Es media mañana y alrededor de 20 serios entusiastas serios de la observación de aves están sentados en el observatorio del parque Rosh Tzipor (Cabeza de pájaro) de Tel Aviv.

Una fila de binoculares y lentes de cámara muy largos apuntan al lago donde un martín pescador de cuello blanco se sumerge en busca de su próxima comida y un cormorán vuela con gracia sobre su cabeza.

La mayor parte del grupo ha estado observando desde las 6 de la mañana y todos parecen satisfecho con los avistamientos de siete especies de aves diferentes.
En noviembre, esto aumentará drásticamente cuando 500 millones de aves de al menos 150 especies de Europa migren a través de Israel hacia África.

Vista del área de observación de aves en Rosh Tzipor. Foto: Natalie Selvin

El principal objetivo del Centro de Observación de Aves en este bosque de 3,25 hectáreas ubicado en el Parque Ganei Yehoshua de Tel Aviv era crear un hábitat natural de aves migratorias para que puedan descansar y obtener el alimento que necesitan para reunir fuerzas para la siguiente etapa de su vuelo.

Terminado en 2018, El sitio de exuberante vegetación, terminado en 2018, estuvo cubierto de campos de naranjos que habían destruido por completo la biosfera natural.

La naturaleza domina

“El secreto de esta regeneración ecológica es que nos concentramos en las necesidades de las aves y menos en el elemento humano. Es posible ver que los senderos para peatones se mantienen al mínimo para que la naturaleza domine. Los tres puntos de observación están colocados de forma discreta para que las aves no sean molestadas mientras se alimentan y descansan”, explicó el gerente del lugar Liran Kaniel.

Un martín pescador descansa tranquilo en la palma de la mano de un ornitólogo en Rosh Tzipor. Foto: Natalie Selvin

Kaniel, un arquitecto paisajista, indicó que cuando comenzó el proyecto hace cinco años, fue meticuloso al elegir árboles y plantas nativas del área que pueden sobrevivir solo con agua de lluvia.

Un ejemplo es el raro papiro rojo que recubre el pantano y que se obtuvo del jardín botánico de la Universidad de Tel Aviv.

Una crisálida de libélula en una hierba pantanosa en Rosh Tzipor. Foto: Natalie Selvin

“La hectárea de agua en la reserva está biofiltrada y no se ha agregado productos químicos. Además se construyeron canales con elevaciones escalonadas para mantener el agua circulando y oxigenada”, enfatizó Kaniel.

Un oasis verde

Rosh Tzipor es diferente de la mayoría de los centros de observación de aves en Israel porque su telón de fondo no es una cadena montañosa como en la Reserva Natural del Valle de Hula debajo de los Altos del Golán o el mar como horizonte del Centro Maagan Michael en la playa Carmel sino los rascacielos de Tel Aviv.

“Es realmente un oasis verde en el desierto urbano y solo se necesita una pequeña porción de tierra para lograrlo”, indicó Yaron Charka, ornitólogo jefe del Keren Kayemet LeIsrael – Fondo Nacional Judío (KKL-JNF).

De ese modo, Charka espera ver ciudades vecinas replicando el ejemplo de Tel Aviv.

La línea en las plumas de la cola de esta ave muestra que en algún momento hubo una deficiencia de nutrientes. Foto: Natalie Selvin

Si bien el centro puede ser algo pequeño, también contribuye a la investigación de las aves en Israel.

En su estación de anillamiento de aves se colocan pequeñas etiquetas de metal numeradas en las patas de las aves para realizar un seguimiento de su historia de vida y salud, entre otras cosas.
Iniciada a principios del siglo XX, esta técnica de seguimiento es practicada únicamente por anilladores autorizados.

Charka le explicó el proceso a ISRAEL21c en Español: las pequeñas aves a punto de obtener sus anillos son guardadas en las suaves bolsas de red en las que fueron capturadas en postes instalados en el bosque.

El primer pájaro que sale es un ruiseñor. Charka lo sostuvo hábilmente con las dos manos mientras se le colocó una banda en la pierna y se ingresó el número de serie en una base de datos.
El ave también se pesa, se le mide la longitud de las alas y la cola y se anotan las condiciones de muda de sus plumas antes de soltarla.

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El pájaro siguiente es una curruca gris, “un ave no muy conocida -dijo Charka- porque se esconde en los juncos. Este tiene alrededor de tres meses y quizás nació en Escandinavia o Polonia”.

Todos los datos recopilados son enviados a la base de datos ornitológica central de Israel para que cuando se vuelva a capturar un ave en el país o el extranjero, se pueda acceder a la información y actualizarla en todo el mundo.

Cada anillo o brazalete tiene un número de identificación y establece que el ave fue anillada en Israel. Foto: Natalie Selvin

Charka reveló que reciben comunicaciones del exterior al menos una vez a la semana, más recientemente desde Budapest acerca de una curruca que fue etiquetada en Rosh Tzipor.

La gente y pájaros

La conexión de las personas con las aves también es un objetivo en el centro, que tiene un equipo de voluntarios y recibe un flujo constante de visitantes, incluidos 7.000 grupos escolares cada año.

“Los fines de semana se ofrecen tres recorridos organizados y es una salida familiar muy popular”, contó Kaniel.

Natalie Selvin, coordinadora de redes sociales de ISRAEL21c, libera un ave en la naturaleza después de que fue anillada en Rosh Tzipor. Foto cortesía de Natalie Selvin

Luego están los observadores de aves serios: los que están hoy en el punto de observación no son un grupo organizado pero hay un ambiente de camaradería.

“Es mi paraíso”, afirmó Amnon Loya, un guía turístico profesional que llegó desde el norte para tomar fotos del chacal dorado que se puede ver en las orillas del lago o incluso nadando en él.

Amnon Loya es un guía turístico que llegó del norte durante tres días para fotografiar al chacal dorado. Foto: Natalie Selvin

Judith Goldfarb Yanos de Holón visita el lugar al menos tres veces por semana. “Me encanta ya que cada estación trae una vida diferente de aves. También es una atmósfera relajante”, expresó mientras mostraba las muchas imágenes que había tomado ese día.

Charka se conmueve con la reacción de los niños cuando les cuenta cómo las currucas eligen volar solas y no en bandada en un viaje de miles de kilómetros desde Europa del Este o Escandinavia hasta África.

“Espero que vean esto como un mensaje de empoderamiento”, dijo. Y añadió: “También les digo que digan que alguien es estúpido llamándolo ‘cerebro de pájaro’ es muy tonto, porque los pájaros son los más increíbles y capaces entre todas las especies”.