cuidado con las calorías

Las comidas de la festividad son deliciosas pero están cargadas de calorías. Foto de Shutterstock.com.
Las comidas de la festividad, como las donuts, son deliciosas pero están llenas de calorías. Foto de Shutterstock.com.

 

No esperes que las comidas que consumas durante Janucá, freídas y azucaradas, no engorden. La opción  más popular durante esta fiesta es la sufganiá, o dona, conocida en algunos países como buñuelo o berlina. Está rellena de mermelada, dulce de leche o crema, y algunas están cubiertas con azúcar de repostería.
Cada una tiene entre 400 y 600 calorías. También son populares los latkes, pastelitos de papa, cada uno de los cuales tiene unas 150 calorías.
Un svinge (bollo marroquí) te «garantiza» entre 350 y 442. Las que menos calorías tienen, 85 cada una, son las monedas de chocolate.

Los israelíes devoran aproximadamente 24 millones de sufganiot durante la festividad, lo que suman unos 10.800 millones de calorías. ¡Buen provecho!

3. Janucá, Hanuká, Hanukkah…

A Janucá se le conoce también como Fiesta de las Luces o Luminarias, o de la Dedicación. Como si sus varios nombres no fueran suficientes, tiene diversas transliteraciones en otros idiomas, debido al sonido gutural en hebreo de su primera letra, que pierde su sabor en español y en inglés.

4. Trompo, perinola, peonza, sevivon o dreidel

Cualquiera que sea su nombre, las peonzas son parte esencial de la festividad. Foto de Flash90.
Cualquiera que sea su nombre, las peonzas son parte esencial de la festividad. Foto de Flash90.

 

A diferencia de los trompos o perinolas tradicionales redondos y que se hacen girar con una cuerda, la peonza de Janucá tiene cuatro caras, cada una con una letra hebrea diferente. Y se girar de forma manual.

En Israel, las letras son nun (נ), gimel (ג), hey (ה) y peh (פ), las primeras de la frase “Gran milagro sucedió aquí.” Fuera del país, la peh (פ) se reemplaza por la shin (ש) y el significado es: “Gran milagro sucedió allí (Israel)”.

Los griegos le prohibieron a los judíos estudiar la Torá, así que los niños solían reunirse en secreto para estudiarla y simulaban jugar con sus peonzas por si un soldado griego se aparecía.

El político y escritor israelí Avram Burg tiene la colección de peonzas más grande del mundo: más de 3.500.

En ídish, idioma hablado por los judíos ashkenazis, la peonza se conoce como dreidel, palabra cuya raíz que viene de drei: girar o lanzar. En hebreo el nombre es sevivon.

5. Una fiesta menor pero muy popular

Aunque es una de las fiestas judías más conocidas y celebradas, en término de rituales Janucá es una festividad menor si se compara con Pesaj, Rosh Hashana o Yom Kipur. Y ni siquiera se menciona en la Torá.

Algunos dicen que Janucá ganó popularidad a final del siglo XIX entre los judíos estadounidenses debido a que coincide, a veces, con la temporada navideña. El calendario gregoriano, por el que se rigen las fiestas católicas, es diferente al judío.

Otros opinan que la razón de la popularidad es su alegría. Maimónides, el gran rabino de origen español, escribió que la mitzvá (precepto) de encender la janukiá es incluso más importante que comprar vino para el shabat.

6. Un candelabro de nueve velas

La menorá es un candelabro de siete brazos utilizado en las sinagogas. Pero la janukiá tiene nueve y se usa solamente durante Janucá. Debido a que aquella también puede llamarse menorá de Janucá, la confusión surge con frecuencia.

La tradición indica todas las velas de la janukiá deben estar al mismo nivel, salvo el shamash, la novena, que enciende las otras ocho. El shamash tiene que estar un poco más elevado que el resto o por debajo.

7. Encendido en la dirección correcta

Un reflector muestra una janukiá, unos de los símbolos de Janucá, en los muros de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Foto de FLASH90.

 

Un sistema de navegación GPS podría ayudar a organizar el encendido de la janukiá. De acuerdo al uso más aceptado, las velas se deben colocar de derecha a izquierda, que corresponde a la dirección en la que se lee en hebreo. Pero hay que encenderlas de izquierda a derecha, dándole mayor atención a la nueva vela primero.