El ácido hialurónico antiarrugas ahora puede penetrar en la piel sin inyecciones, gracias a un equipo de investigación que trabajó durante años en el desarrollo de una nanotecnología.

Las arrugas, las líneas faciales y la flacidez de la piel se producen porque el cuerpo pierde gradualmente la capacidad para producir ácido hialurónico.

En el pasado, los tratamientos con este ácido no podían penetrar en las capas más profundas de la piel sin inyecciones, o en un polvo que se mezcla con agua que, por lo tanto, pierde su potencia.

Ese problema fue resuelto por un equipo de investigación dirigido por los profesores Rachel Lubart y Aharon Gedanken, de los departamentos de química y física de la Universidad Bar-Ilan y de su Instituto de Nanotecnología y Materiales Avanzados (BINA), al micronizar el ácido hialurónico.

Basándose en ese adelanto, la firma israelí Hava Zingboim ha creado Prophecy, la primera crema que permite que el ácido penetre en las capas más profundas de la piel. La compañía, con sede en Tel Aviv, es pionera en cosmetología médica.

Una vez que logran alcanzar un tamaño “nano”, las moléculas del ácido son transferidas al preparado, lo que permite que mantengan sus nanodimensiones durante todo el proceso.

Piel facial antes (arriba) y después del tratamiento con la crema Prophecy. Cortesía de la Universidad Bar-Ilan.

Según un comunicado de la universidad, ésta es la única tecnología en el mundo capaz de crear moléculas diminutas que mantienen su tamaño incluso cuando se aplican en la piel.

El efecto del ácido hialurónico micronizado al aplicarse es idéntico al que se produce si se inyectara, con lo que se logra una piel más tersa y un aspecto rejuvenecido.

Prophecy estará pronto a la venta en Israel por 575 shekels (unos 160 dólares) por un envase de 60 g. Se lanzará al mercado en todo el mundo a partir de septiembre.