En el verano de 2018 salí de Londres y me fui de vacaciones a Tel Aviv. Seis meses después, con 29 años, empaqué mi vida en unas pocas cajas, compré un boleto de ida y me mudé a Israel.

Fue la decisión más lógica que pude tomar.

Construir un hogar en Tel Aviv me dio la seguridad y el coraje para finalmente declararme gay ante mi familia y amigos sin sentirme avergonzado o diferente. Por eso siempre estaré agradecido.

La playa Hilton de Tel Aviv durante la Semana del Orgullo. Foto: Tess Levy

Pasé mi infancia y adolescencia en Amberes, Bélgica, como un varón gay sin salir del clóset.
En 2011 me ofrecieron un trabajo en la casa de modas de Stella McCartney y me mudé a Londres. Fue una experiencia reveladora pero encontré el estilo de vida gay extremo y exagerado, especialmente en la industria de la moda.
Yo, simplemente, no encajaba.

En Tel Aviv, sin embargo, sentí por primera vez que ser gay era normal, que podía ser yo mismo y ser fiel a mi religión y mis valores, y que existía la opción de una vida diferente para mí en la que los dos personajes principales son hombres.

Varones y mujeres homosexuales caminan de la mano por las calles, la cultura gay es normativa e incluso se anuncia en vallas publicitarias.
En Israel puedo ser gay pero todavía puedo ser yo y finalmente puedo vivir mi mejor vida como mi verdadero yo.

Kenneth Gotlib, segundo desde la izquierda, y amigos en una fiesta de Purim en Tel Aviv. Foto cortesía de Kenneth Gotlib

En los dos años que llevo viviendo en Tel Aviv aprendí y vi mucho crecimiento y cambio dentro de la comunidad LGBTQ+ y la forma en que se integra e incluso beneficia a la sociedad en general.

“Descubrí un mundo maravilloso donde personas de todos los estratos sociales se mezclan para crear un arcoíris explosivo” – Kenneth Gotlib, jefe de prensa internacional del municipio de Tel Aviv-Yafo

La ciudad es un refugio para todo tipo de miembros de la comunidad LGBTQ+ sin importar sus creencias, religión u origen, gente que sale de fiesta o se quedan en sus casas, solteros o no. Todos tienen una gran cantidad de opciones.

Kenneth Gotlib disfruta de una copa de vino en Tel Aviv. Foto cortesía de Kenneth Gotlib

En Israel finalmente puedo donar sangre como hombre gay, puedo registrarme a mí y a mi futura pareja como unión y que eso sea legal, e incluso puedo considerar la subrogación para algún día construir la familia que siempre soñé.

Todas estas son opciones que nunca vi viables ni en Amberes ni en Londres.
Tal vez existan, pero nunca tuve la sensación de que ninguna ciudad me proporcionara un espacio seguro para explorarlas incluso como un hombre gay, a menudo visto como un extraño.

Kenneth Gotlib camina por el Shuk HaCarmel de Tel Aviv. Foto cortesía de Kenneth Gotlib

En Tel Aviv me siento parte integral e incluso importante de la sociedad. En muchos sentidos, se podría argumentar que le debo mi vida futura a Tel Aviv y, sin duda, es algo colorido.

El 10 de junio Tel Aviv celebrará el Desfile del Orgullo Gay.
Asistí a mi primer evento de este tipo en 2021 cuando se levantaron las restricciones del COVID-19 y la ciudad finalmente pudo celebrar de nuevo.

Decenas de miles en el desfile anual del orgullo de Tel Aviv. Foto: Anna Wachspress

Aquí descubrí un mundo de maravillas, donde personas de todos los estratos sociales se mezclan para crear un arcoíris explosivo.
Celebrar el orgullo en Tel Aviv, la ciudad que me enorgulleció de quien soy, es realmente una bendición y uno de los mejores sentimientos que experimenté.

La Semana del Orgullo simboliza hasta dónde ha llegado la sociedad israelí en la aceptación de la comunidad LGBTQ+. Sí, más que en otros lugares del mundo.

El desfile es uno de los eventos más importantes de la ciudad y muestra la cultura verdaderamente receptiva, abierta y acogedora del mejor activo de Tel Aviv: sus habitantes.

No conozco otra ciudad donde uno pueda sentirse tan abierto y aceptado por su entorno, y eso es exactamente lo que pretende ser Tel Aviv.
De hecho, esos son los componentes básicos de su sociedad.

Hoy, trabajo para la ciudad de Tel Aviv y me da mucha alegría poder devolverle algo al lugar que me dio tanto.

*Kenneth Gotlib es jefe de prensa internacional del municipio de Tel Aviv-Yafo.