Es un momento emotivo e histórico para Israel. A las 20.45 del 21 de febrero, la nave espacial no tripulada Bereshit, ideada por la organización sin ánimo de lucro SpaceIL, fue lanzada en un cohete SpaceX Falcon 9 desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral en Florida (EU).

La famosa cuenta atrás se hizo en inglés en Estados Unidos y en hebreo en el centro de control de las Industrias Aeroespaciales de Israel (IAI) en Yehud.

Decenas de miles de personas en las redes sociales vieron en vivo el despegue de la primera misión no gubernamental a la Luna y también en utilizar un lanzamiento comercial.

Los espectadores dejaron comentarios y felicitaciones desde diferentes países como México, Nueva Zelanda, Portugal, Ecuador, Sudáfrica e India, entre otros puntos del mundo. Cuando Bereshit aceleró hasta espacio y se separó de la lanzadera a las 21.20, Facebook y Twitter explotaron de felicidad.

Seis minutos más tarde, la nave espacial se desplegó por completo y, bajo el manejo del centro de control del IAI, comenzó un viaje de siete a ocho semanas hacia su aterrizaje en el Mar de la Tranquilidad de la Luna.

En la aeronave se puede leer «Am Israel Jai» («la Nación de Israel está viva») y en su interior hay una cápsula del tiempo con archivos digitales que incluyen una “nano biblia”, símbolos nacionales israelíes y dibujos de niños. También lleva instrumentos para medir el campo magnético de la Luna para ayudar a determinar sus orígenes.

Al momento del lanzamiento, los fundadores de SpaceIL, Yonatan Winetraub y Kfir Damari, se encontraban en Cabo Cañaveral, junto con personal clave de la organización, IAI e inversores de los 100 millones de dólares que costó la misión. A su vez, el cofundador Yariv Bash estaba en Yehud junto al primer ministro Biniamin Netanyahu y otros funcionarios.

«Tres ingenieros entran a un bar»

La noche antes del lanzamiento, Winetraub relató a los reporteros cómo Bash, Damari y él, comentaron por primera vez la idea de una misión a la Luna en un bar en el barrio de Holón en Tel Aviv. «Tres ingenieros entran a un bar y salen con el diseño de una nave espacial», comentó Winetraub. Y añadió: «Suena a broma, pero esto es lo que sucedió hace ocho años y medio».

El cohete Falcon 9 antes de despegar. Foto: cortesía

El desarrollo a gran escala comenzó en 2015 como parte del concurso Google LunarX. Cuando en marzo de 2018 la competencia se canceló, SpaceIL y sus inversores decidieron continuar de todos modos.

Su idea no era sólo llegar al espacio exterior sino también al corazón de los niños. Durante los últimos ocho años, SpaceIL interactuó de forma directa con más de un millón de escolares, principalmente de Israel pero también de Estados Unidos, con el objetivo de generar entusiasmo por la ciencia y la ingeniería.

«Creemos que Bereshit (la palabra hebrea para Génesis o «En el principio… » tal como reza la primera frase de la Biblia] es sólo el comienzo: es la primera nave espacial israelí pero con suerte no la última», dijo Damari.

Si Bereshit aterriza con éxito, Israel será el cuarto país en plantar su bandera en la Luna después de la ex Unión Soviética (1966), Estados Unidos (1969) y China (2013).

En contraste con esas grandes superpotencias, Israel es un país pequeño con una población de menos de nueve millones de personas. En ese sentido, la coherencia también acompaña al diseño de Bereshit, la nave espacial más pequeña enviada a la Luna.

Con el depósito de combustible lleno, Bereshit pesa 585 kilogramos y su peso en vacío es de solo 160 kilos. La misión no tripulada Chang’e 3 enviada por China en 2013 contaba con un módulo de aterrizaje que pesaba 1.200 kilos más un “rover” de 140 kilos. El diámetro de Bereshit, cuando está completamente desplegada con el tren de aterrizaje y las patas, es de 2,3 metros.

Carga útil de Bereshit (en la parte superior, en oro), la primera nave espacial lunar de Israel. Foto: cortesía de SSL.

Mientras Bereshit se dirige hacia su destino final, se enfrenta a muchos desafíos importantes. A  diferencia de los cohetes Apolo que fueron directamente a la Luna, SpaceIL no pudo elegir la órbita de Bereshit ya que se lanzó en un viaje compartido. 

La nave debe orbitar la Tierra varias veces antes de entrar en «ciclos de fase» alrededor del satélite natural.

“El desafío más difícil será la maniobra de captura lunar programada para el 4 de abril”, comentó Yigal Harel, jefe del grupo de ingeniería de SpaceIL. Esta acción requiere la coordinación de los ciclos de fase con la revolución de la Luna para que Bereshit pueda entrar en la órbita lunar y mantenerse allí por gravedad. Para aterrizar aproximadamente el 11 de abril, la nave tendrá que reducir la velocidad de 6.000 kilómetros por hora a cero.

«La nave está diseñada para trabajar en la Luna durante cuatro días terrestres», dijo Harel. En ese lapso, se espera que Bereshit transmita imágenes panorámicas y «selfies», videos y mediciones científicas y, quizás lo más importante, plante una bandera israelí azul y blanca en la Luna.