En Israel abundan los sitios arqueológicos e históricos. Hay cuevas, lugares de oración, anfiteatros de miles de años y fortalezas esperando ser exploradas.

Pero hay un sitio arqueológico del que pocos han oído hablar, e incluso aquellos que saben de él aún no lo han visitado.

Se trata de Galgal Refa’im (“rueda de fantasmas”, en hebreo), o Gilgal Refa’im («círculo de gigantes», en referencia a una raza bíblica de gigantes que se cree vivieron en la zona donde está situado), o Rujm el-Hiri en árabe (“pila de piedras de los gatos salvajes”). Es uno de los lugares más misteriosos de Israel.

Situada en las Alturas del Golán, la estructura, con muros que miden hasta dos metros y medio de altura, también es conocida como el “Stonehenge del Levante”, ya que muchos expertos estiman que es contemporánea a una un tanto similar en Inglaterra.

Se cree que el monumento de Stonehenge, al sur de ese país, fue construido entre los años 3000 y 2000 antes de esta era. Es uno de los lugares más famosos del planeta y consiste de un anillo de bloques de piedra grandes, visitado anualmente unos 1,3 millones de personas. Otros monumentos de piedra también muy populares entre los turistas se encuentran en Chichen Itzá, México (1,4 millones al año), y Machu Picchu, en Perú (1,2 millones).

Galgal Refa’im no se acerca, ni de lejos, a ese número de visitantes. Hay varias razones. Una, porque la magnificencia de la estructura, de unos 5.000 años de antigüedad y formada por 42.000 toneladas de basalto dispuesta en círculos concéntricos, sólo puede apreciarse en detalle desde el aire. Otra, porque no se le ha hecho suficiente promoción y el número de visitantes es insignificante.

Sin embargo, un número más grande, en su mayoría astrónomos y astrólogos, vienen en los días de solsticio de invierno y de verano, cuando la salida del sol se alinea con los espacios entre las piedras.

Pero para la mayoría, este tesoro arqueológico, ubicado entre las carreteras 808 y 98, a unos tres kilómetros al sur de Moshav Yonatan, está esperando hacerse famoso entre los turistas.

Teorías, sólo teorías

Los científicos y arqueólogos coinciden en esto: la estructura es una de las más antiguas y grandes de la región. Pero hasta ahí están de acuerdo.

“La excavación en el lugar terminó hace años. Tenemos datos parciales, pero nada completo”, explica a ISRAEL21c Uri Berger, experto en tumbas megalíticas de la Autoridad de Antigüedades de Israel. “Es un misterio”.

Algunos creen que se trata de un antiguo calendario, debido a su alineamiento con los solsticios, y otros que se usaba para observaciones astronómicas o que tenía fines religiosos.

Hay quienes especulan que en él se enterraban individuos de gran rango debido a que tiene un montículo en el medio de cuatro metros y medio de altura y una cámara funeraria de seis metros de largo a los cuales los visitantes pueden entrar gateando. Otros dicen que se usaba para dejar a los muertos al aire libre para los pájaros.

“Los científicos vienen, se quedan fascinados con el lugar y elaboran sus propias teorías”, dice Berger.

Incluso la antigüedad de la estructura ha sido parte del debate. Cuando se excavó por primera vez, en la década de los sesenta del siglo pasado, se especuló que databa de la temprana Edad de Bronce II (3000-2700 antes de este era). Pero en 2010, Michael Freikman de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dijo que fue probablemente erigido en la tardía Edad de Bronce (1550-1200 antes de este era) porque la construcción tiene características del periodo calcolítico.

Berger dice que cada uno de los arqueólogos que han estudiado el lugar “está seguro de sus descubrimientos y convencido de que las fechas que ha determinado son las correctas. Pero los que han excavado también tienen sus propias teorías. Siempre hay otra opinión o una teoría».

Berger urge a la gente a que visite Galgal Refa’im, a pesar de que a nivel de piso parece nada más que un montón de piedras lleno de maleza. Desde arriba, sin embargo, es fácil apreciar su forma de laberinto. Algunos de los círculos están completos, a otros les faltan pedazos. El más externo forma un muro de dos metros y medio de altura y 160 metros de diámetro.

El Sendero del Golán pasa por el lugar, que es sólo accesible a pie y está abierto a los visitantes los fines de semana y días festivos. El Ejército de Israel entrena en la zona durante la semana.