Hace tiempo que los israelíes consideran a la popular Bamba, una golosina con sabor a maní, como la más reconocida en Israel. Ahora un nuevo estudio británico y un editorial en The New England Journal of Medicine están resaltando el papel de esta golosina en la prevención de las alergias al maní.

El estudio, titulado Learning Early About Peanut Allergy (LEAP), con apoyo de National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID) llevado a cabo por Immune Tolerance Network (ITN) con fondos de NIAID, puso a prueba la teoría que los muy bajos índices de alergia a maní en niños israelíes son el resultado de altos niveles de consumo de éste desde temprana edad.

Según los investigadores, aproximadamente 2% de los niños estadounidenses son alérgicos al maní.

Las alergias alimentarias son una preocupación creciente, no sólo en Estados Unidos sino en el mundo”, dijo en un comunicado el Director de NIAID, Anthony S. Fauci. “Un estudio que muestra un beneficio de esta magnitud en la prevención de alergia al maní no tiene precedentes. Los resultados tienen el potencial de transformar el modo en que abordamos la prevención de las alergias alimentarias”.

En Israel, los niños pueden llevar a la escuela cualquier tipo de emparedado o golosina, a diferencia de muchos países de Occidente, donde la norma es que la bolsa del almuerzo no tenga nueces. Más aún, Bamba es la golosina de mayor venta en Israel, que 90% de las familias compran habitualmente. Contiene 50% de maní y está fortificada con vitaminas y minerales (A, B1, B3, B6, B12, C, E, ácido fólico (B9) y hierro).

Si bien los médicos de Gran Bretaña y Estados Unidos les han dicho a los padres durante las dos últimas décadas que no usen alimentos que contengan maní en la alimentación de sus hijos, esta prohibición nunca ha sido parte de las guías dietéticas para bebés en Israel.

Y ahora el estudio, publicado en línea, muestra lo que muchos israelíes ya han dado por sentado: se pueden prevenir la mayor parte de las alergias a maní alimentando a los niños de temprana edad con comidas que lo contengan.

“Antes de 2008, las guías de práctica clínica recomendaban evitar los alimentos potencialmente alergénicos en las dietas de niños pequeños con mayor riesgo de desarrollar alergias alimentarias”, dijo el doctor Daniel Rotrosen, Director de la división de Alergia, Inmunología y Transplante de NIAID. «Si bien estudios recientes no demostraron beneficios evitando los alergenos, el estudio LEAP es el primero en demostrar que la incorporación temprana de maní en la dieta es beneficiosa, e indica el camino a seguir para el manejo de un serio problema de salud pública”.

Comer maní para impedir alergias

El doctor Gideon Lack, profesor de Alergia Pediátrica en King’s College, en Londres, dirigió el equipo de investigadores internacionales del innovador estudio, cuya premisa es que los niños israelíes tienen índices menores de alergia al maní comparados con niños judíos de ascendencia similar que residen en Gran Bretaña. El estudio puso a prueba la hipótesis de que los índices bajos de alergia a maní en niños israelíes son resultado de altos niveles de consumo desde la primera infancia.

En 2006, incorporaron a 640 niños que ya tenían alergia a huevo o eczema, ambos indicadores de niños propensos a alergia al maní. Los niños, de 4 a 11 meses de edad, fueron divididos en dos grupos.

El primer grupo, de 530, no presentó alergia a maní en la prueba inicial, en tanto que el segundo grupo, de 98 bebés, tuvo una respuesta tenuemente positiva al iniciarse el estudio. Luego se dividió a los grupos originales nuevamente en dos grupos: en uno, se pidió a los padres que dieran a los bebés mantequilla de maní o Bamba tres veces por semana hasta los cinco años. En el segundo, debían eliminar el maní de la dieta de los niños hasta los cinco años.

Los niños fueron sometidos nuevamente las pruebas de alergia cuando cumplieron cinco años.

Los investigadores hallaron que darles maní a los bebés dentro del primer año de vida ayudó a prevenir la alergia en hasta 81%.

El estudio “indica claramente que el consumo temprano de maní reduce notablemente el riesgo de desarrollar alergia al mismo”, escribieron los doctores Rebecca S. Gruchalla, de University of Texas Southwestern Medical Center, y Hugh A. Sampson, de Icahn School of Medicine de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York, en un editorial del 23 de febrero en The New England Journal of Medicine, publicado simultáneamente con la aparición del estudio. También “deja en claro que ahora podemos hacer algo para revertir la creciente prevalencia de alergia al maní”, según ellos.

Los resultados se publicaron en línea, que coincidieon con la reunión anual de la American Academy of Allergy, Asthma and Immunology que se está llevando a cabo en Houston.

No es ésta la primera vez que se ha encarado un estudio sobre los efectos de Bamba.

Los investigadores entienden que quedan muchas preguntas sin respuesta, incluyendo si el mismo enfoque puede dar resultado para otras alergias alimentarias comunes, como huevos o leche, cuántos productos de maní debería consumir un niño y si se puede desarrollar alergia en caso de que un niño deje de comer ciertos alimentos.

“Se debe dar respuesta a estas preguntas, pero creemos que puesto que los resultados de este ensayo tan convincentes, y que el problema de la alarmante incidencia de alergia al maní, dentro de poco deberían aparecer nuevas guías”, escriben Gruchalla y Sampson en la publicación.

“Los padres de bebés y niños pequeños con eczema o alergia al huevo deberían consultar con un alergista, pediatra, o un médico generalista antes de darles productos de maní”, advirtió Lack.

Un estudio de seguimiento, denominado LEAP-On, le pedirá a todos los participantes del estudio LEAP inicial que eviten el consumo de maní durante un año. Los resultados determinarán si se requiere consumo continuo de maní para mantener la tolerancia en un niño.