Cruzarse con estatuas vivientes es siempre una experiencia fascinante que plantea reflexiones “filosóficas”: ¿cómo se quedan tan quietas?, ¿cuánto tiempo tardan en ponerse el traje completo?, ¿es posible hacerlas reír?

Estas preguntas clásicas también surgieron entre los visitantes del Décimo Festival Internacional de Estatuas Vivientes de la ciudad de Rehovot, en el centro de Israel, que atrajo a cerca de 100.000 visitantes.

Estatuas vivientes en el Décimo Festival Internacional de Estatuas Vivientes de Rehovot. Foto: Mila Aviv/Flash90

Artistas de Gran Bretaña, Polonia y Holanda -entre otros países- se unieron a sus pares locales para darle vida al festival. El evento presentó espectáculos diarios de circo y más de cien estatuas en vivo que, a pesar del calor sofocante, permanecieron estoicas e inertes.

Espectáculos circenses durante el festival. Foto: Mila Aviv/Flash90

Pero no todo fue simple diversión y juegos: los participantes compitieron para ser elegidos la “mejor estatua viviente de 2019”. El primer lugar fue para una pintura de Picasso y el segundo para un atrapasueños.

A pesar del calor sofocante, las estatuas vivientes lograron mantenerse frescas en Rehovot. Foto: Mila Aviv/Flash90

«Desde el primer festival hace diez años hemos logrado convertir a este evento en una marca cultural reconocida en Israel y en el extranjero. El festival y su espíritu especial atraen a más de 100.000 visitantes cada año. En cada edición agregamos más estatuas para seguir creciendo siempre”, afirmó Rahamim Malul alcalde de Rehovot.​