Nadav Israeli, director de proyectos norte de BirdLife Israel para la Sociedad para la Protección de la Naturaleza en Israel (SPNI), sonríe mientras mira con binoculares el paso de una bandada de grajillas euroasiáticas que vuelan sobre el kibutz Kfar Ruppin en el valle del Jordán.

La escena ocurrió a mediados de septiembre cuando se dio comienzo de una temporada de migración de alrededor de 500 millones de aves que descansa y se alimentan en Israel durante su viaje desde Europa y Asia hacia África.

“Israel es la última ‘gasolinera’ en 3.000 kilómetros. Si los pájaros no encuentran suficiente comida aquí, no lograrán cruzar el desierto del Sahara”, explicó Israeli.

Una cigüeña negra se alimenta en la reserva de humedales de Kfar Ruppin. Unas 25.000 aves de este tipo migran a través de Israel dos veces al año. Foto: Thomas Krumenacker

Hasta hace un año, las aves migratorias tenían menos lugares para detenerse en su viaje por el país.

“Israel es la última ‘gasolinera’ en 3.000 kilómetros. Si no encuentran suficiente comida aquí, no podrán cruzar el desierto del Sahara” – Nadav Israeli (SPNI)

Como muchos kibutzim en esa zona del Valle del Jordán, Kfar Ruppin se asienta sobre humedales alimentados por manantiales cuyas fuentes de agua fueron desviadas en la década de 1930 para establecer piscifactorías.

En términos ecológicos, esa política significó un desastre.

“La piscicultura no era buena para las aves o la vida silvestre”, indicó Israeli, que se crió en otro kibutz de piscicultura, Ayelet Hashajar, cerca de la Reserva Natural de Hula.

Con millones de aves, reptiles, anfibios y pequeños mamíferos que necesitan hábitats, la SPNI decidió cambiar el paradigma de la protección de la naturaleza de la preservación a la reconstrucción.

Así, Kfar Ruppin fue elegido como sitio piloto para este audaz proyecto de once millones de dólares -unos 38 millones de shekels-, denominado Start-Up Nature.

Qué ocurrió en el Valle de Hula

Para entender la importancia del proyecto, hay que hacer un breve desvío hacia el norte hasta el Valle de Hula en la Alta Galilea.

El pantanoso lago Hula de 5,3 kilómetros de largo fue drenado en la década de 1950 para crear campos agrícolas y no para controlar los mosquitos que transmiten la malaria como popularmente se cree.

Esa táctica mal concebida había sido descontinuada para entonces porque en gran medida la malaria había sido erradicada en Israel.

Por otra parte, los ecologistas entendieron que la biodiversidad saludable mantiene las poblaciones de mosquitos de los pantanos bajo control de forma natural.

En un humedal saludable como este en Kfar Ruppin, insectos como las libélulas mantienen a los mosquitos bajo control. Foto: Abigail Leichman

En la década de 1990, el Keren Kayemet LeIsrael-Fondo Nacional Judío (KKL-JNF) dirigió un proyecto nacional para restaurar una pequeña porción del lago Hula a su lugar esencial en el ecosistema.

En la actualidad, el Agamon Hula es la “gasolinera” de aves migratorias más importante de Oriente Medio.
A su vez, el Parque Hula es también el principal destino turístico del norte de Israel y atrae a unos 400.000 por año para ver a 390 especies de aves y otros animales que prosperan allí, incluidos algunos que se temía extintos.

Cigüeñas en el lago Hula. Foto: Dov Greenblat/SPNI

“Hasta hace unos 150 años Israel, tenía cerca de 20.000 hectáreas de humedales naturales. Ahora tenemos menos del 10 por ciento”, dijo Israeli, que explicó que Start-Up Nature busca crear “mini-Hulas” en todo Israel para conseguir un mejor equilibrio de la naturaleza en beneficio de las aves y todo el ecosistema, incluidos los humanos.

Ganar o ganar

Start-Up Nature es obra de Dan Alon, director de Conservación de la Naturaleza y Protección Ambiental de SPNI, quien desempeñó un papel crucial en descubrir cómo las innumerables bandadas que regresaron al Valle de Hula podrían coexistir con las granjas de la zona.

“Lo que observé durante 30 años es que en nuestro pequeño y superpoblado país, las necesidades de desarrollo y el cambio climático aceleraron el ritmo de la degradación ambiental”, dijo Alon.

Según el especialista, en términos de hábitats cruciales necesarios para sostener la migración anual de 500 millones de aves, simplemente no hay suficientes humedales silvestres para proteger porque el agua se agotó, se secó fue desviada a la agricultura.

Sin embargo, en los últimos 15 años la piscicultura local se convirtió en una propuesta perdedora a medida que aumentaban los precios del agua y bajaban los valores del pescado importado.

En busca de fuentes alternativas de ingresos, algunos kibutzim cubrieron antiguos estanques de peces con paneles fotovoltaicos para producir energía solar.

“Si bien Israel necesita más energía renovable, los campos solares deberían estar en lugares donde no entren en conflicto con la naturaleza. Todas estas piscifactorías están ubicadas en arroyos de agua dulce”, detalló Alon.

A través de Start-Up Nature, los kibutzim tienen hoy otra opción: pueden trabajar con la SPNI para restablecer humedales y construir sitios de ecoturismo.

“El plan tiene más beneficios de los que originalmente pensábamos, no solo por el bien de la biodiversidad sino también por la captura y almacenamiento de carbono, así como por la educación y el turismo”, reveló Israeli.

De hecho, una compañía planea una iniciativa con SPNI para comercializar la compensación de carbono del sitio de Kfar Ruppin e invertir el dinero en más proyectos de reconstrucción.

“Estas 20 hectáreas no van a salvar al mundo al compensar todas las emisiones de carbono ni tampoco lo hará la reconstrucción de al menos 1.000 hectáreas alrededor de Israel que esperamos hacer pero sí pueden servir como ejemplo y ayudarnos a reconstruir más tierra”, manifestó Israeli.

Ambas márgenes del Jordán

El Parque de Observación de Aves y Reserva de Humedales Kfar Ruppin de poco más de cinco hectáreas fue inaugurado el año pasado como regalo por el 75 cumpleaños del mentor de Alon, el ornitólogo y profesor de renombre mundial Yossi Leshem de la Universidad de Tel Aviv.

Leshem, exjefe de la SPNI, creó el proyecto transfronterizo Búhos por la Paz con Jordania y la Autoridad Palestina, utilizando esas aves para el control natural de plagas en las granjas.

“Start-Up Nature representa lo mejor de lo que es Israel: visión, innovación y los valores judíos de humanidad y responsabilidad”, afirmó Leshem.

Sus estrechos lazos con Jordania permiten hoy que Start-Up Nature inspire proyectos similares en la frontera cerca de Kfar Ruppin.

Los humedales originales de Jordania, al igual que otros países de la cuenca del Mediterráneo, como Turquía, Siria y el Líbano, casi han desaparecido.

A la izquierda, la orilla del embalse de Amud que se  se encuentra justo sobre la valla fronteriza con Jordán (a la derecha). Foto: Gary Goldberg

El general jordano Mansur Abu Rashid, presidente del Instituto Amman para la Paz y el Desarrollo y socio de la SPNI desde hace muchos años, obtuvo los permisos iniciales en su país para iniciar un proyecto piloto al otro lado de la cerca.

Devolver el agua a la región

Nadav Israeli, gerente de proyecto de SPNI, observa el embalse de Amud lleno de juncos en Kfar Ruppin. Foto: Abigail Leichman

En la década de 1930 fue construida la represa de Degania para regular el flujo del mar de la Galilea hacia la parte baja del río Jordán y se bloqueó la curva del río para crear el embalse para las piscifactorías de Kfar Ruppin alimentadas por el río Jordán y manantiales subterráneos.

Luego de que cesó la operación de pesca, el kibutz intentó sin éxito cultivar trigo en el antiguo embalse.

“Ahora trabajamos junto a la naturaleza. Todo lo que tenemos que hacer es traer de vuelta el agua”, relató Israeli.

En febrero de 2021, cuando comenzó la reconstrucción del embalse de Amud la Autoridad de Parques y Naturaleza de Israel ya trabajaba para devolver a la naturaleza muchos de los arroyos subterráneos del área.

El embalse de Amud recuperado en Kfar Ruppin. Foto: Gary Goldberg

La vida se abre paso

No pasó mucho tiempo antes de que decenas de especies de aves, peces y vida silvestre encontraran su camino hacia el embalse de Amud.

“Me sorprendió lo rápido que llegaron. Para la primavera, el embalse estaba lleno de vida. Se podía oír a sapos y ranas cantando en la noche… Fue algo increíble. Pronto vamos a tener gatos de la jungla, nutrias, jabalíes, chacales y caracales”, vaticinó Israeli.

Con una sonrisa en su boca, Israelí dijo que lo que se está llevando a cabo allí es una especia de “Creación” y que eso “no es fácil”.

Prueba y error

“Incluso con los consejos de los mayores expertos de Israel, cometemos errores todo el tiempo. Pero para eso está el programa piloto. Aprenderemos qué funciona y qué no, y luego copiaremos y pegaremos la idea de reconstruir gradualmente las tierras agrícolas en otros lugares. Solo que se verá diferente en cada lugar porque el suelo, la temperatura y los sistemas de agua son diferentes”, explicó Israeli.

El segundo proyecto de Start-Up Nature comenzó en el kibutz Ma’agan Michael en la costa mediterránea. La locación se encuentra en otra ruta importante de migración de aves.

El plan de 13 hectáreas en Ma’agan Michael incluye cuatro estanques, un centro de visitantes, senderos accesibles para sillas de ruedas, escondites para pájaros y un puesto avanzado de investigación sobre migración en colaboración con la Universidad de Haifa.

Una misión educativa

Según el informe más reciente sobre el estado de las aves del mundo de BirdLife International, casi la mitad de todas las especies están disminuyendo debido a la agricultura intensiva, tala, pájaros invasores especies, explotación de recursos naturales y cambio climático.

El restaurado embalse de Amud y un parque de observación de aves construido el año pasado en otro sitio de Kfar Ruppin luchan contra esta tendencia al ofrecer a las aves un hábitat saludable y una estación de paso.

Las aves aventureras encuentran este destino de forma instintiva, no es necesario el uso del Waze.

Nadav Israeli de SPNI en Kfar Ruppin. Foto: Abigail Leichman

Sentado en un escondite de madera construido junto a un estanque, Israeli levanta sus binoculares y ve golondrinas de granero volando desde Escandinavia a África.

Observa cometas de patas negras y otras aves rapaces volando desde Europa oriental y Asia occidental.

“Antes, esta zona no era un humedal natural. Había varios estanques de peces y un pequeño arroyo. Hoy desviamos el agua del arroyo para hacer pequeños estanques de observación de aves junto a escondites de observación”, dijo.

El centro público de observación de aves y albergues en el kibutz dan alojamiento de un día a los excursionistas y observadores que pasan la noche allí.

“Podemos traer grupos escolares y enseñarles sobre la restauración y gestión del hábitat y por qué es importante. Y enseñarles sobre Israel como un punto crítico de migración y la integración del agua y la tierra de la que depende toda la vida”, dijo Israeli.

Un poste indicador en el Centro de Observación de Aves de Kfar Ruppin da instrucciones en hebreo, inglés y árabe. Foto: Abigail Leichman

Por su parte, Alon señaló que las áreas recuperadas no solo van a salvar especies raras como el águila moteada mayor y el francolín negro sino que también son buenas para las personas y la economía porque potencialmente generarán millones de dólares en ecoturismo.

Pensar más allá

Durante años, las iniciativas de reconstrucción en todo el mundo han progresado con el doble objetivo de conservar la vida silvestre y capturar el exceso de emisiones de carbono.

“Los humedales son incluso mejores que los bosques para capturar y retener carbono”, dijo Israeli.

En Europa y América del Norte, las organizaciones no gubernamentales pueden comprar terrenos para la restauración del hábitat pero en Israel la tierra solo se puede arrendar.

Por lo tanto, la SPNI no puede adquirir parcelas para Start-Up Nature sino que trabaja en cooperación con los kibutzim y recauda dinero para mantener los proyectos.

Nadav Israeli de SPNI le explica el proyecto de reconstrucción de Kfar Ruppin a Abigail Klein Leichman de ISRAEL21c. Foto: Jay Shofet

“Lo que otros países pueden aprender de esto es pensar fuera de la caja y es por ello que esto se llama Start-Up Nature, porque usa la manera israelí de pensar de forma creativa para lograr los objetivos”, afirmó Israeli.

De acuerdo con su testimonio, los contratistas se fueron del área hace un año y ahora hay un jardinero profesional con un equipo de especialistas para cuidar las plantas. “El jardinero dice que en todo el norte de Israel nunca había visto una vegetación tan saludable con cerca de 50 especies diferentes”, añadió.

El éxito inicial del proyecto Kfar Ruppin es alentador pero queda por ver qué tan bien se logran esos objetivos.

“En lo referido a proyecto de reconstrucción en todo el mundo, se requieren de diez a 15 años antes de que un hábitat vuelva a su capacidad máxima. En sitios áridos puede tomar cientos de años volver a su origen”, explicó el especialista.

ISRAEL21c en Español le consultó sobre el nivel de capacidad que alcanzó la Reserva de Humedales Kfar Ruppin en su primer año.

“Como dice la canción de The Carpenters, recién hemos comenzado”, respondió.

La Sociedad para la Protección de la Naturaleza en Israel les permite a los interesados conocer en vivo y de cerca más sobre esto y más temas ambientales a través de seminarios web bimensuales (en inglés).

Para acceder a estos webinarios (en inglés) y registrarse para otros futuros, clic aquí.