Cuando el cuerpo humano sufre una herida se activa un milagroso mecanismo para curarla.
Esto funciona más o menos así: la herida sangra, la sangre se coagula y se forma un coágulo. El coágulo envía una señal biológica que desencadena muchas acciones que protegen al cuerpo contra las infecciones y hacen que las células sanguíneas transporten materiales para construir tejido nuevo en lugar del dañado.
En general, este increíble proceso ocurre debajo de la costra que se forma sobre una herida y todo termina con bastante rapidez.
Sin embargo, hay muchas personas que sufren lesiones crónicas no traumáticas que nunca se curan. Y estas se forman de manera gradual, lo que no permite activar la señal y así no fluye suficiente sangre al sitio donde ocurre la herida.
ActiGraft es un producto creado en Israel para el cuidado de heridas: se trata de un coágulo de sangre que los proveedores de atención médica producen en solo 12 minutos a partir de un vial sanguíneo del paciente mezclado con un reactivo especial dentro de un molde de coagulación.
Cuando se aplica a una lesión, el coágulo de sangre recién creado inicia el proceso natural de protección y curación que no pudo comenzar antes.
“ActiGraft engaña al cuerpo haciéndole creer que la herida crónica es nueva y que hay que comenzar a sanarla”, explicó Alon Kushnir, director ejecutivo de RedDress, la compañía que fundó para desarrollar este dispositivo único junto a su padre Igal Kushnir, médico e inventor de sistemas médicos.
El kit de ActiGraft, que contiene todo lo necesario para el tratamiento de cabecera, tiene autorización de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) y cuenta con el Marcado CE de la Unión Europea.
El producto ya se comercializa en 15 países, incluido Israel.
Curar en vez de amputar
“El primer mercado para el que obtuvimos la aprobación de la FDA fue el de las úlceras intratables del pie diabético. Todos nuestros estudios se realizaron en este tipo de heridas. Hubo una mujer a la que le amputaron los dedos de los pies, pero la herida no sanaba Ella estuvo internada durante cuatro meses y cuando llegamos nosotros había una nueva amputación programada. Luego de dos meses y medio, regresó caminando a su casa”, explicó Alon Kushnir.
La compañía publicó estudios que describen casos con resultados similares y su estrategia de marketing es preguntarles a los médicos acerca de las peores heridas por las que se rindieron.
“Recientemente, recibí una llamada de un médico en Italia respecto de una úlcera diabética que había estado tratando durante 12 años. Y ActiGraft la curó por completo en cinco semanas“, contó el ejecutivo.
El tratamiento puede repetirse una vez a la semana hasta que cicatrice la herida. Incluso la primera aplicación alivia el dolor e inicia el proceso de curación.
“Resolvemos un problema que no se puede resolver con ninguna otra tecnología, y en solo 20 minutos podemos enseñarle el procedimiento al proveedor de atención médica a través de Zoom”, le dijo Kushnir a ISRAEL21c.
El directivo indicó que a menudo las personas mueren de úlceras crónicas porque estas se infectan con facilidad mientras que la amputación reduce la esperanza de vida en un promedio de cinco años. Por lo tanto, afirmó, no es exagerado decir que ActiGraft puede salvar vidas.
Desde quemaduras hasta heridas crónicas
La idea original del ActiGraft fue el tratamiento de quemaduras. “En 2009, mi padre administraba un hogar de ancianos y se le ocurrió un tratamiento con el que coagulaba la sangre de un paciente en láminas, la congelaba y la colocaba sobre quemaduras durante los primeros diez días cuando buscaba reducir el dolor y la posibilidad de infección”, relata Kushnir.
El titular de RedDress dijo que observó el proceso con una visión comercial y que vio que las quemaduras eran un mercado muy pequeño. “En eso me dije que tal vez la idea podía ser viable para las úlceras crónicas. Fue así que lo probamos en un hogar de ancianos con el doctor Doron Garfinkel, un conocido geriatra y médico de cuidados paliativos de Israel”, añadió.
Sus tareas en RedDress fueron en realidad un trabajo paralelo para los Kushnir hasta 2017 y así funcionaron gracias a inversiones de amigos y familiares mientras padre e hijo modificaban la tecnología.
“Una vez que entendimos lo que teníamos en la mano, fuimos a la FDA y ese fue el detonante para fundar la empresa y dejar nuestro otro trabajo”, recordó Alon Kushnir.
Desde entonces, la compañía se enfoca en las heridas crónicas no diabéticas, que incluyen úlceras venosas por presión y posquirúrgicas.
“ActiGraft usa el mismo sistema del cuerpo humano para ayudar a iniciar el proceso de sanación de heridas y tiene un rol único como apósito tópico en el espacio de atención de heridas”, manifestó el doctor Bryan Doner de D&P Medical Group en Pittsburgh, EEUU.
En Israel, RedDress espera que en julio sus productos estén disponibles en los cuatro servicios prestadores de salud luego de sus pruebas exitosas.
En EEUU y Alemania ya hay reembolsos y cobertura de seguro para ActiGraft.
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