Como tantos otros, Michael Wardian (45), uno de los mejores maratonistas del mundo, empezó a correr por casualidad.
Pronto se dio cuenta de que era demasiado bueno como para tomárselo como un hobby más. «Jugué al lacrosse cuando era joven pero dejé de hacerlo en la universidad. Fue allí que comencé a correr, pero solo para estar en forma», explicó este nativo de Virginia, Estados Unidos, a ISRAEL21c cuando le preguntamos por el origen de su brillante carrera. «Y así fue que me enganché, como quien no quiere la cosa”, describió.
En 2018 Wardian participó de 53 competiciones y en lo que va de este año ya compitió oficialmente de otras 15.
Su más reciente aventura lo trajo a Israel, donde recorrió de principio a fin el famoso Sendero Nacional, una mitológica ruta de senderismo que recorre 1.100 kilómetros desde Eilat, en el sur, hasta el kibutz Dan en el norte.
Incluso en el caso de atletas de su envergadura, recorrer un país de punta a punta es una misión casi imposible a menos que se trate de un estado particularmente pequeño como el de Israel. «Cruzar todo el país era manejable en términos de distancia», señaló Wardian.
Desde que completó la maratón de Boston en 1997, Wardian se convirtió en un corredor profesional de maratones y ultramaratones, además de ser un agente marítimo internacional de tiempo completo.
«Creo que soy la única o una de las únicas personas en ganar una maratón en todos los continentes- Sí, además en el Polo Norte», confesó.
Wardian corrió su primera ultramaratón por una razón: “Pensé que no era posible. Y, por supuesto, luego te das cuenta de que sí lo es, que se puede. Es muy loco ver cómo cambia tu definición de lo que crees que es lograble cuando tienes más información sobre las cosas».
El atleta llegó a Israel por invitación de Zoli Bihari de Canaan Running Adventures, una iniciativa que promueve aventuras al aire libre y carreras a campo traviesa en Israel.
Bihari acompañó a Wardian (aunque no a pie), al igual que el fotógrafo Ian Corless, que documentó la experiencia. El corredor recorrió el camino de sur a norte entre el 12 y el 22 de marzo, rompiendo el récord anterior de 15 días.
Wardian corrió unos cien kilómetros por día y, con frecuencia, estuvo acompañado por miembros de la comunidad de corredores locales que se unieron para participar en algunas partes de su viaje. A veces se le unían uno o dos corredores pero otras veces 20. «Era como Forrest Gump», explicó entre risas. Y agregó: «Eso fue realmente lo que más me gustó de la aventura, poder compartirlo con la gente».
El estadounidense también se mostró asombrado por la diversidad del terreno y los paisajes que descubrió en el camino: «Realmente disfruté el desierto. Para mí fue hermoso. La parte alrededor de Timna, el parque allá abajo y Mitzpe Ramon«, narró.
Para él, pasar de la aridez del sur a los picos nevados del Monte Hermón, al final de su viaje fue una de las grandes sorpresas del itinerario.
Otro de sus momentos favoritos fue correr por Tel Aviv con el mar abierto frente a él: «Me quedé con los ojos llorosos. Fue súper especial», confesó.
Wardian dijo que la experiencia lo marcó a fuego: «Fue una de las más fuertes en mi vida. Me dio una confianza increíble pero también una creencia en la humanidad. Me emocionó ver a personas de todos los orígenes, religiones y culturas ayudando a un extraño al azar a lograr algo, solo porque sí… Una de las partes más geniales fue que la gente volviera día tras día”. Y añadió: “La oportunidad de compartir experiencias con las personas y aprender sobre ellas y sobre la cultura de Israel me cambió la vida», le confesó a Israel 21c.
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