Imagínese el aula perfecta para niños con desórdenes de atención y aprendizaje: sillas hinchables hechas con pelotas de yoga, decoración sin distracciones, cubículos de estudio y de tutoría aislados, y mesas sobre ruedas. Y algo que refleje el exterior.

Pero no hay necesidad de imaginárselo porque ya existe. Esta aula, conocida como “¡Yo sí puedo!”, está en el Colegio Darca de secundaria en la ciudad de Kiryat Malachi, cerca a Ashkelon, e inició actividades este año escolar. Y si resulta ser un buen modelo para seguir, la red de escuelas Darca implementará esta innovación, que es totalmente israelí, en otras 24, a las cuales asisten estudiantes de la periferia socio-económica de Israel.

“Los alumnos ya nos están diciendo que es mucho más fácil estudiar y concentrarse en la nueva aula, gracias a su diseño libre de distracciones, o sea sin tablones de anuncios, carteles, accesorios, elementos decorativos, lo cual contrasta con salones de clase corrientes”, dijo el director del colegio, Michal Hazan, a ISRAEL21c.

“Esto permite crear una atmósfera tranquila y minimizar las distracciones. Los tres puestos de trabajo adjuntos para el estudio individual también ayudan a aislar a los estudiantes del ruido que hacen sus compañeros de clase, así como de distracciones visuales.”

El arquitecto que la diseñó, Lior Ben-Sheetrit, de 32 años, escogió el mobiliario para el aula, que mide 60 metros cuadrados, tras observar con detalle a los 55 estudiantes y hablar con ellos y los profesores sobre las dificultades que se les presentan en clases habituales.

Los puestos de trabajo individuales reducen las distracciones. Foto de Roi Mizrahi/Xnet
Los puestos de trabajo individuales reducen las distracciones. Foto de Roi Mizrahi/Xnet

 

“Por ejemplo, los estudiantes explicaron que se les dificulta sentarse en pupitres normales y concentrarse, en tanto que los profesores dijeron que los alumnos no dejan de moverse y cambiar de sitio durante las clases”, dijo Hazan. “Así pues, las sillas, hechas con pelotas de yoga dentro de un armazón redondo, han sido diseñadas para ayudar a los estudiantes a que den rienda suelta a su energía”.

Inspirado al ver a algunos niños jugar el popular videojuego “Minecraft”, en el cual los jugadores rompen y construyen originales estructuras con bloques, el arquitecto decidió incorporar formas geométricas sencillas y una “pared verde” de vegetación que semeja el entorno del juego.

El presupuesto de Ben-Sheetrit fue de 50,000 shekels, aportado por la compañía aseguradora y financiera israelí Harel, la organización Kol Yisrael Haverim (KIAH) y la Fundación Rashi. La red de centros Darca fue establecida hace cinco años por estas dos últimas, con el apoyo del Ministerio de Educación. El fondo Youth Renewal, de Estados Unidos, se sumó al proyecto en 2014.

“La red de Darca ha unido sus fuerzas en este proyecto con Kol Yisrael Haverim y la firma aseguradora Harel para experimentar con diferentes formas de abordar los retos a los que hacen frente los profesores”, dijo el CEO de Darca, Gil Pereg.

“No se trata sólo de computadoras y paredes, sino de cambiar la forma cómo los niños se ven a ellos mismos.”

Según Pereg, Darca se hace cargo de colegios de bajo rendimiento y cambia la forma cómo los maneja, para lo cual trae profesionales de las mejores escuelas de Israel, que colaboran con el personal existente. El colegio de Kiryat Malachi entró a formar parte de la red hace dos años.

“En Kiryat Malachi, hemos construido también una biblioteca para los alumnos y añadido más horas de formación en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, además de innovaciones como el aula ‘¡Yo sí puedo!’ ”, dijo Pereg a ISRAEL21c.

Los estudiantes dicen que es mucho más fácil estudiar y concentrarse en una clase donde no haya distracciones. Foto de Roi Mizrahi/Xnet
Los estudiantes dicen que es mucho más fácil estudiar y concentrarse en una clase donde no haya distracciones. Foto de Roi Mizrahi/Xnet

 

“Hemos encontrado algunas de estas ideas en otros lugares del mundo porque nos consideramos un laboratorio de soluciones experimentales para los retos de la educación del siglo XXI. La clase “¡Yo sí puedo!” es un ejemplo del diseño innovador israelí, y en nuestras escuelas de Ashkelon y Bat Yam hemos hecho algo similar con las aulas de inglés”.

En cualquier caso, enfatiza, “al final no se trata solamente de computadoras y paredes, sino de cambiar la forma cómo los niños se ven a ellos mismos”. El número de estudiantes de los colegios de Darca que obtienen diplomas académicos y que consideran continuar con estudios superiores ha aumentado considerablemente, agregó.

Darca, dijo Pereg, pone énfasis en la importancia de involucrar a los padres en la educación de sus hijos. “Lo que hacemos con los alumnos tiene a menudo un efecto directo en el funcionamiento de toda la familia”, agregó.

Hazan comenta que los padres con niños que sufren Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH) y disfunciones en el aprendizaje están “muy emocionados tanto con la idea de crear una clase especial como por su hermoso diseño.”

Pero nadie tan emocionado como los propios alumnos. “Aprecian mucho los esfuerzos que se han realizado en su beneficio, y les parece que el concepto se ha desarrollado teniendo en cuenta sus necesidades y deseos, y con el objetivo de crear un ambiente de aprendizaje acogedor y atractivo”, dijo Hazan.