El 90 por ciento de los melanomas -cánceres de piel- en etapa avanzada atraviesan la barrera hematoencefálica y causan metástasis en el cerebro.

Pero, ¿por qué ocurre eso?

Eso se preguntaba la profesora Ronit Satchi-Fainaro, bióloga del cáncer de la Universidad de Tel Aviv.

“Es una estadística desconcertante. Esperamos ver metástasis en los pulmones y el hígado pero se supone que el cerebro es un órgano protegido. La barrera hematoencefálica evita que las sustancias nocivas entren en el cerebro, y aquí supuestamente no hace el trabajo: las células cancerosas de la piel circulan en la sangre y logran llegar al cerebro. Nos preguntamos con ‘con quién hablan’ las células cancerosas en el cerebro para infiltrarlo”, dijo la científica.

Junto a la estudiante de doctorado Sabina Pozzi descubrieron que las células cancerosas se comunican con los astrocitos, un tipo celular en forma de estrella en la médula espinal y el cerebro que es responsable de mantener condiciones estables en el órgano cerebral.

“Los astrocitos son los primeros en ir a corregir la situación en caso de un derrame cerebral o un trauma. Es con ellos que las células cancerosas interactúan, intercambiando moléculas y corrompiéndolas”, dijo Satchi-Fainaro.

Cuando los astrocitos secretan una proteína que promueve la inflamación, las células cancerosas comienzan a expresar receptores que, según Satchi-Fainaro, se sospecha que son responsables de la comunicación destructiva con los astrocitos.

Para probar esta hipótesis, las investigadoras inhibieron la expresión de esta proteína y los receptores de células cancerosas en modelos de laboratorio de ingeniería genética, así como en modelos 3D de melanoma y metástasis cerebrales.

Para ello usaron un anticuerpo (una molécula biológica) y una molécula sintética diseñada para bloquear la proteína infractora.

También emplearon la tecnología CRISPR para editar de forma genética las células cancerosas y eliminar los dos genes que expresan los receptores relativos.

El resultado fue que los investigadores pudieron retrasar la propagación de las metástasis hasta en un 80 por ciento.

A la izquierda, la estudiante de doctorado Sabina Pozzi junto a la profesora Ronit Satchi-Fainaro. Foto cortesía de la Universidad de Tel Aviv

¿Cómo impacta en la metástasis?

Esta investigación puede ser de vital importancia ya que las metástasis de melanoma son particularmente agresivas.

“Los pacientes tienen un pronóstico precario de 15 meses después de la cirugía, la radiación y la quimioterapia”, destacó Satchi-Fainaro.

Cuando se aplicó inmediatamente después de la cirugía, el tratamiento evitó que las metástasis penetraran en el cerebro. “Creo que el tratamiento es adecuado para la clínica como medida preventiva”, dijo la investigadora.

Lo mejor de todo es que el anticuerpo y la molécula sintética ya se han probado en humanos y se consideran seguros. Se utilizan para tratar la esclerosis, diabetes, fibrosis hepática y enfermedades cardiovasculares.

La investigación fue realizada en colaboración con científicos y médicos adicionales de la Universidad de Tel Aviv, los institutos nacionales de salud de EEUU, la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Lisboa.

Además fue publicada en la revista científica JCI Insight y financiada por el Consejo Europeo de Investigación, la Alianza para la Investigación del Melanoma, la Fundación Kahn, el Fondo de Investigación del Cáncer de Israel y la Fundación de Ciencias de Israel.