Parece extraño y sutil, pero este inesperado cuento de hadas que tiene lugar en la orilla del arroyo Sorek, en Jerusalén, ha sido creado por millones de diminutas arañas de mandíbulas grandes.

De una especie llamada tetragnátidos, éstas han construido gigantescas telarañas que envuelven por completo árboles y zonas del bosque para crear un fenómeno que rara vez se ve en el Medio Oriente.

Las arañas del cuento, que generalmente son criaturas solitarias que les gusta vivir en hábitats húmedos o pantanosos, se sienten atraídas al arroyo debido a la enorme población de mosquitos que vive allí. El arroyo lleva aguas residuales tratadas, ricas en nutrientes que atraen a estos. Siguiendo el ciclo alimentario, las arañas comen mosquitos, que les encantan, por lo que su número ha crecido considerablemente.

Sin embargo, las telarañas no durarán mucho. Aunque haya millones de saquitos con huevos y arañas recién nacidas en las orillas del río, la temperatura está bajando, lo que se tendrá como consecuencia una drástica reducción de la población de mosquitos, su principal fuente de alimentación.

Telarañas gigantes cubren zonas boscosas en las orillas del Sorek. Foto de Yonatan Sindel/Flash90.
Un escenario mágico que se destaca por su singularidad. Foto de Yonatan Sindel/Flash90.
Las arañas cuelgan de las telarañas. Foto de Yonatan Sindel/Flash90.
Escena mágica raramente vista en la región. Foto de Yonatan Sindel/Flash90.