El 13 de julio, mientras conducía desde su trabajo en Jerusalén hacia su casa en Ashkelon, Debbie Gross Steinberg escuchó la noticia que la ciudad en la que reside lideraba la venta de nuevos apartamentos en Israel.

Solamente entre febrero y abril se vendieron 951 unidades a estrenar en la ciudad costera de 150.000 habitantes, una población que creció un 25 por ciento en los últimos diez años.

¿Por qué esto es sorprendente? Es que Ashkelon se encuentra diez kilómetros al norte de la Franja de Gaza. En mayo, la ciudad estuvo bajo un fuerte bombardeo de misiles durante 11 días en los cuales sufrió algunos impactos directos.
Las dos primeras muertes de Israel en este último estallido se produjeron justamente allí.

Pero Steinberg no se asombró. La perspectiva de tener que dormir de vez en cuando en el Mamad, la habitación segura y reforzada de su apartamento, no la disuadió a ella ni a su marido Marc de mudarse de Jerusalén a Ashkelon hace un año y medio.

Marc Steinberg en el balcón de su apartamento en Ashkelon disfrutando de una copa de vino y la vista al mar. Foto: Debbie Gross Steinberg.

“La verdad es que los cohetes pueden impactar en cualquier parte. Esa es la forma en que lo entendimos”, afirmó Steinberg, directora de Tahel, un centro nacional de crisis para mujeres religiosas y niños que sufren abuso sexual y violencia doméstica.

La activista se crió en Nueva Inglaterra, EEUU, y desde que emigró a Israel en 1978 siempre soñó con vivir en la playa. Cuando su esposo se acercaba a la fecha de su jubilación, juntos investigaron las ciudades costeras y hallaron que Ashkelon era asequible y se encontraba a una distancia razonable en automóvil de su sitio de trabajo.

“Lo bueno de Ashkelon es que es muy provincial. Una conoce a los dueños de las tiendas y a la gente. Hay buenos restaurantes y negocios, un nuevo puerto deportivo y actividades para personas mayores. El clima es encantador y el ritmo de vida es más lento que en Jerusalén o Tel Aviv”, describió la mujer.

Después de cada día de trabajo, y a medida que se acerca a Ashkelon, Steinberg comienza a relajarse. “Llego a mi casa y salgo al balcón con una copa de vino y veo la hermosa playa”, afirmó.

Bañistas en la ciudad de Ashkelon en el sur de Israel el 21 de mayo de 2021, un día antes del alto el fuego con Gaza. Foto: Yonatan Sindel/Flash90

Dos veces mejor por la mitad de precio

Motti “Señor Ashkelon” Ben Yitzhak. Foto cortesía de Motti Ben Yitzhak

“Una de las frases que más uso es ‘Ashkelon es dos veces más agradable por la mitad de precio’, y la verdad es que es así”, indicó Motti Ben Yitzhak, agente inmobiliario también conocido como “Señor Ashkelon”.

Para él, el precio de comprar una propiedad en Ashkelon es significativamente más bajo que en cualquier otro lugar de la costa, incluidos Tel Aviv, Ashdod, Herzliya, Cesárea y Netanya.

Originario de Londres, Ben Yitzhak, trata principalmente con clientes de habla inglesa de Israel y del extranjero, denominados como “anglos”. “Ellos se sienten particularmente atraídos por los numerosos edificios de gran altura frente al mar que se han erigido en los últimos tres o cuatro años. Especialmente aquellos que desean venir aquí para jubilarse y les gusta mirar el mar cuando abren los ojos cada mañana”, expresó.

Ashkelon Sea & Sky, un proyecto futuro de gran altura frente al mar. Imagen cortesía de Motti Ben Yitzhak

Recientemente, el municipio envió a Ben Yitzhak a EEUU para promover la ciudad en sinagogas y reuniones de salón en Nueva York y Nueva Jersey.

Pero, de forma inevitable, los potenciales clientes sacan a relucir el tema de Gaza. “Les explico que de vez en cuando tenemos conflictos militares y que tomamos todas las precauciones necesarias mientras seguimos con nuestras vidas, que en general suelen ser muy pacíficas y agradables”, dijo el corredor de bienes raíces.

Otra cuestión recurrente para el público estadounidense es la violencia urbana. Sobre esto, Ben Yitzhak explicó que el crimen callejero es “virtualmente inexistente” en Ashkelon. “Salvo en los momentos en que nos disparan cohetes, la mayoría de las personas nos sentimos más seguras caminando de noche por las calles de Ashkelon que en Nueva York y Nueva Jersey”, comparó.

A su vez, Ben Yitzhak afirmó que el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro, utilizado por primera vez en 2011, hizo que los residentes se sientan más seguros.

Una batería de la Cúpula de Hierro desplegada en Ashkelon. Foto: Noam Rivkin Fenton/Flash90

“Es un sitio maravilloso”

“Fuimos la primera zona en contar con la Cúpula de Hierro porque tenemos una infraestructura estratégica que incluye la Compañía de Electricidad, una planta desalinizadora y un oleoducto”, explicó David Zwebner, director de la agencia inmobiliaria Ashkelon Properties.

Criado en Sudáfrica, país de donde emigraron los fundadores de la moderna ciudad de Ashkelon a principios de la década de 1950, Zwebner vive en Israel desde 1966.

“La gente solía tener miedo de Ashkelon por su proximidad a Gaza pero durante los estallidos la gente venía de otras partes de Israel para ayudar en el sur y fue entonces que descubrieron que es un lugar maravilloso. Las personas se dan cuenta de que los habitantes de Gaza no apuntan específicamente a Ashkelon, y por la forma en que está diseñada como una ciudad-jardín, casi no hay daños físicos por los proyectiles”, manifestó Zwebner.

Todos los apartamentos que este agente vende tienen vistas al mar. En los últimos tres años, vendió 60 apartamentos. Durante los 11 días de la última escalada de violencia entregó nueve unidades.

“La gente pensó que tal vez los precios habían bajado por el conflicto pero esto no ocurrió. Hay una mayor demanda -dijo Zwebner- y desde principios de este año ya vendí un promedio de cinco apartamentos al mes”.

El agente de bienes raíces David Zwebner disfruta de una vista de Ashkelon. Foto cortesía de David Zwebner

Sus clientes también son todos “anglos”, en su mayoría profesionales de 60 años. Cerca del 70 por ciento compra una propiedad en Ashkelon como segunda residencia porque no está muy lejos de Jerusalén ni del centro de Israel.

“El lugar se volvió más popular por la pandemia ya que muchos vieron que sus hijos y nietos estaban encerrados. Así, decidieron comprar un lugar barato en la playa donde todos puedan venir. Tiene sentido”, indicó Zwebner.

¿Y qué pasa con los precios? “Cuando la gente ve las propiedades en Ashkelon, preguntan ‘¿Cuánto vale?’ Y cuando escuchan el precio, dicen: ‘¿Hablas en serio?’. Invierto en cada proyecto que vendo, así que pongo mi dinero para lograrlo”, afirmó el inmobiliario.

Una vista del puerto deportivo de Ashkelon. Foto: Flash90

Algo más además de la playa

Los 12 kilómetros de playas son el atractivo principal de Ashkelon pero la ciudad también cuenta con un estadio deportivo, un centro cultural, un complejo de recreación, restaurantes frente al mar, senderos para bicicletas, el parque acuático Ashkelon Sea Park con actividades como muros de escalada y tirolesas, el Centro Médico Barzilai y un parque arqueológico nacional que exhibe objetos de 5.000 años de antigüedad hallados allí mismo.

Una de las tantas ruinas arqueológicas del Parque Nacional Ashkelon. Foto cortesía de la Autoridad de Parques y Naturaleza de Israel

Cuando hace cuatro años Patti y Richard Schwartz planeaban su mudanza a Israel desde Scranton, Pennsylvania (EEUU), el hombre estaba a punto de jubilarse.
Así, además de buscar “un lugar donde nunca volveríamos a ver nieve y frío”, la pareja indagó acerca de ciudades que ofrecieran actividades para personas de su edad. Y Ashkelon cumplió con los requisitos.

Patti y Richard Schwartz se mudaron de Pensilvania a Ashkelon. Foto cortesía de Patti Schwartz

“En esta ciudad, si queremos podemos caminar cada día por el parque nacional y movernos de noche por cualquier lugar. La playa es magnífica y está a solo una cuadra de distancia de nuestra casa. Además, hay otros angloparlantes jubilados en Ashkelon. La comunidad crece constantemente y la gente es muy agradable”, reconoció Patti Schwartz.

La primera vez que escucharon una sirena de advertencia de un cohete enemigo, la pareja entró a su habitación segura y mantuvo la calma. En los últimos enfrentamientos, se fueron de casa y salieron de vacaciones por otros lugares de Israel hasta que todo volvió a la calma.

Una vista en el paseo marítimo de Ashkelon, el 18 de mayo de 2021. Foto: Avi Roccah/Flash90

“Cuando ocurren las guerras, muchos residentes se van pero cuando regresan se encuentran con la clásica paz del lugar. La mayoría de los recién llegados a Ashkelon, y aquellos que buscan comprar aquí, entienden que la amenaza es mínima y que si uno quiere vivir en Israel, debe aceptar que existe un cierto riesgo”, explicó Ben Yitzhak, que destacó que después del conflicto de mayo, las consultas sobre compras de apartamentos no hicieron más que aumentar.

El agente inmobiliario recordó que el alcalde de la ciudad salía en las noticias cada día y que así fue como mucha gente empezó a tomar nota acerca de Ashkelon. Eso, dijo,  se convirtió en consultas y, finalmente, en ventas.

“Finalmente se reveló el secreto de Ashkelon y por eso la gente está llegando aquí en grandes cantidades en comparación con años anteriores. Ya no somos una comunidad pequeña sino una grande y diversa con familias jóvenes y hasta jubilados. Esto es algo que hace una década no existía”, reveló Ben Yitzhak.