Luego de haber sido descuidado durante años, en 2021 el concepto femtech finalmente se convirtió en una especie de palabra de moda. Pero, ¿qué significa en realidad? ¿Se trata de una revolución? ¿Y cómo se ve el ecosistema de Israel?

ISRAEL21c en Español habló con cuatro líderes israelíes de femtech para conocer los desarrollos en el sector.
El resultado de esas charlas generó impresiones particulares, esperanzas y predisposición para abordar los problemas apremiantes que enfrenta la mitad de la población mundial.

Sharon Handelman-Gotlib, miembro de la comunidad Femtech IL. Foto cortesía de Sharon Handelman-Gotlib

“La definición básica de femtech es cualquier tecnología que promueva la atención médica y el bienestar de las mujeres, que somos el 50 por ciento de la población y hasta ahora todo el campo de la salud y la tecnología simplemente no nos abordó”, indicó Sharon Handelman-Gotlib, directora de desarrollo comercial en la cooperativa de seguros Sompo de Japón y miembro del equipo de administración de la comunidad Femtech IL.

La ejecutiva agregó que puede dar algunos ejemplos clásicos, como los ensayos clínicos que se llevan a cabo solo en hombres y mujeres que no reciben la misma atención, o muchas enfermedades de las que no se habla, como la endometriosis.

Conciencia de género

Sin embargo, femtech no es un concepto que se limita a “problemas femeninos” como la menstruación o la menopausia.

Shelly Bloch, fundadora de Femtech IL. Foto de Mor Katzman

Femtech no es ni una cosa ni otra. Incluso una aplicación como Waze se puede adaptar mejor a las necesidades de las mujeres, a pesar de que es un producto dirigido a la población en general”, explicó Shelly Bloch, investigadora de UX y fundadora de Femtech IL.

Para ella, todo se trata de dar una oportunidad y un mejor servicio a todos los usuarios en todos los campos tecnológicos.
En ese sentido, enfatizó que no habla de cosméticos o de arreglarse las uñas sino de muchas necesidades que no se abordan, como las brechas salariales o de educación financiera, la violencia de género y todo tipo de necesidades médicas.

“Cuando logremos desarrollar la conciencia de género y nos detengamos a preguntarnos si ciertas poblaciones requieren algo más, estaremos brindando un mejor servicio. De ese modo, femtech se correlaciona con otro problema que hoy en día se aborda mucho mejor: la accesibilidad. Cuando creamos una aplicación que también está adaptada para personas con daltonismo, entonces es una mejor aplicación para todos”, remarcó.

Educar a los inversores

Yotam Hod, director ejecutivo y cofundador de Gynica. Foto: Style Stygma

A pesar de su entusiasmo, en Israel el sector de femtech sigue siendo una industria en crecimiento que enfrenta tres obstáculos importantes e interrelacionados: conciencia, inversión y diversidad.

“La mayoría de los inversores que conozco son hombres, y hay estigmas y tabúes en torno a problemas que tradicionalmente no se han planteado como el sangrado, la menstruación y el sexo. A menudo estos temas se abordan con una mueca y ese es un paradigma que debe cambiar. Todo inversionista masculino tiene una esposa, madre o hermana pero aun así no siempre es consciente de las dificultades que ellas encuentran”, expresó Yotam Hod, director ejecutivo y cofundador de Gynica, una compañía médica que desarrolla tratamientos a base de cannabis en el campo de la salud de la mujer.

El directivo enfatizó en que se necesita mucho trabajo sustancial para cambiar el estado de las cosas: “Estamos empezando a ver un cambio conceptual, pero todavía está en el nivel macro. Hoy se habla de la industria femtech pero se necesita más educación, especialmente del lado de los inversores”.

Hilla Shaviv, directora ejecutiva fundadora de Gals Bio. Foto cortesía de Hilla Shaviv

Hilla Shaviv, directora ejecutiva fundadora de Gals Bio, coincidió con Hod: “Soy una inventora emprendedora y me enfoco en la salud de la mujer porque creo que además de que se considera un campo vibrante este es el sector que requiere más atención porque es el más descuidado y el que más carece de recursos. Como mujer, también encuentro que es el lugar donde más quiero estar pero también el más problemático”.

Gals Bio desarrolló Tulipon, un dispositivo similar a una copa menstrual con un aplicador desechable y biodegradable que en el futuro también podría monitorear la salud de las mujeres en función de los biomarcadores que recopila.

La recepción del producto, señaló Shaviv, es mixta: “La financiación es un gran desafío porque menos del 10 por ciento de los inversores son mujeres. Eso hace muy difícil convencer a los hombres de que inviertan. La primera pregunta que siempre me hacen es qué les pasa a los tampones actuales. Desde el punto de vista de los hombres, no hay nada de malo”.

El despertar

“Otro problema es que en la industria de alta tecnología, la población es muy homogénea. Necesitamos estar en contacto con otras industrias como el sector público, educación, bienestar y más. No es algo a lo que estemos acostumbrados pero debemos avanzar en esa dirección y explorar áreas que no son otra aplicación de gestión de tareas”,  agregó Bloch de Femtech IL.

Para ella, en la industria de alta tecnología todos quieren emplear a veteranos tecnológicos de la Unidad 8200, hombres jóvenes que no necesariamente tienen el tipo de conocimiento que requiere femtech.

Sin embargo, los pioneros de femtech esperan que este sector llegue a un punto más alto.

“Realmente creemos que esta industria está comenzando a despertar el interés de las compañías farmacéuticas, el mundo del bienestar y la comunidad médica. La salud de la mujer se ha descuidado durante muchos años, pero estamos a tiempo de cambiarla”, dijo Hod.

Y Bloch volvió a coincidir con él: “Creo que hay un despertar y soy muy optimista. Hay un surgimiento de personas que entienden el increíble potencial económico del sector y existe una conciencia creciente de los desarrollos tecnológicos en campos más diversos”.

Respecto al ecosistema local, Handelman-Gotlib manifestó: “Me gustaría vernos como si estuviéramos en la cibernética. Así como somos fuertes en ese frente, también podemos ser fuertes en femtech”.

¿Llegará el día en que femtech se convertirá en un concepto tan obvio que ya no tendrá un nombre especial?

“Eso es lo que espero, ese es mi sueño”, reconoció Handelman-Gotlib.