¿Qué escogería para ver bien: gafas o lentes de contacto, someterse a una cirugía con láser o ponerse colirio en los ojos? Los consumidores están empezando a exigir la tercera solución, pues nuevos avances científicos han hecho posibles la existencia de gotas correctoras.

Muchas compañías han visto el potencial económico: hace dos años, el gigante farmacéutico Novartis compró una compañía que desarrolla un tratamiento de uso tópico para la hipermetropía relacionada con la edad (presbicia), mientras que otros están experimentando con gotas para los ojos para disolver las cataratas.

En Israel, dos compañías nuevas, Orasis y Nano-Drops, están probando los colirios correctores que han desarrollado. ISRAEL21c les pidió que expliquen cómo sus productos podrían mejoran la visión.

ORASIS: Adiós a las gafas de lectura

Orasis Pharmaceuticals, en Herzliya, recaudó recientemente 13 millones de dólares para continuar desarrollando gotas para los ojos de grado farmacéutico para mejorar la vista de cerca, que eliminarían las gafas de lectura.

Elad Kedar, jefe ejecutivo de la compañía, dijo que la presbicia afecta a la mayoría de las personas mayores de 45 años, lo que ofrece a Orasis un mercado potencial de casi 2.000 millones de personas en todo el mundo, de las cuales 120 millones están en Estados Unidos.

“Los cristalinos de nuestros ojos, como cualquier otro órgano, envejecen y pierden gradualmente la flexibilidad para cambiar de forma y enfocar los objetos cercanos”, dijo Kedar. “La reducción de la flexibilidad hace que sea difícil ver con claridad de cerca y, al final, se necesitan gafas para leer”.

Aunque las gafas de lectura son eficaces, continúa, a muchas personas no les gusta usarlas porque son incómodas, se pierden con facilidad y se consideran señal de vejez.

“Encontrar alternativas como lentes de contacto o implantes ha sido un proceso largo, pero todas presentan problemas de eficacia, seguridad o comodidad. Desarrollamos una solución farmacológica de primer nivel que utiliza una combinación de moléculas existentes que ya se usan en el ojo para otras indicaciones. Simplemente, uno se pone una gota en cada ojo y es posible ver bien durante varias horas. Puede ser muy seguro y cómodo”.

La investigación y desarrollo en la fórmula CSF-1 de Orasis, que es patentada, ha demorado cinco años. Después de estudios en humanos en Israel y Europa, cuyos resultados se publicarán próximamente, el siguiente paso es un estudio de Fase 2b en Estados Unidos, según Kedar.

“Hemos comenzado el proceso regulatorio”, agregó.

La última ronda de financiación fue encabezada por Visionary Ventures, con sede en California, con participación de otros inversionistas, incluidos Sequoia Capital, SBI Japan-Israel Innovation Ventures y LifeSci Venture Partners, con sede en Nueva York. Jeffrey Weinhuff, de Visionary Ventures, y Masafuyu Tanaka, de SBI, forman parte ahora de la junta directiva de Orasis.

NANO-DROPS: No más visión borrosa

Desarrollado en el Instituto de Nanotecnología y Materiales Avanzados de la Universidad Bar-Ilan (BINA), en Ramat Gan, Nano-Drops ofrece una solución patentada para corregir los errores de refracción que causan la visión borrosa: hipermetropía, miopía y astigmatismo.

En pruebas preclínicas con ojos de cerdo (que son similares a los ojos humanos), Nano-Drops logró una corrección de 3 dioptrías para la hipermetropía y 2,5 dioptrías para la miopía modificando localmente el índice de refracción corneal. El próximo paso será recaudar fondos y hacer pruebas en animales vivos, seguidas de ensayos en humanos a finales de 2019.

De izq. a der., el doctor David Smadja, y los profesores Zeev Zalevsky y el Jean-Paul Moshe Lellouche, desarrolladores de Nano-Drops. Cortesía de la Universidad Bar-Ilan.

La solución de Nano-Drops, que algún día podría tener uso doméstico, debe aplicarse en un proceso de varios pasos.

En el primero, el usuario mide la refracción usando cualquiera de las varias aplicaciones de teléfonos inteligentes existentes. Un dispositivo láser patentado, independiente o acoplado a un teléfono inteligente, utiliza la medición para marcar un patrón óptico individualizado en la capa superior de la córnea en unos pocos milisegundos (este proceso no es igual que la ablación con láser; es un método que utiliza pulsos rápidos e indoloros).

En el último se aplican gotas de nanopartículas sintéticas de proteínas en el ojo para potenciar y activar el patrón óptico marcado. El resultado es un cambio en el índice de refracción y, en última instancia, la modificación de la trayectoria de la luz que pasa a través de la córnea.

“No sabemos cuánto dura el efecto porque aún no hemos realizado experimentos in vivo”, dijo el doctor David Smadja, oftalmólogo del Centro Médico Shaare Zedek, en Jerusalén, y asociado en la investigación del BINA. “En enero realizaremos pruebas in vivo en conejos o cerdos”.

Nacido en Francia, Smadja emigró a Israel hace tres años y medio, y comenzó a trabajar en Nano-Drops con los profesores Zeev Zalevsky, de la Facultad Kofkin de Ingeniería de Bar-Ilan, y Jean-Paul Moshe Lellouche, jefe del departamento de química en Bar- Ilan, y Steve Elbaz, cofundador de la compañía. Birad Research & Development Company, empresa de transferencia tecnológica de la universidad, ha presentado una patente para Nano-Drops.