¿Por qué las mujeres tienden a dormir tapadas con mantas y llevar un suéter al trabajo mientras que los hombres prefieren una apenas una sábana y mangas cortas?

Hay una explicación científica que se aplica tanto a las aves como a los mamíferos.

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv, la Universidad de Haifa y el Centro Médico Sourasky de Tel Aviv encontraron una diferencia específica entre los sistemas de detección de calor de ambos sexos.

Aún no es claro pero es probable que esto esté relacionado con la reproducción y la crianza de los hijos, y tal vez incluso con la necesidad de un “tiempo a solas”.

Doctor Eran Levin de la Facultad de Zoología de la Universidad de Tel Aviv. Foto cortesía de la Universidad de Tel Aviv.

El doctor Eran Levin  de la Escuela de Zoología de TAU y el Museo de Historia Natural Steinhardt había observado antes que los murciélagos machos y hembras se segregan durante la temporada de reproducción, y los machos se instalan en áreas más frías mientras que las hembras dan a luz y crían a sus crías en lugares más cálidos.

Levin y sus colegas hallaron datos similares en una revisión exhaustiva de la investigación internacional sobre el tema. Luego hicieron un análisis estadístico y espacial de la distribución de docenas de especies de aves y murciélagos en Israel entre 1981 y 2018.
El estudio incluyó a más de 11.000 pájaros y murciélagos individuales en sus hábitats desde el Monte Hermón en el norte hasta Eilat en el sur.

Los descubrimientos demuestran con claridad que los machos prefieren una temperatura más baja que las hembras, y que esto conduce a una separación entre los sexos en determinados momentos durante los ciclos de reproducción.

“Esta diferencia entre los mecanismos de detección de calor de las mujeres y los hombres es similar a las diferencias conocidas entre las sensaciones de dolor experimentadas por ambos, y se ve afectada por las diferencias en los mecanismos neuronales responsables de la sensación y también por las diferencias hormonales entre los hombres y las mujeres”, explicó Levin.

Su colega y coautora Tali Magory Cohen señaló también que, en términos evolutivos, la separación de machos y hembras reduce la competencia por los recursos y mantiene alejados a los machos que puedan ser agresivos con los bebés.

Por otra parte, Cohen indicó que muchas hembras de mamíferos deben proteger a sus crías antes de que los bebés puedan regular la temperatura corporal por sí mismos, por lo que las hembras adultas desarrollaron una preferencia por un clima relativamente cálido.

“Hoy es posible decir que esta diferencia en la sensación térmica no se produjo para que pudiéramos discutir con nuestros compañeros sobre el aire acondicionado sino al revés: se pretende que la pareja se aleje un poco para que cada individuo pueda disfrutar de un poco de paz y tranquilidad”, sugirieron los científicos.