Salay Haim Raveh es un instructor de acondicionamiento físico y krav maga de Haifa que analiza la forma en que los atletas realizan sus entrenamientos.

Su nueva startup Tropx diseña ropa deportiva innovadora con sensores integrados conectados a una aplicación que puede mejorar el rendimiento y prevenir lesiones.

Raveh (30), era instructor de aptitud física en las Fuerzas de Defensa de Israel y se graduó del Instituto Wingate de Educación Física y Deportes.

Durante 12 años trabajó como entrenador personal pero aunque observó de cerca a sus clientes mientras entrenaban, se dio cuenta de que ellos no sabían lo que estaba pasando en sus músculos, articulaciones y tendones.

Así, fue a estudiar ingeniería mecánica y biomecánica en ORT-Braude.
Mientras estaba allí, conoció a Dekel Nadaf, otro estudiante de ingeniería mecánica. Además de sus cursos regulares, juntos estudiaron emprendimiento.

“Tuve la idea de los sensores en la ropa deportiva y Nadaf trabajó en el concepto. Vi la necesidad de vincular lo que estaba pasando dentro de los cuerpos de las personas con los ejercicios que estaban haciendo en el gimnasio”, reveló.

Maximizar el rendimiento

“El cuerpo es muy complicado. Yo buscaba desarrollar un sistema que ayudara a las personas a entrenar y maximizar su desempeño”, le dijo Raveh a ISRAEL21c en Español.

Los sensores de Tropx incorporan algoritmos para analizar el rendimiento del entrenamiento. Estos leen las frecuencias cardíaca y respiratoria ,y los niveles de ácido láctico de las personas durante sus ejercicios.

Si los movimientos son incorrectos, las imágenes en tiempo real permiten a los usuarios ajustar sus movimientos en función de los comentarios individualizados.
La información también se evalúa en función de los puntos débiles y los objetivos deportivos de cada atleta.

Para su investigación y desarrollo inicial, Raveh recibió fondos de Cactus Capital de la Universidad Ben Gurion, la Autoridad de Innovación de Israel y Maccabi Haifa Carmel, la asociación deportiva más grande de Israel que tiene 16 sucursales en todo el país.

También participó en el programa de aceleración 8200 IMPACT para nuevas empresas tecnológicas israelíes que tienen como objetivo resolver problemas sociales y ambientales significativos a través de tecnología avanzada.

Luego, en 2020, Raveh fundó Tropx con un pequeño grupo de entusiastas del deporte e ingenieros, incluido su amigo de la infancia Gal Abir, que creció con él en el mismo edificio en Haifa.

“Gal se graduó con una doble titulación en matemáticas e informática del Technion, así que sabía que era inteligente y responsable”, dijo Raveh. Y lo nombró director de tecnología.

Impermeable y hecho para viajar

El objetivo de Raveh es fabricar ropa deportiva de alto rendimiento con sensores que transmitan la información al usuario, así como a los entrenadores y formadores.

“Un entrenador que supervisa una práctica de fútbol recibirá una alarma de que el jugador 8 está en peligro de sufrir un tirón en el tendón de la corva”, contó.

Luego, el entrenador puede enviar al jugador a un gimnasio donde puede hacer un entrenamiento no para desarrollar músculos sino para convertirlo en un mejor jugador de fútbol en el campo de juego.

Hay otras prendas deportivas que ahora tienen monitores de cámara pero no se puede correr ni nadar con ellos.
Pronto, los sensores de Raveh serán impermeables y estarán hechos para viajar.

“Este es un enfoque holístico para mejorar el rendimiento de los atletas en todo tipo de deportes”, dijo Raveh, y agregó que Tropx probará su tecnología en atletas de Maccabi para fines de 2023.

Desde la izquierda, la profesora Ella Been, Salay Haim Raveh con Gal Abir en su espalda, Hayim Makabee, Dekel Nadaf, Aviv Yehezkel. Foto cortesía de Tropx

Abir explicó que la compañía tiene como meta desarrollar algoritmos para más de cien ejercicios diferentes. La investigación y desarrollo se realiza bajo la dirección de la profesora Ella Bean, jefa de terapia deportiva en Ono Academic College; y Hayim Makabee, desarrollador de software.

Raveh ubicó su oficina cerca del puerto de Haifa ya que, según dijo, “se ha convertido en el centro norte de nuevas empresas”.
Él es la primera persona de su familia en convertirse en empresario.

Es difícil no notar sus músculos. Trabaja duro en el gimnasio y su prioridad es mantenerse en forma. “Tengo que parecer un entrenador. Mi cuerpo es como mi tarjeta de presentación”, manifestó Raveh.

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