En muchas partes hay gente que se lamenta por el final del verano y el comienzo de un invierno largo y oscuro pero en Israel puede escucharse un fuerte suspiro colectivo de alivio ya que las abrasadoras olas de calor que nos han atormentado durante meses dan paso a un clima más fresco y agradable que no nos obliga a pensar dos veces antes de salir de nuestra casa con aire acondicionado.
Y no es solo la leve caída de las temperaturas lo que nos hace amar a Israel en el otoño sino también las siguientes ocho razones.
- Temporada de manzanas y granadas
No es una coincidencia que las manzanas y las granadas adornen las mesas de Rosh Hashaná. Es que estas están maduras para ser recolectadas exactamente en la época del Año Nuevo judío.
Las granadas, originarias de Irán, emigraron a Israel hace unos 4.000 años y se arraigaron profundamente en la cultura local hasta convertirse en una de las siete especies agrícolas enumerados en la Biblia como productos especiales de la Tierra de Israel. Algunas variantes de granadas crecen más temprano y más tarde en el año pero en la mente de la mayoría de los israelíes, la hermosa fruta está firmemente asociada con el comienzo del otoño.
Las manzanas también crecen aquí desde hace miles de años pero las especies más modernas con las que estamos familiarizados fueron plantadas en Israel a principios del siglo XX. Las manzanas son cultivadas en las regiones más frías de Israel como la Alta Galilea y los Altos del Golán, donde es posible hallar huertos de variedades como Delicious, Granny Smith y Anna. Algo más: muchos israelíes disfrutan de un día de recolección.
- Es ideal para hacer caminatas
La combinación de un clima levemente más fresco y los feriados por las fiestas judías hace que esta sea la mejor temporada para hacer senderismo.
Las salidas desagradablemente calientes en el desierto de repente se vuelven mucho más atractivas igual que los paseos húmedos en la costa de Israel. La zona de Jerusalén también tiene algunos senderos maravillosos pero también es posible elegir caminatas iluminadas por la luna.
- Llegan las primeras lluvias
Las primeras lluvias de temporada en Israel son un momento tan festivo que no solo reciben una mención especial en las noticias sino que incluso tienen su propia palabra para describirlas: “yoreh”.
Quizás este nivel de emoción tenga que ver con las condiciones climáticas únicas del Mediterráneo Oriental, donde prácticamente no llueve si no es en invierno, lo que hace que el regreso de esas gotas grandes y gordas sea una ocasión muy feliz.
También hay una palabra para la última lluvia de la temporada: “malkosh”.
- Las flores comienzan a brotar
Con mayor frecuencia, las flores en flor son asociadas con la primavera pero las que brotan del suelo después de la primera lluvia en Israel son particularmente hermosas.
Entre ellas están el azafrán de otoño, la Sternbergia amarilla brillante y el último presagio de la caída israelí, la esquila (Drimia marítima), a la que la poeta nacional Naomi Shemer dedicó su famosa canción Kemo Hatzav.
- Las aves migran
Unos 500 millones de aves pasan por Israel durante su migración de Europa a África antes del invierno. Así, el otoño es la estación perfecta para que lleves contigo un par de binoculares para disfrutar de la observación de aves.
Entre las aves migratorias hay patos, garzas, grullas y cigüeñas, y el lugar más famoso para observarlas es el lago Hula en el norte. Sin embargo, es posible disfrutar de la observación de aves de calidad en todo el país, incluso en las zonas urbanas de Jerusalén, sobre todo en las mañanas y el atardecer.
- Ocasos en septiembre y arcoíris en octubre
Septiembre y octubre son los mejores meses para apreciar dos de los fenómenos más impresionantes de la naturaleza: las puestas de sol y los arcoíris.
Si bien los atardeceres de Israel son increíbles durante todo el año, es un secreto bien conocido que son aún más hermosos en septiembre. Respecto a los arcoíris, la combinación de sol y lluvia esporádica que tiene lugar en octubre hace que sea la temporada principal. Sí, no te los puedes perder.
- Adiós a las sandalias
Todos los que sufren de talones agrietados, piel seca y manchas solares pueden comenzar a regocijarse porque llegó el momento de archivar las sandalias en el fondo del armario y reintroducir en los pies a esa sensación más acogedora que son los calcetines.
La mayoría de nosotros aquí en Israel usamos calcetines por última vez a mediados de marzo por lo que la emoción no debe subestimarse. De manera igualmente alegre, es momento sacar esos jerséis, cardiganes y camisetas de manga larga. Sí, otoño, te amamos.
- Es (con suerte) un momento para relajarse
De manera tradicional, el comienzo del otoño y las fiestas es una época de máxima relajación en Israel: el verano termina, la escuela comenzó y los feriados parecen no tener fin.
Tanto es así que la frase “después de las fiestas” es ampliamente usada para describir el estado de ánimo general de procrastinación, particularmente cuando se trata de las dietas.
Este año, la crisis del coronavirus, que el año pasado prácticamente arruinó nuestras fiestas, todavía está presente pero con suerte podremos mantener un cierto grado de relajación y esperar un año nuevo saludable.
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