La estrella más lejana jamás vista fue detectada esta semana por el Telescopio Espacial Hubble en una colaboración que incluye investigadores de la Universidad Ben Gurion de Israel.

Se estima que el astro recién detectado, llamado Eärendel (“estrella de la mañana” en inglés antiguo), tiene al menos 50 veces la masa del Sol y es millones de veces más brillante.

Eärendel está tan lejos que su luz tardó 12.900 millones de años en llegar a la Tierra. De acuerdo con los astrónomos, aparece como cuando el universo tenía solo el siete por ciento de su edad actual.
Ese momento es el redshift 6.2. (el corrimiento al rojo se refiere al hecho de que a medida que el universo se expande, la luz de los objetos distantes se desplaza a longitudes de onda más largas y rojas a medida que viaja hacia la Tierra).

“Al principio no lo creímos porque estaba mucho más lejos que la estrella de desplazamiento al rojo más distante”, afirmó el astrónomo Brian Welch de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, autor principal del artículo que describe el descubrimiento, publicado en la revista Nature.

La estrella récord anterior a Eärendel fue detectada por Hubble en 2018 y existía cuando el universo tenía unos 4.000 millones de años, o el 30 por ciento de su edad actual, con un corrimiento al rojo de 1,5.

El nuevo hallazgo se realizó a partir de datos recopilados durante el programa Relevamiento de Grupos de Lentes de Reionización (RELICS) del Hubble, dirigido por el coautor Dan Coe en el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial (STScI).

Por su parte, el profesor Adi Zitrin de la Universidad Ben-Gurion -uno de los investigadores principales del estudio- explicó que una alineación cósmica de un cúmulo masivo de galaxias entre la Tierra y la estrella distante magnificó al astro al menos unas miles de veces.
Los cuerpos masivos, indicó, doblan el espacio-tiempo de tal manera que efectivamente crean una lente en el cielo.

“El fenómeno de la lente abre una puerta para aprender sobre la materia oscura y las galaxias distantes”, dijo Zitrin, que agregó: “Este hallazgo también abre una puerta para aprender sobre estrellas del universo primitivo, del que tenemos poca información sobre sus características físicas y su contribución a la ionización temprana del hidrógeno en todo el universo”.