Corría la década de 1840 cuando Adolphe Sax inventó un instrumento de viento de madera. Seguro que en ese momento no imaginó que su volumen molestaría para siempre a los otros residentes de una casa y a los vecinos de los saxofonistas.

“Es un instrumento difícil de atenuar. Con el correr del tiempo hubo divertidos de bajarle el volumen pero no se consiguió”, contó Michael Simkin, director de marketing del equipo Emeo.

Esta compañía israelí tiene como meta solucionar ese problema y para ello diseñó el primer saxo de práctica digital del mundo. Este instrumento vanguardista les permite a los saxofonistas practicar en cualquier momento y lugar a través de conexiones MIDI-USB o Bluetooth a computadoras o teléfonos inteligentes.

Si la solución es utilizada con auriculares, nadie más puede escuchar el instrumento. Si se usa con altavoces, el volumen se puede ajustar de acuerdo con las preferencias del usuario.

El 3 de julio fue el lanzamiento del producto y la pandemia de coronavirus funcionó en beneficio de la empresa. “En estos días, todos están en sus casas y practicar el saxofón es tan intenso que enloquece a todos alrededor”, afirmó Simkin.

Emeo fue creada por el saxofonista profesional, compositor y profesor Oleg Raskin; el ingeniero de sonido Evgeny Klukin; y Eddie Gofman, dueño de The Woodwind Lab en Tel Aviv.

«El saxo Emeo tiene la apariencia de un saxofón real, lo que indica que los saxofonistas pueden tocarlo de inmediato. Como controlador digital de un instrumento de viento, Emeo puede producir una cantidad infinita de sonidos diferentes. También se puede tocar con o sin boquilla y sin soplar», explicó el empresario.

El instrumento fue desarrollado por el ingeniero electrónico y desarrollador de software Andrey Kustenko y el artista de grabación de saxofón de jazz Makar Kashitsyn.

Esta variante no está pensada como un reemplazo de los saxofones convencionales sino más bien como el primero de una gama planificada de vientos digitales de práctica de Emeo.

De izquierda a derecha, el equipo Emeo: Michael Simkin, Andrey Kustenko, Ilya Yakovlev, Oleg Raskin, Eddie Gofman y Evgeny Klukin. Foto cortesía

 

“Los creadores no saben muy bien por qué nadie más hizo esto antes, porque hay otros controladores de viento MIDI pero nada con la digitación de saxo aparte de un instrumento de concierto muy caro», describió Simkin.

El saxo Emeo pesa cinco kilos y cuesta 5.200 shekels (USD 1.550) y trae accesorios como una funda protectora, correa para el cuello, cable USB y dos boquillas. Cuando se toca a través de una conexión Bluetooth, la batería dura cerca de seis horas.

En la actualidad, los clientes pueden hacer pedidos por adelantado con un depósito de 1.000 shekels (USD 300) y pago contra reembolso al momento de recibir el envío.
Se estima que el primer lote salga a finales de agosto.

“Somos una pequeña empresa israelí sin antecedentes y, sin embargo, vendimos casi todas las acciones existentes en unos pocos”, reveló Simkin, sin especificar la cantidad.

Autofinanciada, esta empresa emergente hace todo el montaje a mano en Tel Aviv.

“Debido a que lleva mucho tiempo ensamblar cada instrumento, por el momento sólo son vendidos a través de nuestra página web. Pero nos gustaría tenerlos disponibles a través de una red global de distribuidores”, dijo el emprendedor, que prometió que cuando finalice la pandemia de COVID-19, la empresa hará «una fiesta para darles a los saxofonistas de Israel la oportunidad de tocar el Emeo».

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