Más de 100 parejas heterosexuales participaron en tres estudios de seis semanas de duración, dirigidos por sicólogos sociales de Israel y Nueva York, con el fin de investigar qué mantiene viva la llama del sexo –o cómo se puede encenderse una que se apaga– en una relación larga.

La respuesta está en establecer un estrecho vínculo de intimidad fuera del dormitorio mostrando sensibilidad hacia la pareja, según concluyen los directores de los estudios, los profesores Gurit Birnbaum, de IDC Herzliya, una universidad privada en Herzliya, cerca de Tel Aviv, y Harry Reis, de la Universidad de Rochester, en Rochester, N.Y.

En los estudios, publicados recientemente en el Journal of Personality and Social Psychology, se les pidió a los participantes que intentaran diversos métodos, entre ellos conversaciones que fueron evaluadas, y escribir un diario, para determinar cómo influye la capacidad de respuesta en el nivel de excitación.

Ambos géneros, pero particularmente las mujeres, indicaron que se sentían más apasionadas cuando la pareja les hacía sentirse especial.

“El deseo sexual tiende a disminuir gradualmente con el tiempo, por lo que muchas parejas fracasan al tratar de mantenerlo en relaciones de larga duración”, escribieron los investigadores. “Los tres estudios emplearon metodologías para examinar si la empatía de la pareja, comportamiento que fortalece la intimidad, puede influir en el deseo hacia el compañero”.

En el primer estudio se pidió a las 153 parejas participantes que les describieran por Internet a sus cónyuges (que era en realidad un investigador) una experiencia positiva o negativa de sus vidas durante 10 minutos. Algunas de las respuestas que el investigador preparó de antemano, decían, por ejemplo, «debes haber pasado por un momento muy difícil» o «no me parece tan grave”. A continuación, los participantes evaluaron sus sentimientos en base a si se sentían entendidos por sus cónyuges o si estos sentían cariño por ellos, y hasta que punto querían tener relaciones sexuales.

En el segundo estudio, 178 parejas describieron experiencias positivas o negativas de su vida también, pero esta vez lo hicieron cara a cara con sus parejas mientras que unos jueces clasificaban la capacidad de respuesta mostrada y el nivel de deseo sexual. (Oír experiencias positivas tiene más probabilidad de encender la atracción sexual, según encontraron los investigadores).

Para el tercer estudio, en el que participaron 100 parejas, se utilizó una metodología basada en experiencias diarias –incluyendo escribir un diario cada noche– para examinar los mecanismos que subyacen en la relación entre respuesta y deseo. Tanto los hombres como las mujeres reportaron un mayor deseo sexual hacia sus parejas en los días en los que consideraban que eran emocionalmente receptivas.

Los investigadores dicen que un comportamiento positivo aumenta el “valor de la pareja” a ojos de quien es objeto de la atención.

“El sentirse especial y valorar a la pareja explican la relación entre la capacidad de respuesta mostrada y el deseo, lo que sugiere que a una persona receptiva se le ve como a alguien que hace que el otro se sienta apreciado y potencialmente como mejor pareja y, por lo tanto, más deseable sexualmente”, explicaron Birnbaum y Reis en el artículo.