Años atrás Shani Shukrun (27) comenzó a ayudar a la gente a vincularse en Facebook pero no con fines románticos sino para reunir a personas necesitadas con donantes que pudieran ayudarlos.

La joven recaudaba entre 300 y 400 (alrededor de 100/120 dólares) para una compra de fin de semana para una familia necesitada o almacenaba productos no perecederos  en una habitación para que alguien fuera a buscarlos.

“Pero en 2020 nació mi hija Oreen, vino al mundo como bebé prematura y pesaba 1,5 kilos. Esto ocurrió en el peor momento de la pandemia de COVID. Con toda esa situación, yo estaba realmente preocupada por la gente que entraba a mi casa. Así fue como decidimos alquilar un espacio para convertirlo en un supermercado. De esa manera también sería más respetuoso con las personas y ayudaría a que no se sintieran avergonzados”, recordó Shukrun.

Junto a su esposo, Osher hallaron un pequeño almacén en Petaj Tikva en el centro de Israel. Desde allí comenzaron a distribuir alimentos y otros artículos a miles de familias pero a medida que el proyecto creció (junto con su alquiler), decidieron mudarse a nuevas instalaciones.

En 2021 abrieron su nuevo supermercado gratuito en esa ciudad.

Todos los productos de la tienda gratuita se muestran de forma ordenada para que la experiencia de compra sea lo más agradable posible. Foto cortesía de Shani y Osher Shukrun

“Pusimos estantes y lo hicimos parecer un supermercado para que fuera agradable que la gente entrara y no sintiera que se estaban aventurando en algo que les hiciera sentir vergüenza. Tratamos de hacerlo muy ordenado para que se sienta bien sacar productos de los estantes”, remarcó.

La clientela de Shukrun llega una o dos veces al mes mediante una invitación que ella envía a través de grupos de WhatsApp. De ese modo, el sitio no se llena y la mayor cantidad posible de personas necesitadas pueden equiparse a sí mismas y a sus familias.

“Yo no les pido nada. Cualquiera que me diga que lo necesita puede venir. Los veo. No es como si alguien estuviera llegando en Lamborghinis o Mercedes”, indicó Shukrun.

Un valor judío

“Si alguien se acerca a mí, entonces debo brindarle ayuda. Eso es parte de la educación judía que recibí en casa”, dijo la mujer.

La única regla en la tienda gratuita es tomar solo un artículo de cada tipo. “Ese es el límite. Pero se puede tomar lo que haga falta: hay mantas, aceite, arroz, jabón para lavar platos, leche, bocadillos y más. Esto no es así por avaricia sino para ayudar a la mayor cantidad posible de personas. Aunque, por supuesto, no reviso la cesta de nadie”, explicó.

La única regla en la tienda es llevar un producto de cada tipo. Foto cortesía de Shani y Osher Shukrun

Shukrun remarcó que hay muchas “madres solteras, personas que fueron despedidas durante la pandemia, gente de la tercera edad, discapacitados… Son poblaciones a las que les resulta un poco más difícil sobrevivir”.

Estas personas se enteran de la tienda gratuita por el boca en boca. “También salimos un par de veces en T y tenemos un grupo de Facebook con unos 15.000 miembros”, le contó Shukrun a ISRAEL21c en Español.

Algunos de los miembros del grupo de Facebook “Making Hungry Children Happy” (Haciendo felices a niños hambrientos) son los que recogen los productos mientas que otros son donantes.

“Hay personas que solían ser nuestros donantes y de repente se quedaron sin recursos, era gente que donaba todos los meses y de repente recurren a mí. Sucede mucho y eso me destroza el corazón. Deseo que todos estén siempre del lado de dar”, expresó.

Shani y Osher Shukrun. Foto cortesía de Shani y Osher Shukrun

Camiones repletos de mercadería

La iniciativa está completamente financiada por donantes privados, cuyas contribuciones se utilizan para comprar provisiones y transportarlos a la tienda. También hay donaciones de vendedores que se presentan con camiones llenos de productos.

Shukrun enfatizó que todo el dinero que se destina a la iniciativa se convierte en suministros y señala que ella y su esposo  no reciben un salario así como tampoco los pocos voluntarios que les ayudan, sobre todo antes de las fiestas cuando la ONG envía cientos de cestas de alimentos.

“Apenas duermo. En cada momento libre estamos en el almacén, ordenando productos, trabajando con proveedores, revisando correos electrónicos y haciendo llamadas telefónicas. Llevamos a nuestra hijita a todas partes con nosotros y hacemos de todo”, describió la mujer.

Shukrun espera ver una red de tiendas gratuitas que sirvan a personas en todo Israel. Foto cortesía de Shani y Osher Shukrun

Para ella, su sueño es ver crecer la iniciativa y que se extienda por todo el país. .“Quiero que cada ciudad del país tenga un supermercado gratuito administrado por nuestra iniciativa. Esa es mi mayor ambición. Podría decir que mi mayor sueño sería cerrar el lugar y que ya no haya personas necesitadas pero busco ser realista. Siempre existe la línea de pobreza y los que están por encima y los que están por debajo”, definió.

Para más detalles sobre cómo contribuir, comunicarse con Shani Shukrun por correo electrónico o en Facebook.