Para el doctor Benjamin Gesundheit, un hematólogo oncólogo pediátrico de Israel, la inmunología es la clave para diagnosticar y tratar muchos casos de trastorno del espectro autista (TEA).

El especialista admite que parece alocado tratar una afección del neurodesarrollo de la misma manera que se podría tratar el cáncer pero informes internacionales de 1962 revelan que los niños con autismo pueden tener enfermedades autoinmunes en su familia.

Por otra parte, tratar a niños con TEA por enfermedades autoinmunes -como el asma- a veces también mejora los síntomas de autismo.

Interesado en esa evidencia, Gesundheit abandonó su práctica en 2011 para investigar la conexión entre el autismo y la disfunción inmunológica.

“Durante un año me senté en la biblioteca para revisar lo escrito sobre el autismo y consulté a personas, incluido un pediatra que tiene un hijo con autismo y asma, que cuando fue tratado por la afección respiratoria, el TEA disminuyó. Me resultó obvia la conexión y muchas ideas importantes escritas y de personas que conocía apuntaban exactamente en la misma dirección”, le dijo el doctor a ISRAEL21c.

Estos hallazgos lo llevaron a fundar su startup Cell-El Therapeutics en 2014.

De pesca

Los estudios en animales que Gesundheit hizo en Israel confirmaron que los anticuerpos autoinmunes presentes en algunas madres de niños con TEA se unen a las proteínas del cerebro fetal y pueden ser un marcador o factor de riesgo de autismo.

En 2013, el doctor fue el autor principal de una revisión multinacional de evidencia epidemiológica, serológica y epigenética de la relación entre el sistema inmunológico y muchos casos de TEA, publicada en el Journal of Autoinmunity. Un coautor fue el inmunólogo David Naor de la Universidad Hebrea.

El doctor Benjamin Gesundheit. Foto cortesía de tehillim.org

Gesundheit consiguió la aprobación del Ministerio de Salud para “ir a una expedición de pesca” para los biomarcadores inmunológicos del autismo triple A (asociado con anticuerpos autoinmunes) en la sangre de 360 ​​niños con TEA, con niños de desarrollo típico como control, de 3 a 11 años.

“Le pregunté a cada padre si tenían una enfermedad autoinmune, y muchos de ellos me dijeron que nadie les había preguntado eso antes. La realidad es que tenemos muchas condiciones autoinmunes en nuestra familia”, le dijo a ISRAEL21c.

El laboratorio de RayBiotech en Atlanta confirmó que de 1.000 marcadores estudiados, alrededor de 30 mostraron diferencias estadísticas significativas entre niños con TEA y sin TEA.

Los bioestadísticos israelíes descubrieron que en el 88 por ciento de las más de 200 muestras de sangre, el TEA podría diagnosticarse de forma objetiva mediante el perfil inmunitario que identificaron como marcadores de diagnóstico.

“Desde el punto de vista médico, esa precisión no es perfecta. Creo que no se demostró que el otro 12 por ciento tuviera una conexión porque hay alguna otra causa o porque no identificamos todos los marcadores”, analizó Gesundheit.

Primera herramienta de diagnóstico objetivo para TEA

De todos modos, el especialista encontró resultados suficientemente alentadores como para embarcarse en el desarrollo de lo que podría ser la primera herramienta de diagnóstico médico objetivo del mundo para el TEA.

En la actualidad, el TEA se diagnostica con pruebas de comportamiento observacionales realizadas por neurólogos, psicólogos y psiquiatras. Debido a que estas pruebas evalúan la comunicación, no se pueden realizar hasta que el niño tiene dos o tres años.

“El autismo fue descripto por primera vez en 1943 y desde entonces no ha habido nada significativamente nuevo para comprender el mecanismo de la enfermedad como base para el diagnóstico y el tratamiento. La palabra ‘espectro’ no me dice por qué algo en las sinapsis entre neuronas no está funcionando No tenemos ni idea. Muchos divorcios, trastornos depresivos, desempleo y suicidio rodean a las familias con un niño autista”, afirmó Gesundheit.

Por estos días, Gesundheit tomará “los cinco mejores marcadores de los 30” y los desarrollará en un análisis de sangre de diagnóstico durante los próximos años.
Esta prueba podría aplicarse a bebés con signos tempranos típicos de TEA, como no sonreír o tener poco contacto visual a los seis meses de edad, para ofrecer pruebas biológicas para las pruebas de observación realizadas en la infancia.

Los análisis de sangre también podrían ser una base para una intervención temprana.

“Si podemos clasificar los marcadores inmunológicos en la muestra de sangre, tendremos un diagnóstico objetivo y esa es la base de muchos enfoques terapéuticos. La herramienta de diagnóstico también se puede utilizar para controlar el éxito de cualquier tratamiento. Este es un capítulo nuevo y emocionante para el mundo del autismo”, especificó.

Inmunoterapia de base

El otro propósito de Cell-El Therapeutics es desarrollar un protocolo de inmunoterapia para el autismo triple-A.
En la actualidad no hay tratamientos aprobados para los síntomas centrales del TEA.

Una posibilidad prometedora es la infusión de células madre autólogas (de las propias del paciente) con células madre mesenquimales que restablecen la función inmunitaria normal.

Sobre esto, Gesundheit publicó un estudio y hoy trabaja con expertos médicos europeos que han observado mejoras notables en los niños con TEA después de los trasplantes de células madre.

“No estoy seguro de que podamos dirigir los tratamientos a síntomas sociales o de comunicación específicos, pero podemos abrir una vía interesante para futuras investigaciones”, expresó.

En ese sentido, Gesundheit indicó que la dosis óptima, la edad ideal para el tratamiento y el número y el momento de los tratamientos siguen siendo cuestiones abiertas para nuestra investigación clínica. “Sabemos que los niños más pequeños responden mejor a la inmunomodulación”, añadió.

También es posible buscar biomarcadores inmunológicos en la sangre de madres de niños autistas y tratar a la madre antes de futuros embarazos. “Si pudiéramos hacer prevención, sería algo increíble”, dijo Gesundheit.

Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada 160 niños está en el espectro del autismo y los números aumentan cada año.

El equipo de Cell-El incluye dos doctores con experiencia: el director científico Ronald Ellis, que ayuda a incorporar vacunas y terapias al mercado durante los últimos 35 años y Fred Samuels, jefe de diagnósticos, que tiene 35 años de experiencia en alta gerencia en la comercialización de productos de diagnóstico.

Nacido en Suiza, Gesundheit, cuyo nombre en alemán significa “salud”, trabajó anteriormente en el Hospital for Sick Children en Toronto y en los centros médicos Soroka y Hadassah en Israel.

Además también dirige una startup llamada Rapo Yerapeh que investiga el uso de virus oncolíticos para tratar tumores metastásicos, y un antiviral existente como tratamiento para COVID-19.

Para más información sobre los estudios de diagnóstico de Cell-El, clic aquí.