Investigadores israelíes presentaron un estudio sobre una innovadora terapia para la vaginosis bacteriana crónica (VB) basado en el uso del fluido vaginal trasplantado de una donante sana.

El estudio fue presentado el 7 de octubre en la Nature Medicine, y es el primero en mostrar la efectividad del trasplante de microbioma vaginal (VMT) para tratar la VB.

La investigación se centró en cinco mujeres de entre 27 y 47 años y fue dirigida por el obstetra y ginecólogo Ahinoam Lev-Sagie, experto en trastornos vulvovaginales del Centro Médico de la Universidad Hadassah de Jerusalén, en colaboración con el experto en microbiomas profesor Eran Elinav, del Instituto Weizmann de Ciencias.

Cuatro de las cinco mujeres entraron en remisión completa a largo plazo después de recibir de uno a tres procedimientos de VMT, lo que requirió un cambio de donante en un paciente sin efectos secundarios. La quinta mujer mostró una mejora solo parcial.

«Los resultados fueron inmediatos y el cambio observado en el microbioma es impresionante»,  le confesó Lev-Sagie a ISRAEL21c.

El procedimiento VMT fue una creación de la investigadora de biología molecular del Centro Médico de la Universidad Hadassah, Debra Goldman-Wohl, una de las autoras principales del estudio.

La científica teorizó que si los trasplantes fecales pueden normalizar un microbioma intestinal desequilibrado (bacterias que residen en los intestinos), los trasplantes de líquido vaginal también podrían normalizar un microbioma vaginal desequilibrado.

Elinav dijo que el éxito del experimento de «adquisición amigable de microbiomas» podría conducir a «una solución asequible para las millones de mujeres en todo el mundo que sufren este trastorno».

El VB afecta a entre el 30 y el 50 por ciento  de las mujeres en todo el mundo con un subconjunto de al menos un 4,4 por ciento que sufren hasta la muerte esta grave enfermedad, según palabras de Lev-Sagie.

El cambio resultante en el microbioma bacteriano vaginal produce síntomas desagradables y un riesgo sustancial de problemas de infertilidad, complicaciones relacionadas con el embarazo, parto prematuro y otras complicaciones obstétricas y ginecológicas.

«En el extremo severo del espectro VB, el tratamiento con antibióticos se asocia con tasas de recaída muy altas de hasta el 70 por ciento dentro de un año después del tratamiento. Esto lleva a la dependencia del uso frecuente o de mantenimiento de antibióticos, o la falta de respuesta por completo, y predispone a los efectos adversos crónicos de los antibióticos, como la aparición de cepas bacterianas resistentes y la infección por hongos”, declaró Lev-Sagie.​