La crisis de coronavirus va a pasar pero algunas cosas jamás volverán a ser como antes. Seguiremos desconfiando de los botones de los elevadores, los paneles táctiles del cajero automático, los intercomunicadores, los escáneres de huellas digitales y todas las demás superficies tocadas por innumerables manos.

Es por eso que la empresa emergente Sonarax de Israel está preparada para ese nuevo escenario sin contacto con una tecnología de transmisión de datos ultrasónica lista para ser instalada. Con apenas tocar el teléfono inteligente, cualquiera podrá registrarse, salir de un edificio o tomar el elevador.

«La conectividad de datos ultrasónica es una gran solución para muchas tareas», le dijo Nimrod May, director comercial de Sonarax, a ISRAEL21c.

La tecnología de esta compañía usa ondas de sonido para transferir datos entre cualquier dispositivo equipado con un altavoz y un micrófono. Para que el intercambio funcione, el kit de desarrollo de software de Sonarax tiene que utilizarse en ambas terminales.
En los teléfonos celulares es posible añadir a una aplicación existente u otra dedicada.

De este modo, los empleados de una oficina acercarán sus teléfonos inteligentes a un dispositivo de control de acceso para ingresar a las oficinas, llamar al elevador y más.

Las señales de audio se comunican automáticamente una vez que el usuario abre el altavoz del teléfono.

Sonarax hará que la tecnología de “presentismo” evite el contacto humano. Foto cortesía

Los datos viajan a través del sonido

«Todo empezó cuando Roni Papo -un ingeniero del Technion- tuvo la visión y la pasión de aprovechar las ondas de sonido para entregar datos. Él desarrolló algoritmos para enviar datos en pequeños paquetes a través de esas ondas”, contó May.

Papo eligió un rango ultrasónico que los humanos no pueden escuchar. Los amantes de los perros y los gatos no deben preocuparse porque la frecuencia no los molesta.

Nimrod May, director comercial de Sonarax. Foto cortesía

Sonarax fue incubada en 2016 en el HiCenter Ventures de Haifa. Desde entonces firmó acuerdos de integración con empresas líderes de semiconductores como Cadence, Knowles y Ceva.

Hoy, sus clientes usan esta tecnología premiada para acceso sin contacto, pagos, autenticación, servicios de geolocalización, promociones de marketing y posicionamiento.

Incluso algunas universidades europeas incorporaron la solución en los paneles táctiles de sus aulas y en las aplicaciones de los estudiantes para la verificación de asistencia. Por otra parte, un museo del Viejo Continente lo añadió en la aplicación de visitantes para mejorar la navegación y obtener información dentro del recinto.

Una tecnología post COVID-19

«Hace cuatro meses, llegó el coronavirus como un enemigo invisible que empezó a afectar nuestras vidas y nos hizo repensar la forma en que interactuamos con nuestro entorno físico. Nos hicimos más conscientes de los peligros potenciales de tocar los botones de una máquina expendedora, un cajero automático o un cruce peatonal», dijo May.

Los fabricantes de ascensores y sistemas de controles de acceso -y también de juegos de casino- se acercaron a Sonarax en busca de opciones sin contacto.

«La gente usará su teléfono móvil como una tercera mano», explicó May.

La tecnología de Sonarax también es una herramienta efectiva de distanciamiento social porque las ondas de sonido pueden medir la distancia y el posicionamiento.
Eso facilita a cualquiera que inicie una aplicación asegurarse de que las personas mantengan una distancia social adecuada. “Nuestro software calibra el parámetro y notifica a las personas si están cruzando la línea permitida», narró el empresario.

Recientemente, los gigantes Google y Apple anunciaron el lanzamiento de una empresa conjunta para habilitar el seguimiento de contactos utilizando la tecnología Bluetooth.

Ariel Ben Lulu, vicepresidente de Producto de Sonarax. Foto cortesía

«El Bluetooth no es tan bueno como lo que ofrecemos. La transmisión ultrasónica es mucho más precisa, segura, privada y rentable. Incluso es más ecológica porque tiene cero emisiones de radiofrecuencia», afirmó Ariel Ben Lulu, vicepresidente de Producto de Sonarax.

Diferencias con rayos infrarrojos e Internet

«A diferencia del Wi-Fi y el Bluetooth, que usan ondas de radio de alta frecuencia que atraviesan paredes u otras superficies duras, las ondas ultrasónicas no cruzan las paredes y pueden estar contenidas en cualquier espacio definido», explicó Ben Lulu.

Bajo la dirección del empresario de alta tecnología Uri Heller, Sonarax tiene 14 empleados en su oficina de Haifa. «Ayudar a ralentizar o detener los riesgos de transmisión del virus en paneles táctiles, accesos, pagos y más. Es por ello que queremos que esta tecnología esté disponible para todos», dijo Heller.

Uri Heller, director general de Sonarax. Foto cortesía

Respecto al COVID-19, Heller explicó que el esfuerzo más grande es poder aplanar la curva a través de las prácticas cotidianas de distanciamiento social y que es justamente por ello que instituciones y empresas buscan respuestas prácticas que no requieran grandes inversiones o una reestructuración importante de sus sistemas existentes.

Sonarax no está sólo en el mercado. La transmisión de datos ultrasónicos también es el foco comercial de las empresas Listnr y Copsonic.

Sin embargo, Ben Lulu explicó que la tecnología Sonarax es “10 veces más rápida y, por lo tanto, más confiable. La velocidad a la que podemos transmitir datos es un gran problemas. Nosotros podemos transmitir 1.000 bits por segundo y nuestros competidores solo 200. Además tenemos capacidades únicas, como la posibilidad de trabajar en el movimiento, lo que significa que no hay que quedarse quieto mientras uno se comunica con un dispositivo receptor”, contó el emprendedor.

Según May, es justamente este el momento de demostrar que la conectividad ultrasónica es una ”tecnología increíble que puede hacer del mundo un lugar mejor”.

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