Bajo la superficie de ríos y mares de todo el mundo hay pequeños submarinos operados a distancia que revisan tuberías, registran campos de minas, toman muestras geológicas y biológicas, localizan los lugares más apropiados para cables de comunicación y buscan embarcaciones hundidas.

Un grupo de 20 estudiantes de ingeniería y de posgrado de la Universidad Ben-Gurion (BGU) en el Negev llegaron a la conclusión de que los vehículos subacuáticos autónomos existentes, conocidos en inglés como AUVs, tienen varias limitaciones, así pues empezaron a trabajar con el profesor Hugo Guterman en el Laboratorio de Robótica Autónoma, o LAR, de la BGU para construir un modelo más eficiente.

La empresa de transferencia tecnológica de la BGU tiene tanta fe en el potencial del prototipo construido, llamado HydroCamel II, que ha creado otra, conocida como BGR, que se dedicará exclusivamente a comercializarlo. Los clientes potenciales son compañías y organizaciones en los sectores de medio ambiente, investigación, militar, seguridad, petróleo y gas.

«Es como un automóvil, que se le puede dar cualquier uso», explicó Guterman a ISRAEL21c.

HydroCamel II, que mide 2,35 m de largo, está equipado con un sistema de navegación inteligente cuyas funciones incluyen planeamiento de misiones, detección de obstáculos y toma de decisiones. Es relativamente pequeño, económico, fácil de operar y capaz de conectarse con varias plataformas.

El profesor Guterman, der., y el equipo de investigadores con el submarino. Cortesía.

Guterman dijo la nave es superior a cualquier AUV en Israel y está entre los más avanzados del mundo.

Hace unos cuatro años el equipo del profesor, insatisfecho con los AUV existentes, diseñó un pequeño prototipo al que llamaron HydroCamel I y que podía sumergirse hasta 100 m de profundidad. Con la experiencia que tuvieron con él dieron el paso siguiente, que fue crear el HydroCamel II.

«Queríamos construir un sistema que pudiera lanzarse desde barcos pequeños o desde un puerto sin ningún problema. También queríamos algo que pudiera permanecer en el agua durante mucho tiempo y que tuviera muchos sensores», dijo Guterman.

«El HydroCamel II es un AUV que integra tecnologías de última generación y puede maniobrar con seis grados de libertad, además de subir o bajar verticalmente y flotar», explicó. «Hasta ahora esas capacidades sólo las tenían vehículos submarinos operados a distancia, que deben estar conectados a una embarcación por un cable, mientras que el HydroCamel II es completamente autónomo».

El vehículo, cuya estructura está construida con el mismo compuesto de carbono que se usa en aviones, puede recargarse bajo agua. «Hemos desarrollado una gran cantidad de sistemas electrónicos para el interior del HydroCamel II», dijo Guterman.

Más barato y mejor

Según los creadores, el submarino combina autonomía y maniobrabilidad total, al tiempo que permite la integración rápida de complementos como sónares, cámaras, sensores y un brazo mecánico para recolección de muestras.

Esos complementos son más caros que la nave en sí, dijo Guterman.

«HydroCamel II costará menos que otras plataformas con las cuales compite, pero será mucho mejor», dijo Guterman. «En el futuro, cuando se produzca en serie, el precio podría ser aún menos».

BGR ya ha comenzado a trabajar con los fabricantes de los complementos y busca socios que quieran invertir.

Según Tzvika Goldner, director ejecutivo de BGR, con sede en el Parque Tecnológico de Beersheva, el mercado de AUVs en el mundo podría llegar a 1.200 millones de dólares en 2023. Las investigaciones muestran que éste crece anualmente en un 22%, debido al aumento de medidas de seguridad en el mar y a la producción de petróleo y gas en alta mar.

Guterman pronostica que habrá gran cantidad de los nuevos submarinos autónomos operando en el Mar Rojo y Mediterráneo las 24 horas del día, los siete días de la semana, para recoger y transmitir una amplia gama de información a un número considerable de operadores.