Las expectativas positivas mejoran la eficacia del sistema inmune.

Esa es la conclusión de un estudio realizado por investigadores israelíes publicado el 4 de julio en Nature Medicine, una publicación científica.

Aunque el efecto que el estado de ánimo y la actitud de una persona tienen en el sistema inmune está bastante documentado —incluido el efecto placebo, o sea, un fenómeno por medio del cual un paciente se siente mejor tras tomar medicamentos que no contienen sustancias activas–, el estudio sugiere un mecanismo de acción específico del efecto placebo.

Los resultados del estudio podrían llevar al desarrollo de nuevos medicamentos que usen la capacidad del cerebro de curar a través de mensajes positivos.

“Nuestros descubrimientos indican que la activación de zonas del cerebro asociadas con expectativas positivas pueden afectar la forma cómo el cuerpo hace frente a enfermedades”, explicó la autora principal del estudio Asya Rolls, profesora asistente de inmunología en la Facultad de Medicina del Instituto Technion-Israel de Tecnología, en Haifa.

Asya Rolls, profesora y principal autora del estudio. Foto cortesía.
Asya Rolls, profesora y principal autora del estudio. Foto cortesía.

“Los placebos son un complejo fenómeno en el que las expectativas de recuperación del paciente afectan su estado de salud”, agregó. “Las expectativas de mejoría y la manifestación de emociones positivas se reflejan en la actividad neuronal en el cerebro. Así que decidimos tratar de entender, a escala molecular, cómo las zonas del cerebro asociadas con expectativas positivas afectan al funcionamiento del sistema inmunológico, que es el principal sistema de defensa del cuerpo.

“Entender los mecanismos que conectan el cerebro con el sistema inmune podrá llevarnos a importantes aplicaciones médicas que pueden, potencialmente, mejorar el pronóstico de las enfermedades”.

¿Qué es el sistema de recompensas?

La investigación, llevada a cabo por la estudiante de doctorado Tamar Ben-Shaanan, examinó los efectos del sistema de recompensas, o sea una zona del cerebro que se activa en anticipación a una experiencia positiva y que se estimula durante el efecto placebo.

Mediante innovadora tecnología, los investigadores activaron el sistema de recompensas en el cerebro de ratones y examinaron el funcionamiento del sistema inmune tras el proceso. Descubrieron que el sistema funcionaba de forma más eficaz y eliminaba las bacterias más rápidamente. Y, además, hizo que éste creara una memoria más sólida contra las bacterias a las que estuvo expuesto, de modo que pueda ser más eficaz en el futuro.

El descubrimiento fue posible gracias a dos nuevas tecnologías: DREADD (siglas en ingles de Receptores Diseñados en Exclusiva Activados por Fármacos de Diseño), que facilita la activación precisa de neuronas específicas; y CyTOF (citometría de masas), que permite captar en alta resolución cientos de miles de células del sistema inmunológico, dijo el profesor Shai Shen-Orr, otro de los autores del estudio.

Es apenas el principio

Los investigadores también han mapeado el sistema nervioso simpático, a través del cual pasan las señales del cerebro al sistema inmune.

Según Rolls, otras vías y hormonas podrían también ser parte de esta interacción entre el sistema de recompensas del cerebro y el inmune.

“Esto es sólo el principio”, dijo. “Es importante recordar que estos experimentos se han realizado en ratones, y pasará tiempo hasta que podamos hacer lo mismo en humanos”.

Agregó: “Sabemos que nuestro estado mental y emocional afectan nuestra salud, pero para que la medicina moderna pueda aprovechar el potencial del cerebro para curar, necesitamos entender cómo funciona. Entender la forma cómo el sistema de recompensas activa el sistema inmune nos permitirá optimizar terapias existentes contra infecciones y aumentar la eficacia de las vacunas”.

En un estudio publicado en pasado año, Rolls escribió que dormir bien por la noche aumenta el éxito de los trasplantes de médula ósea.