En el último semestre, palabras desconocidas para muchos como gotículas,  gotas virales y transmisión aérea se convirtieron en parte de nuestro vocabulario diario pero incluso antes del COVID-19 la calidad y seguridad del aire que respiramos ya planteaba un serio desafío para la salud pública.

Estar en un espacio cerrado con el aire viciado no es algo bueno, ya lo aprendimos. Pero no es solo el coronavirus lo que nos hace buscar nuestras máscaras sino otras formas más comunes de toxinas como los óxidos de nitrógeno y azufre que viajan por el aire en la oficina y en el hogar.

Para combatir esto, los edificios están equipados con filtros y acondicionadores que limpian el aire que ingresa pero que no pueden absorber todos los contaminantes gaseosos y las partículas ultrafinas.

Es allí donde interviene la empresa emergente Urecsys, creada en 2014, que desarrolló una solución que utiliza el análisis de “big data” y el aprendizaje automático para predecir los niveles de contaminación del aire dentro de los edificios y en sus alrededores.

Esto les permite a los sistemas de ventilación aspirar aire exterior solo cuando los niveles de contaminación son bajos para poder garantizar que las personas respiren el aire más limpio posible. “Si aprende a predecir el comportamiento de la contaminación del aire, puede reducir el 40 por ciento de contaminantes de forma significativa al ingresar a un edificio”, explicó Yonatan Houri, vicepresidente de estrategia de Urecsys.

Predecir los cambios en los niveles de contaminación

Yonathan Houri, vicepresidente de estrategia en Urecsys. Foto cortesía

Hace dos años, Houri se incorporó a Urecsys como socio pero se enamoró tanto de su solución que se convirtió en empleado. “Me enamoré completamente de la empresa. Por el potencial financiero, sí, pero lo que es más importante, el valor que tiene la empresa, el impacto que podría tener en el mundo”, describió el ejecutivo.

Con el respaldo del emprendedor serial en serie Kobi Richter, Urecsys fue fundada por los científicos Nir Bassa y Shimon Amit, ambos estudiosos del impacto de la contaminación del aire sobre el cáncer.

Juntos descubrieron que alrededor de 2.500 israelíes mueren cada año por enfermedades que probablemente se deben a la exposición a la contaminación del aire. Son más que la cantidad de personas muertas en accidentes automovilísticos. “Una vez que se dieron cuenta de que la contaminación del aire era tan mala, buscaron formas de reducirla”, señaló Houri.

En vez de ir en la dirección de los filtros de aire, los investigadores decidieron centrarse en los parámetros que afectan los niveles de contaminación del aire. “Hay cambios frecuentes en los niveles y son muy poderosos. Una vez que sepa cómo predecir estos cambios, se sabrá cuándo el aire estará muy contaminado y cuándo muy limpio”, manifestó.

El sistema de Urecsys instalado en lo de un cliente. La solución se enfoca en los parámetros que afectan los niveles de contaminación del aire. Foto cortesía

“Hay muchos factores diferentes que contribuyen a estos cambios en los niveles de contaminación del aire. Si hay tráfico fuera de un edificio, existe un nivel más alto de contaminación que si no lo hubiera”, se explayó Houri.

Otros factores incluyen el viento, la intensidad de la luz solar, la humedad y la presión barométrica.

Urecsys tiene en cuenta todo esto y analiza los edificios donde se instalan sus sistemas durante un período de entre uno y tres meses. Al final de este proceso de aprendizaje automático, la solución se conecta al sistema de ventilación existente para que sea inteligente. “Siempre comparamos lo que sucede adentro y afuera y así es como decidimos cuándo traer el aire. No es un filtro porque no filtramos nada”, explicó el empresario.

Urecsys opera desde hace algo más de un año y medio y ya instaló su solución en unos 15 edificios en Israel. Recientemente recaudó  cuatro millones de dólares que se utilizarán para la expansión en Israel y en el extranjero.

La empresa hace el foco en grandes edificios ya que los hogares privados no tienen el hardware del sistema de filtración al que se conecta la solución, lo que hace que su instalación sea más costosa. “En cada edificio, todos los días vemos una caída dramática en la contaminación del aire”, contó Houri.

Reducir al mínimo la infección por COVID-19

Acostumbrada a lidiar con los contaminantes del aire en horarios regulares, los últimos meses mostraron a Urecsys tratando de ayudar en la crisis del coronavirus.

“Cuando comenzó el brote, empezamos a investigar para ver si había algo que podíamos hacer para ayudar”, dijo Houri, y remarcó que la compañía halló cuatro maneras.

En primer lugar, Houri señaló que el control de la temperatura puede ayudar a minimizar el radio de infección. Al subir las temperaturas en los edificios durante la noche, la compañía busca eliminar cualquier coronavirus que permanezca en las superficies. “Lo segundo que haremos serpa aumentar los niveles de humedad mientras la gente esté dentro del edificio. Cuanta más humedad tenga en el aire,  se minimizará más el radio de infección. Esto ya está sucediendo en los edificios y ocurrirá mucho más ahora que la gente está volviendo al trabajo”, analizó.

En tercer lugar, Urecsys se empeña en garantizar el cumplimiento de los estándares de ventilación.

“Nos aseguramos de que el edificio no se ventile demasiado pero que tampoco lo haga de forma deficiente y reciba suficiente aire fresco en todo momento”

La última medida es más a largo plazo. “Las personas que están expuestas a altos niveles de contaminación del aire serán más susceptibles a las complicaciones del COVID-19. Por eso -afirmó el ejecutivo- mantener una alta calidad del aire podría ser beneficioso antes de futuros brotes.

Para finalizar, Houri manifestó que quizás el mayor desafío al que “nos enfrentamos es la conciencia de la contaminación del aire» porque la gente en Israel no tiene suficiente conciencia sobre esto”.

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