Una técnica conocida como reducción del estrés basada en la investigación (IBSR, por sus siglas en inglés) sería capaz de mejorar el bienestar mental y físico de las mujeres diagnosticadas como susceptibles al cáncer de mama y de ovario.

Así lo indicó un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Tel Aviv (TAU) y que fue publicado en la revista médica JAMA Network Open.

El miedo y la incertidumbre luego de un diagnóstico de BRCA1/BRCA2 -genes portadores de cáncer de seno y ovarios- hace que muchas portadoras sufran síntomas psicológicos y físicos que alteran sus vidas debido a la conciencia de que aún no existe un tratamiento eficaz para prevenir esta enfermedad.

“En la actualidad, el único procedimiento activo para reducir el riesgo de cáncer de forma drástica es una mastectomía o una ovariectomía cuando la mujer tiene alrededor de los 40 años, tal como decidió hacerse la actriz Angelina Jolie en 2013”, afirmó el doctor Shahar Lev-Ari de la TAU.

El estudio realizado en 100 mujeres jóvenes portadoras de estos genes -actualmente bajo supervisión en el Centro de Pecho Meirav (MBC) en el Centro Médico Sheba-, fue parte de la tesis doctoral de la estudiante Clara Landau.

Los alumnos aprendieron y practicaron el método IBSR, que incluye técnicas de atención plena para reducir las creencias que causan estrés combinadas con reencuadres cognitivos.

Como resultado del IBSR, las portadoras del gen BRCA1/BRCA2 mostraron una notable mejora en todos los aspectos de la salud mental y el bienestar emocional, y sus patrones de sueño volvieron a la normalidad.

Esto también provocó un cambio de actitud con respecto a los procedimientos quirúrgicos preventivos; las mujeres pudieron tomar decisiones médicas racionales, como programar una cita para revisar las opciones quirúrgicas.

Lev-Ari concluyó que los servicios de atención médica en Israel y en todo el mundo deberían evaluar el impacto de hacer frente a un diagnóstico de BRCA1/BRCA2 en el bienestar emocional y la calidad de vida de las portadoras asintomáticas.

“Los servicios de salud deberían ofrecer intervenciones para promover la salud a nivel individual que hayan demostrado de manera científica que mejoran la calidad de vida y el bienestar emocional de estas mujeres”, indicó el especialista .