En Israel una regla no escrita es alimentar a los bebés con Bamba, la golosina con sabor a maní favorita del país, tan pronto como sea humanamente posible. Y el motivo es, a veces sin saberlo, evitar que desarrollen alergia al cacahuate.
Si bien esto suele funcionar, hay formas más metódicas -incluso impulsadas por inteligencia artificial- para evitar que los recién nacidos desarrollar alergias.
Esto es justamente de lo que se ocupa la empresa emergente MyOR, creada en 2018 y basada en Tel Aviv.
La compañía usa modelos de inteligencia artificial y datos predictivos de estudios en todo el mundo para pronosticar qué bebés recién nacidos están en riesgo de desarrollar alergias alimentarias y dermatitis atópica (eccema).
Esta información les da a los pediatras una herramienta efectiva para guiar a los padres sobre cómo prevenir las alergias. “No inventamos la idea de que las alergias se pueden evitar pero comprendimos que hay muchas cosas que los padres deben saber”, indicó Idan Katz, director ejecutivo de la startup.
El profesor Ron Kohen, que dirigió la Facultad de Farmacia de la Universidad Hebrea de Jerusalén; el doctor Ariel Katz, emprendedor en el sector alimentos médicos; y el doctor Michael Brandwein, especialista en piel, cofundaron MyOR con la idea de utilizar su conocimiento acumulado para traducirlo en una solución.
“Como parte de la primera y segunda visita de control del bebé, se les pide a los padres que completen un cuestionario sobre sus antecedentes familiares con respecto a todas las enfermedades atópicas en la familia: alergias, fiebre del heno y asma”, explicó Katz.
También existen parámetros basados en el embarazo, parto e infancia como el peso al nacer y si el nacimiento ocurrió en invierno o en verano.
“También llevamos adelante una prueba de funcionalidad cutánea y pérdida transepidérmica de agua que nos da una indicación de cuánto aísla la piel de su entorno al bebé o al niño. Con esos parámetros, sabemos cómo crear un informe de riesgo personalizado orientado al proveedor”, añadió el especialista.
Katz expresó que cerca del 20 por ciento de los bebés tienen un alto riesgo y otro 20 por ciento tienen un riesgo medio de desarrollar alergias alimentarias y dermatitis atópica.
“En ese sentido ofrecemos un plan para apoyar a los padres de ese 40 por ciento y les brindamos productos físicos que previenen las alergias como cremas para la piel y bocadillos para la introducción temprana de alérgenos”, destacó.
MyOR trabaja para que toda la información y las pautas sean accesibles a los padres que no tienen un doctorado en microbiología o son alergólogos.
Algo más sobre los alérgenos
Katz explicó que el desarrollo de alergias se debe a la forma en que los alérgenos se introducen por primera vez en el cuerpo.
De acuerdo con la hipótesis de exposición dual a alérgenos, el cuerpo aprende a aceptar los alérgenos que encuentra por primera vez a través de la boca y el tracto gastrointestinal.
Sin embargo, si la primera exposición es a través de la piel, el cuerpo los clasifica como alérgenos dañinos y se desarrolla una alergia.
La dermatitis atópica funciona de manera un poco diferente. “Todos tenemos muchas bacterias y hongos y un entorno de microbioma muy diverso y saludable. Para algunos bebés, este entorno tan diverso se vuelve muy monótono y una determinada bacteria se vuelve muy dominante, y esa es la bacteria que causa la dermatitis atópica. La forma de prevenir la dermatitis atópica es mantener un entorno de microbioma rico y diverso”, desarrolló Katz.
El experto declaro que aún hay mucho por hacer. Un ejemplo es tener un perro en la casa para contribuir al entorno del microbioma de la piel.
El uso de cremas ayuda mucho a mantener las funciones de la piel, según dijo Katz, que enfatizó en que también hay muchas cosas que no se deben hacer, como no usar aceites aromáticos y ni productos que contengan alérgenos como proteína de maní o proteínas de la leche.
La idea detrás de MyOR es asegurarse de que los bebés en riesgo de desarrollar alergias se encuentren con los alérgenos de la manera correcta a través de refrigerios designados que se dan a la edad más temprana posible y asegurándose de que estos no lleguen al cuerpo a través de cremas para la piel. .
Por eso, las cremas que ofrece la empresa están diseñadas para garantizar un entorno rico en microbiomas para prevenir la formación de dermatitis atópica.
Jugar en el arenero
“Cuando era niño, la directiva no era presentarles los alérgenos a los niños desde el principio. Eso es simplemente incorrecto y hoy en día ya no se cumple. Es necesario que los niños conozcan los alérgenos ya en la etapa de degustación. También debemos ser menos estériles: tener un perro en casa ayuda a prevenir las alergias; jugar en el arenero también es muy importante. De ese modo podemos evitar que nuestros hijos tengan alergias”, explicó Katz.
En la actualidad, MyOR tiene once empleados en su oficina de Tel Aviv y apunta al mercado de EEUU donde actualmente se encuentra en una etapa piloto comercial mientras trabaja con socios en Denver, Colorado.
Hasta el momento, la compañía tuvo dos rondas de inversión por parte de inversores ángeles y privados, y planea construir un negocio sostenible a través de su actividad comercial y la colaboración con socios estratégicos.
“Nuestro sistema de predicción se basa en datos. No necesitamos pasar por una prueba y esperar tres años para que un niño desarrolle una alergia. Cooperamos con los principales grupos de investigación del mundo sobre estos temas y utilizamos los datos que crearon para desarrollar la predicción”, señaló Katz.
De acuerdo con MyOR, sus pocos competidores en EEUU ofrecen alimentos que contienen alérgenos pero no tienen la ventaja de estar en contacto directo con los proveedores de atención médica y los padres. “Hay empresas en todo el mundo que están tratando de prevenir las alergias pero no hay ninguna que sepa cómo predecir tanto la dermatitis atópica como las alergias alimentarias de forma científica. No hay ninguna empresa en el mundo que brinde una solución integral como la nuestra”, finalizó Katz.
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