Algunos lo llaman plaga. Yoav Motro lo llama guerra.

Los enemigos son enormes ejércitos de langostas del desierto que destruyen granjas y tierras de pastoreo en nueve países de África Oriental.

Desde enero, solo en Etiopía las langostas conquistaron más de 1.200.000 millones de hectáreas

En 2013, en Motro, especialista en vertebrados y langostas del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel, fue el comandante de una exitosa batalla en el país contra estas criaturas aladas.

El doctor Yoav Motro, especialista israelí en langostas, en Etiopía. Foto cortesía

Desde entonces trabaja fervientemente con socios regionales para asegurar que no regresen.

 

Cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se acercó a Israel en busca de apoyo financiero para Etiopía en la lucha contra estas plagas migratorias más destructivas del mundo, Motro sintió que eso no era suficiente.

“Les dije: ‘Tengo una idea mejor: ayudarlos a ayudarse a sí mismos. Podemos hacerlo trayendo el equipo correcto con nosotros y capacitándolos para usarlo’”, contó el especialista.

De ese modo, Motro y otros tres expertos terminaron pasando dos semanas de noviembre en Jigjiga, en la región de Somalí en Etiopía.

Una manada de camellos se abre paso a través de una invasión de langostas del desierto en Jijiga, en la región somalí de Etiopía. Foto © FAO/Petterik Wiggers

Enseñarles “a pescar”

Tal como reza la expresión “no le des pescado a un hombre, ensénale a pescar”, los israelíes entregaron a los etíopes una “caña de pescar”, en forma de 27 drones de vigilancia, 100 rociadores de mochila motorizados y capacitación en persona.
Esto les permite a los lugareños vencer las langostas por su cuenta en el futuro.

El Ministerio de Agricultura y MASHAV, la agencia del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel para la cooperación internacional para el desarrollo, pagaron la cuenta del viaje y el equipo.
A su vez, la Embajada de Israel en Etiopía coordinó la misión con las autoridades locales.

Tomer Regev, miembro del equipo Alta Innovation, una compañía de agricultura de precisión basada en drones, capacitó a los “cazadores” locales en vigilancia con drones.

Tomer Regev, miembro de Alta Innovation, muestra a los cazadores de langostas etíopes cómo vigilar con drones. Foto: Yoav Motro

Tamir Ashual, del Ministerio de Agricultura, dirigió la capacitación de oficiales de logística. E Yoav Muller (Muller Professional Pest Control) les enseñó el método de rociado nocturno desarrollado en Israel.

“Es un sistema novedoso basado en lo que aprendimos en 2013: atacar a las langostas por la noche cuando están dormidas. Eso nos da una ventaja. Tomer adiestró a un grupo de exploradores, en su mayoría estudiantes universitarios, porque tienen que saber leer en inglés, a rastrear las mangas de langostas usando drones hasta ubicar el lugar exacto donde duermen”, le dijo Motro a ISRAEL21c.

El especialista indicó que Ashual le enseñó a la gente de la oficina regional la logística de llevar personal y equipo hasta el punto en que los exploradores dicen que deben realizar la fumigación nocturna.

Tomer Regev usa drones para rastrear enjambres de langostas en Etiopía al anochecer. Foto: Yoav Motro

 

 

“Yoav (Muller) entrenó a los rociadores. La mayoría de ellos eran agricultores y algunos nunca habían operado nada con motor. Fue un gran salto tecnológico para ellos”, afirmó Motro.

Estos agricultores de subsistencia comen lo que cultivan. Si no tienen cultivos, no tienen dinero para comprarlos y sus vecinos están en la misma situación. “Ya estaban al borde de la inanición antes de las langostas”, reconoció Motro.

Según la FAO, entre 40 y 80 millones de langostas pueden converger en una sola manga a lo largo de un kilómetro cuadrado. En un día, pueden consumir cultivos que podrían haber alimentado a 35.000 personas.

Un agricultor en Shilabo, en la región de Somalí en Etiopía, sostiene una langosta muerta por fumigación. Foto © FAO/Petterik Wiggers

 

Un gran acierto

Antes de salir de Etiopía en la noche del 25 de noviembre, el equipo israelí dejó algunos equipos en Jigjiga y llevó el resto a Addis Abeba, la capital de Etiopía, donde se enviará a otras regiones que lo necesiten.

Motro fue precavido al llevar marcas de drones y pulverizadores que están disponibles en África para que no dependan de Israel para conseguir suministros y repuestos.

El pesticida usado fue local porque los que se usan en Israel deben diluirse con mucha agua, una sustancia preciosa que los etíopes no pueden derivar para algo más que no sea su subsistencia.

Langostas del desierto muertas en la región Somalí de Etiopía. Foto © FAO/Petterik Wiggers

Motro y su equipo presentaron un resumen de los resultados de sus esfuerzos en una ceremonia celebrada en la Embajada de Israel en Addis Abeba.
Fuentes del Ministro de Agricultura de Etiopía informaron que la formación fue un gran éxito.

Motro, cuyo doctorado se centra en el impacto económico del uso de lechuzas comunes y otros métodos ecológicos para controlar los roedores y las aves que dañan los cultivos y conejos, espera hacer un viaje de seguimiento a Etiopía para monitorear el progreso.

Incluso, Motro dijo que no le sorprendería que el gobierno de Kenia también pidiera ayuda. “Las langostas se dirigen hacia allí mientras el viento sopla en esa dirección”, describió.

Etiopía y Kenia no suelen sufrir plagas de langostas como Arabia Saudita, Sudán y Marruecos. “Esto es una bendición, pero por otro lado no están preparados para cuando llegan las langostas. La situación había sido tan mala en casi un siglo”, expresó Motro.

El experto en plagas digo que fue conmovedor para ver que podían ayudar a Etiopía a ayudar a los etíopes. “No podemos decir que esto resolverá el problema de las langostas para siempre, no es el final de la batalla, pero les dará una ventaja”, concluyó.