No hay nada como una buena foto para revivir la historia. Esto podría explicar por qué son tan fascinantes estas fabulosas imágenes de los primeros años de Israel, sobre todo por haber sido tomadas en blanco y negro.

Las imágenes fueron devueltas a la vida por PhotoHouse, una legendaria tienda y galería que tiene un archivo único de más de un millón de fotos de los años previos y posteriores a la fundación del Estado hebreo en 1948.

Un judío religioso fuma un cigarrillo en Safed (1937). Cortesía de PhotoHouse

La historia de la galería empieza cuando Rudi Weissenstein llegó al Mandato Británico de Palestina en 1936. Nacido en Checoslovaquia, Weissenstein había servido al ejército de su país antes de estudiar fotografía en Viena y convertirse en fotógrafo de prensa. Luego, llegó la “locura” de mudarse a Israel. «Era muy sionista en su ideología, por lo que abandonó a su familia, su trabajo y toda su fortuna y llegó a Palestina con apenas un carné de prensa y una cámara», nos contó su nieto Ben Peter.

Pescadores trabajando en Eilat (1951). Cortesía de PhotoHouse

Una vez reinstalado, Rudi conoció a su compatriota Miriam, que había llegado a Tel Aviv con su familia en 1921. Se casaron y el hombre fundó PhotoHouse para vender las primeras fotografías propias y de su equipo. Algunos años más tarde, Miriam se unió a la empresa para encargarse del aspecto comercial del negocio, mientras Rudi seguía tomando fotos.

Una pionera lleva una jarra de leche. Ubicación desconocida (1941). Cortesía de PhotoHouse

 

«Realmente, Rudi amó su trabajo. Le apasionaba y estaba dedicado a ello», explicó Peter sobre el amor de su abuelo por la fotografía. Esta pasión, agregó, sólo fue igualada por el amor de Rudi por la música clásica. No por casualidad, su abuelo se convertiría en el fotógrafo de la Orquesta Filarmónica de Israel, cargo que ocupó durante décadas.

Niños pequeños comen matzá en Herzliya (1947). Cortesía de PhotoHouse

«La abuela era la jefa. Hay que decirlo. Era una persona muy crítica y dominante. Dirigió la tienda y los empleados, y continuó haciéndolo después de la muerte de Rudi en 1992», recordó Ben. Cuando él finalmente se unió, la tienda se convirtió en una empresa familiar multigeneracional.

Guardavidas posan en una playa de Tel Aviv (1949). Cortesía de PhotoHouse

Para entonces Miriam casi había renunciado a la idea de que alguien de la familia pudiera seguir con el negocio pero, después de trabajar con Ben, decidió que él sería quien lo haría. En total, pasaron unos siete años trabajando codo a codo.

La gente celebra el primer desfile del Día de la Independencia de Israel en Tel Aviv (1949). Cortesía de PhotoHouse

En la actualidad, la tienda es sede de exposiciones y eventos, y vende impresiones de alta calidad del trabajo de Rudi. Paradójicamente, las impresiones analógicas son muy populares en nuestra era digital.

«El conocimiento de la fotografía aumentó mucho. Porque todo el mundo tiene cámaras de buena calidad en sus teléfonos y las están utilizando. Debido a que nuestras fotografías se crearon de manera análoga y tienen un valor histórico, nostálgico y muy personal, las reacciones son muy emocionales”, explicó Ben.

Una caravana de camellos cruza el área del Mar Muerto (1959). Cortesía de PhotoHouse

«En realidad, los jóvenes que vienen a echar un vistazo se emocionan porque las fotos encienden su imaginación. Es como si suscitaran en ellos una especie de recuerdo bello de algo que nunca han experimentado», finalizó el hombre.

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