Cirujanos ortopédicos y plásticos del Centro Médico Universitario Hadassah-Ein Kerem, en Jerusalén, operaron con éxito recientemente a Muhammad Taluli, residente de Gaza de 42 años de edad cuya mano fue desfigurada por una enfermedad contagiosa extremadamente rara, epidermodisplasia verruciforme, también conocida como síndrome del “hombre árbol”.

Durante diez años Taluli padeció de dolorosos tumores en toda la mano, según el doctor Michael Chernofsky, que dirigió la operación.

«Este fue caso muy extraño que no está documentado en ningún libro de medicina», dijo Chernofsky en declaraciones a la prensa. «El paciente se volvió introvertido y se sentía avergonzado, y no quería que otros le vieran la mano. Siempre la tenía cubierta”.

Taluli decidió ir al centro médico después de haber no haber sido visto por doctores en Gaza, Egipto y de la Autoridad Palestina. La enfermedad, que es debilitante, puede derivar en cáncer.

Chernofsky, que se radicó en Israel después tras emigrar de Pensilvania en 2004, nunca había visto a un paciente con ese síndrome, pero había leído sobre un caso en Bangladesh el año pasado.

«Tengo mucha experiencia con casos difíciles y complicados, pero no hay documentación en la literatura médica sobre cómo tratar esta enfermedad,” dijo. “No fue fácil decidir que había que operarlo cuando vino».

«Investigamos extensamente sobre el síndrome para ver qué tratamiento sería el más eficaz», dijo el doctor Shai Luria, especialista en ortopedia.

El equipo que participó en la operación tomó precauciones adicionales para no ser infectados. Se cree que el síndrome es el resultado de una incapacidad genética para combatir el virus del papiloma humano.

Después de que los tumores de la mano fueron extirpados, se tomaron injertos de piel de otras partes del cuerpo del paciente para recomponerla. Vered Molcho, dermatólogo del Hadassah, le administró una vacuna contra el virus del papiloma humano para evitar la aparición de nuevos tumores.

«Después de diez años en los que me encerré avergonzado en casa y no podía trabajar debido a las limitaciones y el miedo al cáncer, los expertos del Hadassah han sido los únicos que me han devuelto la esperanza de recuperarme», dijo Taluli. «Realmente, espero haber dejado atrás todo este calvario, y espero volver a ver a mi familia, a mi esposa y a mis seis hijos».

El equipo médico sigue de cerca la recuperación de Taluli, quien pocos días después de la operación comenzó a recibir terapia ocupacional para acostumbrarse al uso de la mano, sin uso durante varios años.