Unas 20 pequeñas tortugas bobas hicieron historia al convertirse en la primera especie en peligro de extinción de este tipo en ser documentada mientras nacían en una playa en la ciudad de Eilat en el sur de Israel antes de abrirse camino hacia el Mar Rojo.

Especialistas en estos quelonios aún se pregunta qué llevó a su madre a desovar allí. “Las tortugas bobas son una especie que no se ha visto en Eilat. Hace unos años se vio una tortuga muy joven que no supimos de dónde venía”, afirmó Omri Omessi, guardabosques de la unidad marina de la Autoridad de Parques y Naturaleza de Israel.

Omessi amplió que este tipo de animal puede ser hallado en el Océano Índico y que el Mar Rojo es una extensión de éste, por lo que en términos de especies no tiene sentido que lleguen hasta la ciudad israelí más austral.

Pero ciertos estudios indican que las tortugas regresan a las playas en las que nacieron. En ese sentido, Omessi declaró que es posible que esa tortuga naciera allí unas décadas atrás y regresara haciendo todo el camino hasta las playas de Eilat para poner allí sus huevos.

Se espera que una o dos de las tortugas sobrevivan a su largo viaje a las costas de Sudán. Foto cortesía de Omri Omessi/INPA

A pesar de su posiblemente duro y largo viaje, la tortuga madre estuvo muy cerca de no poder poner sus huevos tal como lo había planeado. “Unos jóvenes encontraron a la tortuga en la playa y pensaron devolverla al mar sería algo bueno. Cuando nos enteramos, nos preocupamos mucho e imaginábamos que quizás, por accidente, pondría sus huevos en el agua. Esos no pueden eclosionar”, explicó el especialista.

Sin embargo, durante los siguientes días se halló indicios de que la madre había regresado a la playa en busca de un lugar para poner sus huevos.

Una de las tortugas que nacieron en Eilat podría regresar en las próximas décadas para poner sus propios huevos. Foto cortesía de Omri Omessi/INPA

“Pudimos ubicar el nido. Ahí descubrimos que la tortuga desovó y que todo iba bien pero el nido estaba en un lugar que no era el ideal y por eso decidimos moverlo. Ya no quedan muchas playas en Eilat que sean aptas para poner huevos porque está el paseo marítimo, hay áreas urbanizadas, riego, iluminación y muchas otras cosas que no son las mejores”, afirmó Omessi.

En promedio, las tortugas bobas ponen huevos en dos nidos en un período de tiempo de 10 a 18 días así que los especialistas buscaban otro nido, que de hecho encontraron en la misma área. Ese nido también fue reubicado y se espera que los huevos eclosionen en dos semanas.

Las tortugas que ya nacieron ya están bajando por el Mar Rojo hacia el Índico después de haber sido fotografiadas con mucho cuidado. “Una de las cosas sobre las que somos realmente estrictos es la contaminación lumínica. Si hay luz en la playa, es posible que la tortuga no entre al agua sino que vaya hacia la luz. Todas las fotos fueron tomadas con iluminación infrarroja y por eso son rojizas”, explicó Omessi.

La contaminación lumínica puede confundir a las tortugas recién nacidas y ponerlas en peligro. Por ello, solo se usó luz infrarroja. Foto cortesía de Omri Omessi/INPA

Un largo recorrido por hacer

Omessi aseguró que la gente solo puede ayudar a las tortugas recién nacidas a que se dirijan hacia el mar. En ese sentido, manifestó que hay esperanza de que una o dos de ellas sobrevivan.

“Tienen un largo camino por recorrer. No es su hábitat natural, por lo que probablemente nadarán por el Mar Rojo, cruzarán el Estrecho de Tirán y llegarán al área de Sudán, donde crecerán, se desarrollarán y quizás algún día regresarán a nosotros”, señaló.

Según Omessi, que las tortugas bobas nacidas de Eilat probablemente vivan en Sudán no es algo sorprendente porque estos animales lo hacen en tres áreas distintas: una en la que residen, otra en la que se aparean y otra donde ponen sus huevos.
Para esta tortuga madre en particular, parecería que el área de eclosión es Eilat.

El experto prefirió no apresurarse en señalar el cambio climático u otros factores ambientales como posibles explicaciones de lo que ocurrió. “El cambio climático es algo muy preocupante en todas las escalas pero afirmar que esta tortuga llegó aquí por eso es imposible de saber”, dijo.

Omessi no pudo conocer a la tortuga madre pero aun así tiene un pedido especial para cualquiera que se tope con una tortuga -o cualquier animal salvaje- en la playa: “Es muy importante orientar al público, especialmente luego de esto. Las buenas personas que solo querían ayudar y devolver a la tortuga al agua pero sin saberlo cometían un error. Si se encuentran con una tortuga en la playa o un animal salvaje herido, no hay que hacer nada más que llamar a las autoridades. Nosotros llegaremos y ayudaremos al animal lo mejor que podamos”.