El mes pasado arqueólogos locales hallaron en el norte de Israel una granja que estuvo “congelada en el tiempo” durante 2.100 años.
Los expertos indicaron que los habitantes de ese sitio habrían huido de allí a toda prisa sólo llevando con ellos algunos elementos esenciales pero dejando atrás un tesoro de artículos cotidianos.
Entre los objetos recuperados había decenas de pesas de telar utilizadas para tejer prendas, grandes recipientes para almacenar cerámica, herramientas agrícolas de hierro -incluidos picos y guadañas- y monedas que datan de la segunda mitad del siglo II AC.
Los arqueólogos se toparon con los restos de la granja en el poblado Horvat Assad, junto a Nahal Arbel, en el este de la Galilea durante las excavaciones para un proyecto para transferir agua desalinizada al Lago Kineret (Mar de Galilea).
“Tuvimos mucha suerte de descubrir una cápsula del tiempo congelada en la que los hallazgos permanecieron tal cual los dejaron los ocupantes del sitio. Todo indica que se fueron de forma apresurada ante un peligro inminente como la posible amenaza de un ataque militar”, afirmó la doctor aAmani Abu-Hamid, director de la excavación en nombre de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA).
Hamid reveló que las pesas del telar todavía estaban en sus estantes y los recipientes de almacenamiento estaban intactos. “Sabemos por las fuentes históricas que en este período, el Reino Hasmoneo de Judea se expandió hacia la Galilea y es posible que la granja fuera abandonada a raíz de estos eventos. Se requiere más investigación para determinar la identidad de los habitantes del sitio”, añadió.
Este descubrimiento ofrece más información sobre la actividad poco conocida en el área en el período hasmoneo pero el misterio es todavía poder saber quién vivía en la granja o qué provocó su repentina partida.
La excavación fue financiada en parte por Mekorot, la compañía nacional de agua de Israel, que trabaja en el proyecto Northern Carrier de 910 millones de shekels -unos 265 millones de dólares- para bombear agua desalinizada al Kineret (el lago desempeña un papel fundamental en el suministro del recurso).
Eli Eskosido, director general de IAA, explicó que el “interesante y significativo hallazgo salió a la luz en el curso de la excavación realizada antes de la implementación del proyecto de agua de Mekorot”.
Hoy, Mekorot y la IAA trabajan juntos para preservar la granja, ya sea en el sitio mismo o en algún lugar cercano.
Por su parte, Avi Malul, vicepresidente del departamento de desarrollo y clientes de Mekorot, afirmó que el trabajo de desarrollo en coordinación con la IAA ya estaba en la etapa de planificación general. “Las tareas de la Autoridad de Antigüedades en el sitio son para el proyecto estratégico que significará el transporte de excedentes de agua desde las plantas desalinizadoras en el centro de Israel hacia el norte y Kineret”, expresó.
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