Es probable que la historia no tuviera un final feliz para el prisionero atado y desnudo que está representado en una tablilla de arcilla de 3.500 años de antigüedad hallada recientemente en Israel. Las cosas sí resultaron mucho mejores para el niño de seis años que se encontró con esa reliquia.

El pequeño Imri Elya, residente del kibutz Nirim cerca de la Franja de Gaza, se topó con la tablilla mientras caminaba con sus padres por el sitio arqueológico de Tel Jemmeh cerca del kibutz Re’im.

Curioso, el niño levantó el objeto y vio dos figuras grabadas en él. Al poco tiempo, sus padres se pusieron en contacto con la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) y el artículo fue transferido al Departamento de Tesoros Nacionales de la entidad.

Después de fotografiar y documentar la pieza, los arqueólogos se dieron cuenta de que nunca se había descubierto nada similar en las excavaciones científicas en Israel.

El pequeño Imri Elya aquí con la tablilla antigua y el certificado de la Autoridad de Antigüedades de Israel. Foto cortesía de IAA

La tablilla representa la escena de un hombre importante que lleva a un cautivo desnudo con las manos cruzadas y atadas a la espalda. El captor tiene el pelo rizado y su cara es redonda mientras que el cautivo es delgado y su rostro es alargado.

Los arqueólogos de IAA Saar Ganor, Itamar Weissbein y Oren Shmueli creen que la pieza fue creada a fines de la Edad del Bronce, entre los siglos XV y XII a. C.
Durante este período, el Imperio egipcio gobernó la tierra de Canaán.

Tel Jemmeh es identificada como ciudad cananea de Yurza, una de las urbes más importantes de esa época. La escena representada en la tablilla puede describir simbólicamente las luchas de poder entre Yurza y ​​una ciudad cercana como Gaza o Ashkelon.

«Esto abre una ventana visual para comprender la lucha por el dominio en el sur de este territorio durante el período cananeo», dijeron los arqueólogos.

Tal vez Imri no comprenda aún la importancia histórica de su hallazgo pero ha recibido mucha atención y un certificado de buena ciudadanía de la IAA. Así, se unió a muchos otros niños israelíes que se han topado con tesoros arqueológicos.​