Muchos de los microbios que viven en el intestino humano son buenos para la salud mientras que otros contribuyen a enfermedades inflamatorias intestinales u otros trastornos.

Hasta ahora no era sido posible apuntar a las bacterias “malas” sin dañar a las bacterias “buenas” circundantes porque los antibióticos matan a ambos tipos y además tienden a desencadenar la resistencia bacteriana.

En un estudio internacional recientemente publicado en Cell, los investigadores israelíes indicaron que los virus comunes llamados bacteriófagos pueden matar específicamente las bacterias intestinales asociadas con la enfermedad inflamatoria intestinal.

“Hay miles de fagos diferentes, y su gran ventaja es que cada uno de ellos se especializa en atacar un tipo diferente de bacteria. Esto nos permitió aprovecharlos para apuntar solo a las bacterias intestinales que contribuyen a la enfermedad. Hasta donde sabemos, este constituye el primer enfoque de ‘bala de plata’ que promete una supresión precisa de los microbios intestinales que causan enfermedades, sin dañar el microbioma circundante”, explicó el profesor Eran Elinav del Instituto de Ciencias Weizmann de Israel, director del equipo de investigación.

Tras identificar las cepas bacterianas exactas que desempeñan un papel en la inflamación intestinal humana e implantar estas bacterias en ratones usados para el estudio de la enfermedad inflamatoria intestinal, los investigadores examinaron miles de fagos y seleccionaron unos 40, los más prometedores.

Luego formularon un cóctel de cinco fagos que eran mejores para evitar que las bacterias se defendieran.
En ratones, el cóctel redujo significativamente la inflamación intestinal y el daño tisular causado por estas cepas bacterianas, así como la mortalidad derivada de la enfermedad inflamatoria.

En un sistema de laboratorio que simulaba el intestino humano quedó demostrado que dos fagos representativos del cóctel eran estables cuando se usaban junto con antiácidos mientras que en una prueba clínica de fase I de seguimiento con 18 voluntarios sanos se encontró que los fagos eran bien tolerados.

El cóctel persistió e incluso se multiplicó en los intestinos humanos a lo largo del tiempo sin causar cambios no deseados en el resto de los microbios intestinales.

Si se determina que el cóctel es seguro y eficaz en ensayos clínicos más grandes, éste puede convertirse en la base para desarrollar terapias no solo para la enfermedad inflamatoria intestinal sino también para otros trastornos que se vean afectados por los microbios intestinales, como la obesidad, diabetes, enfermedades neurodegenerativas y tal vez incluso el cáncer.

“Nuestra visión es desarrollar terapias personalizadas para una variedad de trastornos, en las que las cepas de bacterias intestinales que causan enfermedades se identificarán en cada paciente. De ese modo se diseñará un cóctel de fagos para matar solo esas cepas”, explicó Elinav.

El estudio, realizado en colaboración con el profesor Rotem Sorek del Departamento de Genética Molecular del Weizmann, fue codirigido por los becarios postdoctorales Sara Federici, Rafael Valdés Mas y Denise Kviatcovsky del laboratorio de Elinav, con Sharon Kredo-Russo y otros investigadores de BiomX, un laboratorio en etapa clínica compañía de microbiomas que promueve nuevas terapias de fagos que se dirigen a bacterias patógenas específicas, según la investigación del Instituto Weizmann, bajo licencia exclusiva de Yeda Research and Development Company, el brazo de transferencia de tecnología del instituto de Rehovot.

También hubo investigadores de DKFZ de Heidelberg (Alemania); la Facultad de Medicina de la Universidad de Keio en Tokio (Japón); Universidad de Carolina del Norte (EEUU); Universidad de Tel Aviv; Universidad de la Sorbona en París (Francia); Christian-Albrechts-Universidad de Kiel (Alemania); y el Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf (también en Alemania).