El verde, con un toque de amarillo, es el color del otoño en Israel. Esas tonalidades embellecen una tradición judía y un mandamiento de la Torá que ordena a los judíos a celebrar la Fiesta de Sucot o Tabernáculos por siete días como lo hicieron sus antepasados durante su viaje de Egipto hasta la Tierra de Israel.

Según Levítico 23:39, el primer día de Sucot, «tomaréis para vosotros frutos de árboles hermosos, hojas de palmera y ramas de árboles frondosos, y sauces de río; y os alegraréis delante del Señor vuestro Dios por siete días (…) Habitaréis en tabernáculos por siete días; todo nativo de Israel vivirá en tabernáculos”.

Los judíos más religiosos duermen en sucot por la noche. Otros tratan de pasar la mayor parte del día en ellas leyendo, trabajando o con amigos y familiares.

Sucá en la azotea de una casa en el barrio de Yemin Moshe, en Jerusalén. Foto de Yehoshua Halevi.

Sucot empieza este año con la puesta de sol del viernes 2 de octubre y termina al atardecer del viernes 9.

Sucá en un parque cerca a la Puerta de Jaffa, en Jerusalén. Foto de Yehoshua Halevi.

La celebración llega justo durante el periodo de cosecha, cuando los agricultores construían sucot en el campo para pasar la noche cerca de sus cultivos y aprovechar al máximo las horas de labor.

Estas sucot llenan los balcones de un edificio del barrio de Mea She’arim, en Jerusalén. Los balcones están construidos de tal forma que el techo de cada sucá está expuesto al cielo, según la ley judía. Foto de Yehoshua Halevi.

Las paredes de la sucá pueden estar hecha de materiales como lona, fibra de vidrio o madera. Sin embargo, de acuerdo a la ley judía, el techo debe ser de un material natural (como ramas o bambú), con suficientes espacios para que el cielo sea visible para los que están adentro. Generalmente, se decora con frutas, naturales o artificiales, colgadas del techo, e ilustraciones de Jerusalén y escenas bíblicas en las paredes.

Sucá iluminada para hora de la cena. Foto de Yehoshua Halevi.

En Israel hoy en día la cosecha incluye no sólo los productos cultivados para comer, sino también los que forman parte del arba’at haminim, o las cuatro especies mencionadas en la Biblia para la celebración de Sucot: etrog (cidra), aravah (sauce), hadas (ramas de mirto) y lulav (ramas de palmera). Durante el rezo diario los cuatro se sostienen en la mano para formar una unidad.

Etrogim (cidras) a la venta en el mercado del barrio de Bukhara, en Jerusalén. Foto de Yehoshua Halevi.
Un niño examina la punta de un lulav (rama de palmera) en busca de imperfecciones. Foto de Yehoshua Halevi.

En todo Israel, en los días previos a Sucot se improvisan mercados callejeros donde se venden las cuatro especies, así como adornos para la sucá y materiales para su construcción, como madera, plástico y cuerda. La ley judía da medidas específicas para su altura y longitud, y qué hacer en caso de lluvia o viento fuerte.

Ramas de palmera en un puesto de venta callejero. Foto de Yehoshua Halevi.
Antes de Sucot es común ver puestos de ventas callejeros, como éste en Machane Yehuda, en Jerusalén, donde se venden etrogim (cidras), uno de los elementos de la fiesta. Foto de Yehoshua Halevi.

En el país, durante la semana de la festividad, universidades y colegios públicos y privados cierran, y muchas familias salen de vacaciones antes de que comience la temporada de lluvias..

Esta sucá, en una azotea en el barrio de Yemin Moshe, ofrece fabulosas vistas de la Ciudad Vieja. Foto de Yehoshua Halevi.

Sucot también es temporada para que judíos y cristianos viajen a Israel. Los visitantes que deseen comer en sucot las encontrarán en varios hoteles, parques nacionales y plazas públicas.

El agua mantiene frescas estas ramas de mirto en el mercado. Foto de Yehoshua Halevi.