Investigadores de la Universidad Ben Gurion del Néguev (BGU) identificaron moléculas de un tipo de yogur que tienen el potencial de combatir a las bacterias patógenas al bloquear la comunicación entre las células.

Pero ¿puede el yogur curar el COVID -19 y la enfermedad de Crohn?
Teniendo en cuenta que el yogur es una bebida láctea probiótica fermentada que se elabora inoculando la leche con mezclas de microorganismos, sobre todo levaduras y bacterias, los investigadores comenzaron a observar que las moléculas secretadas por el kéfir (una variedad de yogur) reducían la virulencia de la bacteria vibrio cholerae, que causa el cólera.

En el proceso, las moléculas de kéfir interfirieron en el ensamblaje de biopelículas bacterianas, que juegan un papel importante en la progresión de la enfermedad.

Pero la aplicabilidad de las moléculas al COVID-19 fue una sorpresa. Es que estas no solo frenaron la tormenta de citocinas – la respuesta inmune extrema que es una de las principales causas de muerte en los pacientes con coronavirus- sino que también restablecieron el equilibrio del sistema inmunológico.

Esta es la primera vez que los investigadores aislaron moléculas en el yogur que parecen mitigar las tormentas de citocinas. En ese sentido, el enfoque es también es prometedor para combatir las bacterias resistentes a los antibióticos.

“Los resultados son valiosos ya que es la primera demostración de que la virulencia de las bacterias patógenas humanas puede atenuarse mediante moléculas secretadas en productos lácteos probióticos, como el yogur o el kéfir”, afirmó el profesor Raz Jelinek, vicepresidente y decano de investigación y desarrollo de BGU.

El científico indicó que la investigación revela por primera vez un mecanismo por el cual los probióticos fermentados con leche pueden proteger contra infecciones patógenas y ayudar al sistema inmunológico. “Después de estos resultados prometedores en modelos animales, buscamos poder administrar estos proyectos de medicamentos a pacientes que sufren una tormenta de citocinas tras contagiarse de COVID-19 o personas que padecen patologías intestinales inflamatorias agudas como la enfermedad de Crohn”, declaró Jelinek.

Por su parte Josh Peleg, director ejecutivo de BGN Technologies, la empresa de transferencia de tecnología de BGU, expresó que en una realidad donde las bacterias resistentes a los antibióticos son una amenaza inminente,” las nuevas moléculas descubiertas por los científicos de esta universidad allanan un camino totalmente nuevo para combatir las infecciones bacterianas al interrumpir las comunicaciones de célula a célula en bacterias patógenas. Además, las dramáticas actividades antiinflamatorias de las moléculas pueden abrir nuevas vías para terapias y productos alimenticios probióticos científicamente probados”.

Peleg añadió que BGN Technologies está creando una empresa biofarmacéutica “para el desarrollo y el examen clínico ulteriores” de la tecnología.

Además de Jelinek, participaron en el estudio la estudiante de doctorado Orit Malka -directora de la investigación-, Michael Meijler, Ariel Kushmaro y Ron Apte.