Aunque ahora la quiere llevar al siguiente nivel, la compañía GenCell Energy  de Israel no inventó la pila ni las celdas de combustible: en realidad fue un científico galés quien creó esta solución ecológica en 1839 y su primer uso comercial fue a bordo de la nave espacial Apolo 11 de la NASA hace cincuenta años.

«Nuestra visión fue que si la tecnología de pilas de combustible era buena para el espacio exterior, podría serlo también para la Tierra», explicó el director general de GenCell, Rami Reshef.

Las pilas de combustible son realmente atractivas porque causan cero emisiones. Estas generan electricidad a través de una reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno. Y el agua es el único subproducto.

Hasta ahora, las pilas de combustible no habían sido económicamente prácticas. En 2010, Reshef y su compañero, el veterano de la Fuerza Aérea Gil Shavit se reunieron con el científico de pilas de combustible Gennadi Finkelshtain. Tras emigrar de la ex Unión Soviética a Israel en la década de 1990, Finkelshtain estableció una compañía pionera de pilas de combustible portátiles.

Reshef y Shavit decidieron unirse a Finkelshtain en su próxima empresa de generadores basados ​​en pilas de combustible destinados a reducir el uso generalizado de combustible diesel, que es altamente contaminante.

Reshef explicó que los generadores diesel son la única alternativa para muchos de las mil millones de personas que carecen de electricidad centralizada: «Pensamos que si podíamos mejorar la vida de tantas personas y hacerle un bien al medio ambiente, tendríamos una fórmula ganadora. Esa fue la lógica detrás de nuestra decisión de comenzar conGenCell».

En 2016, luego de cinco años de investigación y desarrollo para maximizar la eficiencia y la asequibilidad, GenCell presentó la línea G5 de generadores de respaldo impulsados ​​por gas hidrógeno.

Reshef estimó que el costo de funcionamiento de G5 es entre un tercio y la mitad más bajo que un generador diesel.

El gas hidrógeno es un combustible libre de carbono fácilmente disponible. Alrededor de 20 millones de toneladas de gas hidrógeno se producen anualmente en todo el mundo para su uso en refinerías, semiconductores y muchos procesos industriales.

Con sede en Petah Tikva y una oficina en EEUU, GenCell ya vendió unidades G5 a clientes de 13 países diferentes.

«Tenemos sistemas que se usan en Europa, Israel, EEUU y el sudeste asiático. Y ya estamos comercializando productos en Sudamérica y África», explicó Reshef.

«Nos enfocamos principalmente en la industria de las telecomunicaciones (torres celulares y estaciones base) y subestaciones de servicios públicos. También hemos realizado proyectos para hospitales, seguridad nacional y varios otros sectores», agregó el empresario.

Recientemente, el centro médico Hillel Yaffe, en Hadera, instaló un G5 para garantizar la alimentación ininterrumpida de la unidad de cateterismo cardíaco y reducir la dependencia de los generadores diesel.

La segunda solución de pilas de combustible de GenCell, denominada A5, está en prueba para ver si puede ser usada en cualquiera de las aproximadamente 1.200.000 torres de telecomunicaciones en todo el mundo.

En el Mobile World Congress en marzo de 2019, este producto ganó el Premio Green Mobile GSMA (Sistema Global para Comunicaciones Móviles).

El A5 produce hidrógeno a partir de amoníaco líquido, proporcionando energía limpia, continua y rentable para estaciones base móviles rurales.

Instalación de una solución de energía fuera de la red GenCell A5. Foto cortesía

En comparación con los generadores diesel, se espera que el A5 ahorre a los operadores un promedio de 250 millones de dólares en 1.000 torres durante un período de diez años.

GenCell Energy emplea a 90 personas y tiene dos líneas de producción que fabrican diferentes partes del G5 y A5. Una está en su sede, en Israel, y la otra está en EEUU.

El presidente de GenCell es Benny Landa, pionero israelí de la impresión digital. Reshef conoció a Landa hace 32 años, diez años después de que el emprendedor fundara Indigo Digital Printing.

Si bien los israelíes no inventaron las pilas de combustible, sí idearon una tecnología que es limpia, no depende del clima y es más asequible que el diesel. «Esto es lo que hace que GenCell sea único. Nadie más puede competir con el diesel en costo. Es genial ser ecológico, pero si no puedes competir económicamente con la alternativa, no funcionará», concluyó el emprendedor.

Mirando hacia el futuro, GenCell está trabajando en una pila de combustible de hidrógeno para impulsar los vehículos de transporte público.

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