Mientras la guerra en Ucrania continúa la organización internacional de ayuda humanitaria y socorro SmartAID creó “aulas inteligentes” en línea en Moldavia, Polonia y otros países vecinos.

De ese modo, los estudiantes primarios y secundarios que huyen de la guerra pueden continuar aprendiendo con sus compañeros y maestros dispersos en diferentes áreas.

Shachar Zahavi, director fundador de SmartAID, indicó que más de 700.000 alumnos ya  cruzaron la frontera con Ucrania y que la mayoría de los niños están traumatizados,

En el centro, Shachar Zahavi observa cómo John Maxemchuk, del Fondo Mundial para la Infancia de Moldavia, habla con un niño ucraniano en un aula inteligente. Foto cortesía de SmartAID

La organización sin fines de lucro que dirige trabaja en coordinación con el Ministerio de Educación de Ucrania y junto a otras iniciativas como Global Empowerment Mission, Lifting Hands International, Moldova World Children’s Fund y Pandemic of Love,.

“SmartAID está abriendo aulas inteligentes para niños refugiados en más de 100 escuelas en Polonia y más de 30 en Moldavia. En las próximas semanas abriremos cientos de clases inteligentes más en los países anfitriones”, afirmó Zahavi.

Las aulas incluyen computadoras portátiles, proyectores, tabletas, auriculares, pantallas inteligentes y asistencia técnica.
SmartAID brinda la tecnología para vincular a los niños con sus antiguos maestros, algunos de los cuales también son refugiados y otros que permanecen en el oeste de Ucrania.

“La escuela es psicológicamente muy importante porque la situación de los niños es muy difícil. Estos niños dejaron todo atrás y ahora viven en albergues temporales o con familias anfitrionas”, contó el directivo.

Una tarjeta de agradecimiento de uno de los estudiantes para Shachar Zahavi y SmartAID. Foto cortesía de SmartAID

A pesar de la guerra, las aulas inteligentes les brindan a los niños una rutina diaria de estudio de 8 a 14/15.

Dado que los hombres ucranianos de 18 a 60 años no pueden salir del país, la mayoría de los niños huyeron del país con sus madres y, en algunos casos, con abuelos ancianos.
“Mientras los niños estudian sus familiares pueden lidiar con sus propios problemas”, remarcó Zahavi.

Rostros familiares

Zahavi, que se mueve de forma permanente por las áreas circundantes cercanas a la zona de guerra, dijo estar feliz de ver “los ojos de los niños iluminarse” cuando se reencontraron con amigos y maestros en la pantalla.

“Los niños no saben adónde van ni qué les va a pasar pero allí están, mirando rostros familiares, haciendo tareas escolares y escribiendo en sus cuadernos”, destacó.

SmartAID y sus socios establecieron aulas inteligentes para niños refugiados ucranianos. Foto cortesía de SmartAID

Zahavi no es ajeno a los traumas en todo el mundo. Estuvo con damnificados después del terremoto en Haití donde, dijo, “la gente vio a sus familias perecer”.

“Con la guerra de Ucrania aún en curso, los refugiados hablan de sus padres, maridos, hijos y hermanos que se quedaron para luchar. Es muy estresante. Los desplazados no saben si volverán a verlos alguna vez”, expresó.

Una niña ucraniana refugiada asiste a la escuela de forma remota. Foto cortesía de SmartAID

Además de su trabajo con las aulas inteligentes, SmartAID se asoció con Moldova World Children’s Fund y SpaceX’s Starlink para instalar y desplegar unidades Starlink en refugios temporales, campamentos y escuelas en todo Moldavia para brindar acceso a Internet a cientos de miles de refugiados, así como a agencias de ayuda y socorristas.

Un aspecto sobresaliente es que la ONG trabaja con la población local en todos sus proyectos.
“En Moldavia SmartAID instaló aulas inteligentes en centros comunitarios y escuelas existentes con la premisa de que una vez que los niños ucranianos regresen a sus hogares, las clases serán utilizadas por los niños locales. La gente de los países vecinos está ayudando a los refugiados ahora pero en el futuro podremos ayudarlos también a ellos”, finalizó.

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