Casi 18 millones de personas mueren de enfermedades cardiovasculares cada año y tres cuartas partes de esas muertes ocurren en países de ingresos bajos a medianos donde el tratamiento preventivo no está disponible o es demasiado costoso.

Además, se estima que el 92 por ciento de la población mundial no tiene acceso a la cirugía cardíaca, y esto es particularmente trágico en países como India donde cerca de dos millones de niños tienen problemas cardíacos congénitos no detectados.

Con estos índices a mano, la startup HeartPoint Global de Israel tiene como meta ofrecer un tratamiento mínimamente invasivo a pacientes cardíacos dondequiera que se encuentren.

A simple vista, el enfoque de la empresa no parece tan revolucionario: El Sistema de Implante Global de Heartpoint (HPGS) de la compañía consiste en insertar un stent en la arteria pulmonar.
Se trata del mismo tipo de stent que se usa para eliminar obstrucciones y prevenir un ataque al corazón pero la diferencia es que el stent de HeartPoint no trata de abrir la arteria sino que es parte de un sistema que se utiliza para regular el flujo y la presión de la sangre que entra y sale del corazón, un problema asociado con las enfermedades cardíacas congénitas.

“La investigación muestra que si se corrige el flujo y la presión, los niños con problemas cardíacos congénitos pueden curarse solos. Es realmente asombroso. Estamos usando stents de una manera nueva y mínimamente invasiva que puede ajustar el flujo y la presión en cualquier momento y a un costo razonable”, le dijo Seth Bogner, director ejecutivo de la compañía, a ISRAEL21c en Español.

Como mamushkas

El sistema es mucho menos intrusivo que el método de envolver una banda alrededor de la arteria pulmonar para reducir el flujo sanguíneo.

“El problema es que a menudo los médicos se equivocan con esta ‘banda arterial’: no saben cuál es la presión y eso puede ser un gran impacto para el sistema”, explicó Bogner.

El proceso también es traumático y lleva una larga recuperación.

Muchos pacientes que lo necesitan pueden no ser candidatos seguros para la cirugía, una razón importante por la que la banda arterial representa menos del dos por ciento de las cirugías cardíacas a pesar de que, como dijo Bogner, la necesidad es mucho mayor.

El enfoque alternativo de HeartPoint es gradual: si un solo stent no hace el trabajo, se puede insertar otro. “Algo así como esas mamushkas (muñecas rusas anidada”, señaló Bogner.

En el futuro, la empresa desarrollará una aplicación para teléfonos inteligentes que, cuando se coloca sobre el corazón, puede medir el flujo y la presión mediante un algoritmo especialmente diseñado.

HeartPoint Global ya hizo tres rondas de pruebas preclínicas en Israel dirigidas por el doctor David Planer, director médico de la compañía y jefe de cardiología intervencionista del Centro Médico Hadassah.

El fundador y director ejecutivo Seth Bogner con el doctor David Planer. Foto cortesía de HeartPoint Global

Actualmente, la compañía trabaja para obtener la “aprobación innovadora” de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA), aunque Bogner reconoció que para eso aún faltan algunos años.

“Cuando se trata de un dispositivo médico de Clase 3 que permanece en el cuerpo la solución se encuentra en un entorno altamente regulado. Debe hacer cosas en términos de pruebas, seguridad, eficacia y calidad”, le contó Bogner a ISRAEL21c en Español.

En estos días, la compañía está lanzando dos nuevos estudios, y próximamente se realizarán ensayos en humanos en Georgia, Serbia y Azerbaiyán.

Resolver las cosas

Si bien la tecnología de HeartPoint también podría tratar un flagelo importante del mundo occidental (la insuficiencia cardíaca del lado izquierdo, el subconjunto más grande de insuficiencia cardíaca congestiva), Bogner se mostró más entusiasmado con el potencial de cambiar los resultados para mejor en el mundo en desarrollo.

HeartPoint trabaja con la fundación EurAsia Heart Foundation, una organización suiza sin fines de lucro que hace cirugías cardíacas y capacita a cardiólogos en países en desarrollo.
El doctor Paul Vogt del Hospital Universitario de Zúrich es el presidente del consejo asesor médico de HeartPoint.

Nacido en Nueva York, Bogner divide su tiempo entre la sede central de HeartPoint en Manhattan y las instalaciones de investigación y desarrollo de la compañía en Yokneam, cerca de Haifa, al norte de Israel.
HeartPoint también mantiene un departamento normativo y de calidad en Irlanda pero la mayoría de los empleados están en Israel.

“Los israelíes tienen esta gran actitud de que cuando hay un problema no lo tratan como algo que frena las cosas sino que buscan resolverlo y avanzar. Todo sucede más rápido aquí. También planeamos fabricar el dispositivo en Israel”, dijo Bogner.

Desde la izquierda, Yaniv Marmur, John Burke, el doctor David Planer, Hanna Ilesan, Seth Bogner y Boaz Harari. Foto cortesía de HeartPoint Global

El ejecutivo señaló que uno de cada 100 niños que nacen cada año en todo el mundo tiene problemas cardíacos congénitos: “En EEUU e Israel, los defectos se detectan mucho pero no todo el tiempo. Hasta ahora, no ha habido una forma simple y económica de corregir estos defectos”.

El otro mercado de HeartPoint, la insuficiencia cardíaca congestiva, afecta a más personas y, como tal, atrae más a la comunidad inversora.
“A medida que la población envejece, este mercado para el tratamiento de pacientes muy enfermos se hace más grande”, explicó Bogner.

El beneficio financiero es claro: un procedimiento HeartPoint que cuesta alrededor de 3.500 dólares podría eliminar la necesidad de una cirugía a corazón abierto más adelante, lo que implica un riesgo significativamente mayor y una hospitalización prolongada.

El enfoque de HeartPoint requiere solo una estadía de una noche. “En el mundo en desarrollo esto encaja con el espíritu israelí de ‘tikun olam’ de hacer algo bueno por el mundo. Los médicos israelíes vuelan de forma regular a países devastados por la guerra. Es nuestra misión y nuestro deber”, concluyó.

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